martes, abril 01, 2014

Ladrón de bicicletas




Se me hizo difícil rechazar la invitación de nuestro Charles Bukowski con derechos humanos, el amigazo Lucas Carrasco, para escribir unas líneas y ver si finalmente los vigilantes sin gorra del narcocristinismo nos mandan a matar de una puta vez.

Vayamos al hecho con el cuál pretenden dividir aguas entre la opinión pública, un recurso que han utilizado hasta el hartazgo y en el que millones de bienintencionados han entrado como caballos al matadero en la última década, respecto de los Derechos Humanos, la Asignación por Hijo y otras menudencias que distraían mientras pesaban los fardos de euros.

Un pibe, con cierta violencia o no, roba una cartera. Un "portero" (léase un trabajador desclazado como son los encargados de edificios, compartiendo casa con sus patrones, creyendo que porque les charla del clima o de Nazarena Vélez, los copropietarios lo consideran un par) lo derriba. A partir de allí una turba de transeúntes se avalanzan sobre el chorro y lo muelen a patadas.

Como personajes de un sainete criollo, los actores ingresan a escena, dicen su parte y se retiran: una vieja palermitana, estereotipada como vieja palermitana, pide por lo bajo que lo maten. Un intelectual releva la situación (y la denuncia) pero no participa paralizado por lo que observa. Un gordo, seguramente dueño de una Amarok que paga en 48 cuotas, lo caga a patadas. Una vecina seguramente con babuchas de bambula y vieja votante del Bisonte Alende pide que paren. La turba heterogénea que quiere agredir también a esos testigos son los actores de reparto. La dueña de la cartera que no aparece en el proceso y una zapatilla del pibe tirada en la vereda.

Y ahí explota la Nación Argentina tomando posición. Los buenos de la historia se apresuran a juntar del otro lado a los malos de la historia; a los que nunca fueron a Palermo, los que nunca cagarían a patadas a un tipo tirado en el piso aunque conceptualmente digan que lo hubieran hecho. A los que fueron humillados por un chorro con una pistola, a los que se le metieron en la casa y le llevaron lo que tenían. Al NN que le robaron 50 pesos y el celular, a fin de mes en la parada del colectivo.

Deteniendo la imagen de este drama que bien podría protagonizar Discepolín o Luis Sandrini, nuestro ladrón de bicicletas local yace en el piso (sin una zapatilla), sangrando, seguramente asustado, maldiciendo la decisión de haber salido a "trabajar" ése puto sábado. Pegarle en banda a un tipo caído e indefenso es un acto de cobardía pero no sirve para generalizar o constuir un perfil de la sociedad en la que se desarrolló el evento. No lo acepto. No es posible aceptarlo.

Ni siquiera es importante si yo me hubiera sumado, habría sido de los que intentaban frenarlo o un espectador paralizado. Estudié en mi adolescencia en un Liceo Militar, así que sé bien lo que es caerle a un tipo amparado en el número y el anonimato, en una ducha, o en los dormitorios, dí y recibí pateaduras que aun me duelen.

Pero acá estamos. ¿Cuál es el problema de que unos tipos caguen a trompadas un chorro? Queda para el orto, pero es un acto privado, llevado a cabo por privados, por personas que apenas se representan a sí mismas. Un acto tan individual como el que realizan OTROS pibes chorros (que aunque se parezcan, no son el muchacho que apalearon en Palermo) cuando queman a una viejita con la plancha para que entregue las pocas joyas que le quedaron sin vender desde la hiperinflación de Alfonsín o la crisis del 2001.

Cuando le cortan el dedo a un chofer de colectivo porque no puede abrir la máquina, o manosean a una chica tomada de rehén en su propia habitación o cuando asustan a una familia con matar al padre o llevarse al bebé, no veo mucho debate de los bien pensantes.

Por eso me niego a aceptar el debate que proponen las ovejas del pensamiento correcto. Si lo hiciéramos, si permitiéramos que estas monjitas moralistas del progresismo vernáculo nos dijeran qué está bien pensar y qué está mal pasaríamos a integrar la gran manada en la que nos quieren tener.

Convertir actos individuales, como el pretendido linchamiento de un pibe chorro en Palermo o en Rosario, en hechos a los que se le asigna una responsabilidad colectiva es la trampa del relato progresista.

En eso consiste el fraude intelectual del progresismo: intentar convertirnos en cómplices de hechos de los que no participamos sólo por no adherir a la lectura que ellos realizan del acontecimiento.

El principal recurso de los últimos 10 años ha sido intentar hacernos sentir culpables por el pasado histórico, el Proceso Militar por caso; que heredamos pero del que no somos sus autores ni fuimos parte. Ni siquiera existíamos o estábamos ocupados jugando con los autitos.

¿La vida es una mierda? Sí, claro. ¿Vivimos en un mundo de sueños rotos? Sí, claro. El pibe podría haber tenido otro destino que el de tomarse un tren de Boulogne o Casanova para ir a afanar a Palermo. Sí, seguro que sí. ¿Los cagones que le pegaron en el piso podrían haber actuado de otra manera? sí, claro. ¿Lo hicieron porque expresan un hastío de la sociedad por la inseguridad? No, claro que no. Esas personas son incapaces de mover un dedo en la defensa de sus derechos civiles, sociales, sindicales, personales, etc. Si así fuera ya habríamos colgado a esta banda de rufianes con la perra a la cabeza del cadalso.

Sólo fue una mala tarde. Para todos.




30 comentarios:

  1. ahora dicen que en el blog de lucas escribiría el esperpento de todosgronchos.. tendrías que escribir un libro de autoayuda, '20 formas de dar pena', éxito de ventas, plata, y chau a la necesidad de arrastrarte, luquitasss

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. En cambio don Anónimo es un campeonazo de la vida que entra a blogs de gente que da pena, a poner comentarios sin nombre, en un posteo de un esperpento.

      Borrar
    2. Jurado de comentaristas (levemente obsecuente)2 de abril de 2014, 9:01 p.m.

      10/10

      Borrar
  2. Hace meses que leo silenciosamente. Me parece excelente lo qe escribis, algo autorreferrente por momentos, pero muy bueno.
    Saludos.

    ResponderBorrar
  3. Estoy de acuerdo con el compañero Groncho en que esto no es algo "que está pasando en todos lados" como quien diría, y creo que muy claramente hay un intento de instalarlo en los medios como "EL TEMA". Dicho eso, lo que sí me parece que se esta generalizando un poco es el debate acerca de si lo que hicieron estos 20 salvajes cobardes (de los cuales a lo sumo 3 podrán haber visto con sus propios ojos lo que sucedió antes) "está bien" o "está mal", y eso me da miedo. Sé muy bien que somos indios, pero pense que eramos un poquititititin mas civilizados.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Ser civilizado no es decir "pero qué barbaridad" cuando revientan a un chorro, mientras otros están de lo más ocupados matándote. Creo que esto es un emergente de una sensación (ahora sí, Groncho, y perdón) más o menos *general* de que estamos indefensos, exánimes. El discurso oficial es "esta pobre gente que sale a robar y a matar", y lo que vemos los que damos dos vueltas a la manzana antes de entrar el auto para tratar de que no nos liquiden es "estos hijos de puta que si me revientan a mí o a los míos, entran por una puerta y salen por la otra". El gap es gigantesco e insalvable. Yo ví hará unos cuatros años, en Suipacha y Perón, esto mismo: un pibe que le trató de robar la cartera a una pendeja que acompañaba a su mamá (piba y vieja muy pobres). En la corrida, un transeúnte lo cazó al chorro y después dos o tres le cayeron encima. Yo llegué cuando vino la cana a "rescatar" al pibe. No se "pasaron", no lo mataron ni lo dejaron mormoso, pero lo fajaron tupido. Esto último que pasó hace unos días tiene una diferencia de grado pero no de especie: en vez de dos o tres, lo agarraron entre varios; en vez de un par de piñas, lo molieron a patadas; pero la bronca y la venganza estuvieron en los dos episodios. No sé de qué nos estamos sorprendiendo.

      Borrar
    2. Yo también vi algo así en Santa Fe hace 6 años.

      Borrar
    3. Comenté más abajo, pero en realidad creo que debería haberlo hecho acá. En cualquier caso, y retomando lo dicho, yo no veo demasiada novedad en el linchamiento como fenómeno, que existió siempre (yo también ví un par, en Retiro y Palermo), si no en la posibilidad de incorporarlo al discurso colectivo como una alternativa "polémica" pero posible. Correrlo del tabú en el que permaneció durante varios años, porque el discurso político (en sentido amplio) lo excluía. Más abajo hice referencia a Bataille porque en definitiva el fenómeno del linchamiento sigue la línea de su análisis del sacrificio, en tanto ofrenda hacia un absoluto, hacia un orden (sea el Divino o el que sustenta al Estado de Derecho) que en ocasiones sólo puede reforzarse mediante la transgresión. Ayer, hoy, acá, o en cualquier lado. Se lincha gente todo el tiempo en todas partes, aunque suene absurdo, no sé si vale la pena insistir en que ésto es raro.
      Lo único que me resulta realmente novedoso es el movimiento que se dio en términos de la aceptación potencial del fenómeno (y la subsecuente incorporación al debate mediático, con su proyección en lo doméstico). Al margen del análisis político partidario tradicional (que si Massa dijo tal o cual), o incluso de tipo corporativo (las intenciones desestabilizadoras de siempre), lo jodido es a dónde vamos si recalentamos ese resorte que siempre está ahí y qué carajo pasó para que hoy podamos tirar en la oficina la peor mierda siniestra del tipo "bien muerto está" sin temor a quedar en ridículo.

      Borrar
    4. LUCAS EMA, ENANO QUE A LA FUERZA PRUEBA ENEMAS3 de abril de 2014, 12:37 p.m.

      "sho también vivi algo asi en santa fe hace 6 años, 10 chongos me robaron, me suministraron cárnicos popales y me patearon en la zona de mi pinchila, sho no estoy de acuerdo con eso, fue muy violento, con lo segundo alcanzaba para que les diese la bishetera"

      Borrar
  4. Para mi es un error caracterizar tanto el robo a la viejita, la cortada de dedo al chofer, como los asesinos que apalean un choro, como cuestiones individuales.Son te guste o no hechos sociales, o acaso salen de un termo?, no son producto de las relaciones que supimos construir?, ahora, las decisiones son como siempre, absolutamente individuales, pero ese no es el punto, y si, aunque te quieras sacar el sayo, todos en alguna manera tenemos que ver en esto, pero ojo.. no es cuestion de socializar culpas, las responsabilidades no son todas iguales, nada de hacerse los boludos.

    ResponderBorrar
  5. Lucas, qué ganas de hacer bardo que tenés. El "pibe chorro" no salió de ningún lado??? no sufrió humillaciones, vejaciones, carencias antes de decidir llevarse una cartera????

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Y Hitler no sufrió humillaciones, vejaciones, carencias antes de decidir la solución final?
      Ningún aleman nace genocida.

      Y Jorge Corsi no sufrió humillaciones, vejaciones, carencias antes de decidir empernarse pendejos?
      Ningún psicólogo nace abusador.

      Borrar
  6. Groncho/Lucas: Me parece que no fue un acto indivial ya que mucha gente adhería a los que les pegaban...
    En lo demás coincido...

    Lo que me pregunto es que puede pasar, si es que realmente es generalizado:
    a) ¿tendrán más miedo los chorros de salir a "laburar"? por ejemplo, si un chorro sabe que toda la gente está armada ¿entraría a afanar?
    b) ¿como van a reaccionar los chorros? Van a ser más violentos aún? van a meter corchazos cada vez lo persiga una turba desenfrenada?

    "¿Turba enardecida o desconocido en auto?"
    Bart Simpson, circa de 1996

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Ya lo decía don Domingo hace unos años....



      Civilización o Barbarie






      "El sábado 16 de junio de 1990 en horas del mediodía Santos, que por entonces tenía 42 años, estaba en una zapatería con su mujer cuando escuchó la alarma de su cupé Fuego que se había accionado cuando los jóvenes Osvaldo Aguirre y Carlos González le robaron el pasacasete. Santos, a quien ya le habían robado doce veces en la misma forma, subió con su esposa a su vehículo y persiguió a los ladrones, que iban en una camioneta Chevy, hasta darles alcance. Cuando esto sucedió su mujer gritó asustada “¡Nos van a matar!”, porque le pareció que uno de ellos buscaba algo en el vehículo, lo que hizo que Santos, sin detenerse, les hiciera dos disparos con un arma que llevaba y en cuyo manejo era hábil. Los ladrones, que no portaban arma alguna, murieron en el acto al ser alcanzados con una bala en la cabeza cada uno."

      Borrar
  7. Respuestas
    1. Me inclino a creer que la B: serán más violentos.
      Es eso, o la alternativa de ser torturados en las cárceles

      Borrar
  8. Enrique Medina escribió, si no recuerdo mal en Perros de la noche, como lo fajaban a un punga en el tren, cuando veo estas noticias siempre me acuerdo de lo descriptivo que era ese libro.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Y era, creo, del año 73, ¿no?

      Borrar
    2. Del 78, para mi mejor que las Tumbas, que también es un librazo

      Borrar
  9. Por supuesto que los linchamientos existieron siempre (sin ir más lejos, podría trazarse un vínculo con los laburos de Bataille, que capaz estarían buenos para elaborar un punto de vista distinto), lo que cambió es el clima cultural que permite desplazarlos de la categoría de mera barbarie hasta un espacio donde son una "desviación lógica" del sentimiento de inseguridad colectiva. No creo, tampoco, que esto sea menor y que esta fuera sólo una mala tarde. Por el efecto contagio, y porque es una situación cualitativamente distinta aquella que puede acobijar un hecho de estas características en algún tipo de halo justificador.

    ResponderBorrar
  10. Quería hacerle notar al narrador omnisciente que:
    1) hay cosas que ocurrieron antes de esta década.
    2) me resulta ofensivo que diga que entré como caballo al matadero, soy una yegua.
    3) la caracterización de la década como la pretensión de “dividir aguas entre la opinión pública” ya fue largamente desarrollada por el prestigioso intelectual argentino Adrián Suar (no vaya a ser que le inicie juicio por plagio)
    4) caracterizar estos hechos como individuales es un fraude intelectual, responde a la misma lógica de la relación existente entre “la culpa” y los autitos. (ver punto 1)
    5) esa tarde no sólo fue una mala tarde, al menos no para todos, le concedo que sólo sea eso para usted.
    6) ¡Salú!
    Graciela

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ese prestigioso intelectual es estadounidense, nunca tomó la ciudadanía argentina, y en realidad se llama Adrian Kirzner Schwartz.

      Borrar
    2. ¿And so?.... ¡Ah! ¡entonces vendría a ser plagio a un estadounidense! ¡Gracias, Anónimo!

      Borrar
  11. Increíble... Me gustaría ver a los detractores del movimiento linchatorio, parando a la turba que pretende ajusticiar al chorro que acaba de tirar a su vieja al piso, quebrándose la cadera y golpeándose la cabeza, al grito de: "déjenlo, déjenlo! Ese chico es inocente por todas las vejaciones y carencias que sufrió!"....
    Lo más seguro es que para cuando termine de decir eso, ya lo hayan molido de lo lindo...
    En vez de escuchar a seudo intelectuales pacifistas, pidan la opinión de la gente que más sufre la inseguridad cada día...Los que conocen la odisea de esperar el bondi sin que los afanen....
    Y a los poco pensantes aplaudidores crónicos del modelo, que piensan por simbiosis que a los delincuentes hay que "darles la mano"....No les parece que algo anda mal para que siga habiendo tantas carencias, después de tantos años de éxito?

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Alejandro Kaufman ‏@ale_kaufman
      aquí la agenda no es el "delito", ni la "seguridad", ni el "estado". No es más que la brutalidad aplicada sobre un otro inventado.
      una supuesta guerra contra subalternidades, desaventajados, marginales, pretextos de un conato exterminador.



      la verdad de una sociedad se mide por cómo trata a quienes castiga. Por sus cárceles, sus penas, el perdón, la compasión, la convivencia.
      no es lo que sucede con estadísticas, consumos, ni mediciones de calidad de vida, sino por cómo se trata a quienes se castiga.

      A boludos como este habría que decirle que "quienes se castiga" no son los pobrecitos chorros, sino que el Estado con su desidia castiga a las víctimas de los choreos y demás violencia...



      el problema que tiene la "gente" con las cárceles es que no le gustan las garantías constitucionales respectivas. "Que se pudran"...

      ¿Y las garatnías de los no-chorros, Kaufmannnnn?

      Borrar
    2. Una aclaración.Coincida o no, a esta altura es irrelevante.Lo único que no puedo dejar pasar es que un tipo que pretende manejar un discurso serio no llame a las cosas por su nombre.Proceso Militar no maestro.Dictadura.Cómo la piloteás entonces cuando decís que estos son hechos privados?Durante tu proceso y mi Dictadura se cargaron bárbaramente a un montón de pibes de la edad del linchado para arriba, aunque con algunas diferencias:esos pibes eran peligrosos por otros motivos, y lo que les hicieron fué mucho más que matarlos a piñas.De últimas:La justicia es el brazo legal de la delincuencia y la policia es el brazo armado,los chorros son la mano de obra barata y el Estado es cómplice por acción u omisión.Si no se ejerce el poder y se lo acumula, a la larga se lo pierde.Un Estado sin poder está como el pibe linchado: a merced del poderoso.
      Este dislate es lo que genera grietas y difusión entre el cumplir la ley y violarla,entre el bien y el mal,entre el daño y la reparación.Y sin control estatal,esto seguirá siendo una gran joda,en la que el que la tenga mas grande será el rey.

      Borrar
    3. Sí, eran peligrosos porque no salían a robar celulares o hacer entraderas o a afanarse autos.
      Ponían bombas abajo de las camas, mataban niños, torturaban...

      Y decían "patria o muerte". Y cuando los mataron, se quejaron. Sorprendente.

      Borrar
  12. Se me viene a la cabeza cuando algunas personas le pegaban a Astiz...se acuerdan...en esa época sí estaba bien pegarles...

    Those were the days...ahhhh...!

    ResponderBorrar