martes, julio 22, 2014

Ahora Horowicz dice que este es un modelo neoliberal

Cuando las arcas se vacían

 Por Alejandro Horowicz. El pago del impuesto a los ingresos personales logró que las cinco centrales sindicales marcharan juntas reclamando una suba del monto mínimo.

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 “La historia prueba que con frecuencia el resultado final de una acción política no tiene una relación adecuada con su significado originario; pero esto, sin embargo, no autoriza a prescindir de ese significado si se quiere que la acción tenga una fuerza interior.”
Max Weber, El político y el científico.
 
 
La convocatoria unitaria del movimiento obrero, facilitada por la Iglesia Católica, gira hasta ahora en derredor de una única coincidencia: oposición al pago del impuesto a los ingresos personales. Las cinco centrales marcharán juntas reclamando una suba del monto mínimo hasta por lo menos 20 mil pesos mensuales. No deja de llamar la atención que dirigentes de tan diversos colores políticos –desde el oficialismo variopinto, hasta distintas formas de oposición– coincidan en un reclamo. Sobre todo, cuando el mapa político registra tan elevado nivel de fragmentación, y no es precisamente esta marcha la que pondrá fin a tanta dispersión. 
Con un añadido, la tradición peronista no se caracteriza por facilitar la convergencia unitaria de los trabajadores contra un gobierno del mismo signo. Salvo el cuarto peronismo –María Estela Martínez de Perón, Carlos Saúl Menem– los demás solían satisfacer el piso de las demandas populares. Esto es, garantizaban que la base de su electorado no se corriera en otra dirección.  Y no es precisamente esto lo que está sucediendo. 
El impuesto al salario, la denominada  cuarta categoría de contribuyentes, afecta a los trabajadores de mayores ingresos, que según datos públicos asciende al 13% de los asalariados formales; es cierto que esos dinerillos permiten apuntalar los planes sociales que benefician a los trabajadores más postergados, pero no es menos cierto que funciona como una suerte de redistribución regresiva del ingreso popular. 
Nos explicamos, en lugar de financiar el pago de los mecanismos sociales compensatorios mediante una reforma tributaria –como la exigida por Hugo Yasky–, los trabajadores mejor pagos están obligados a solventar los ingresos de los menos favorecidos. En vez de que la sociedad en su conjunto se haga cargo de las necesidades básicas insatisfechas, alterando la distribución del ingreso nacional en defensa de los menos favorecidos, los trabajadores son los únicos convocados a este ejercicio de "solidaridad obligatoria". 

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