Eliezer Budasoff y el periodismo

Marcelo Ohienart resume la interna del PJ bonaerense.  Si se confirman esas candidaturas, se aclara, también, el panorama. La derecha peronista se dispersa en ambas listas. Aunque claramente lo de Ishi es más presentable, como opositor a Scioli, y a la vez ante la decadencia del PJ oficial que representa el ex chofer de Balestrini, Fernando Espinoza.

Y como en definitiva, la opción es un partido político o un apéndice del Festilindo sin votos, para lo cual Espinoza se los prestaría a cambio, naturalmente, de la guita que con tanta generosidad -porque no es suya- ofrece la semipresidenta.

Una versión de kirchnerismo, representada por Ishi, o cristimismo (menemismo con batalla cultural) de Espinoza, el Chancleta. 

Se va a poner divertido.

Este escrito, de mi amigo Eliezer Budasoff es una lección de periodismo


Barrionuevo dice que Cristina se va antes

¿Y la personería, cambiando de tema, de la CTA? Cómo los cagaron ahí. El Ministro de Precarización, Carlos Tomada, evidentemente lo tiene agarrado de las bolas al empresario Hugo Yasky, encargado de hacese el boludo en la CTA Presidencial. Claro, la corrupción no incide sobre la distribución del ingreso. La personería de la CTA, tampoco.
Llama la atención cómo los sectores de la CTA que apoyan la secretaría de recursos humanos del FPV, se hagan bien los boludos con esta que supo ser su principal bandera sindical.
Muchos chantas.

Tarde, pero bue. Etchegaray, de la UCD con derechos humanos, anunció más controles en las fronteras. Esto tiene vinculación con el aumento del pan. Lean mi nota de ayer en El Argentino.
Hay que reconocer que este gobierno, principalmente en sus inicios, con un impulso algo perdido pero que ya dejó sus huellas, modernizó la AFIP. Hoy, la AFIP, como es sabido, es un organismo de derechos humanos: recaudatorio, neutral y al servicio del proyecto nacional y papal.

Eduardo Anguita hablando sobre Clarín y Cablevisión
La pelea por la gobernación entre el Juarez radical y el neomassita, analizada por Omix, con su natural estilo de amor venciendo al odio y papelitos y ¡Quiero ver a Cristina en la vida real!, como dijo el despacho de la Casa Rosada.
Reconozcámosle a Justin Bieber que no se cristimizó. O sea, no salió a mentir su biografía, ni a decir que vienen huracanes de serrranistas del imperio a perseguirlo y todo eso. Simplemente, se rajó.