domingo, julio 06, 2014

La vieja faltará al trabajo para que Boudou no quede detenido por Bonadío




En el arte de inventar enfermedades, nadie le gana a Cristina Fernández: siempre que la realidad amaga con presentarse en su despacho, tieen cáncr, un chichón que la ausenta 4 meses o una disfonía que le impide ir a trabajar una semana.
Si viene una devaluación, está leyendo el Granma con Fidel Castro, si están masacrando negritos, está bailando con Moria Casán. La señora siempre está en Babia. De hecho, en su programa de TV vespertino ("Desayunando Con Cristina", junto a Pepe Kicillof Pompín) es la presidentA de la República de Babia, que está integrada por su familia. Y por eso nos cuenta las novedades familiares.
En vísperas que de que posiblemente Boudou quedé detenido esta semana, cuando concurra a su segunda declaración indagatoria -por un auto importado con papeles truchos, delito del que solo la mafia tilinga de Puerto Madero puede esperar afuera el juicio- será el presidentO de todos y todas y custodio de los millones y millonas que tiene la vieja en el exterior.
Es sabido también que cuando a la vieja se le recuerda que es chorra se defiende haciendo pucheritos y dando lástima, en una versión remixada de otra viuda célebre: la primer presidente de Argentina. Isabel Perón, que era más honesta.
Para meterle presión al juez K en camino hacia el nazismo y la misoginio (como el ex beliebers K, Ariel Lijo) la presidentA se quedará viendo tele, series yanquis por la cooperativa de cubanos revolucionarios, DirecTV, de manera de psicopatearnos a los argentinos: queda el Cacográfico a cargo.
Y sería medio fulero que Bonadío haga justicia y mande al calabozo al Numismático cuando esté ejerciendo la presindencia del país.
Astuta, la vieja. Para el choreo y la impunidad. Si pusiera un 10% de esas ganas y esa astucia en su desempeño laboral como empleada pública, no habría un tercio de los argentinos bajo la línea de pobreza.
Cambio y fuera.

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