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César Filippetti
Hace 1 hora - Se compartió públicamente.
Buena nota la de Sigal.
Bergoglio es el primer megasapo que el oficialismo tuvo que deglutir. Hoy es ya una costumbre, un deporte de los fans oficialistas, utilizar los argumentos más rebuscados e inverosímiles para defender situaciones que hace apenas 2 años hubieran sido etiquetadas a la "opo" o a la "corpo" o a "los 90" o al "neoliberalismo" . Desde la reprivatización con cláusulas secretas de YPF que se asemeja a las relaciones carnales del Kotur hasta la devaluación y ajuste del 2014, desde la corrupción impúdica hasta la inacción y la cooptación de la justicia en manos del payasesco Oyarbide.
Vale decir a los clásicos enemigos públicos que el kirchnerismo construyó en su relato.
¿qué enseñanza deja esta sucesión de contradicciones?. A ver...
Que el poder no es para siempre y la soberbia siempre es mala consejera.
Que lo más importante es ser fiel a uno mismo.
Que los hechos son más importantes que el discurso.
Que retirarse a tiempo con algún grado de honor hubiese sido mejor que enchastrarse en el barro de la contradicción perpetua y la corrupción asesina. (Cristina no debió presentarse en el 2011, pero claro todavía no había empezado a tapar los chanchurrios y todavía pensaba que era eterna.)
Bergoglio es el primer megasapo que el oficialismo tuvo que deglutir. Hoy es ya una costumbre, un deporte de los fans oficialistas, utilizar los argumentos más rebuscados e inverosímiles para defender situaciones que hace apenas 2 años hubieran sido etiquetadas a la "opo" o a la "corpo" o a "los 90" o al "neoliberalismo" . Desde la reprivatización con cláusulas secretas de YPF que se asemeja a las relaciones carnales del Kotur hasta la devaluación y ajuste del 2014, desde la corrupción impúdica hasta la inacción y la cooptación de la justicia en manos del payasesco Oyarbide.
Vale decir a los clásicos enemigos públicos que el kirchnerismo construyó en su relato.
¿qué enseñanza deja esta sucesión de contradicciones?. A ver...
Que el poder no es para siempre y la soberbia siempre es mala consejera.
Que lo más importante es ser fiel a uno mismo.
Que los hechos son más importantes que el discurso.
Que retirarse a tiempo con algún grado de honor hubiese sido mejor que enchastrarse en el barro de la contradicción perpetua y la corrupción asesina. (Cristina no debió presentarse en el 2011, pero claro todavía no había empezado a tapar los chanchurrios y todavía pensaba que era eterna.)
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