Que de ahora en más le eche la culpa del desquicio económico a esta decisión, es otro cantar. De todos modos, si no era el default, era otra cosa. Iba a buscar, de todos modos, algún culpable para su estrepitosos fracaso económico. Pero esta decisión es correcta.
Habrá que discutir los detalles, como en todo. Pero si se caía la reestructuración de la deuda del 2005 se volvía a caer la Argentina y en el peor de los escenarios: trasladar -MÁS AÚN- esfuerzo y trabjo nacional al sistema financiero. Que es global. Y atraviesa a todo el sistema político (con la soja, los inmuebles, los bonos, y un largo etc) o casi todo. No hay una correlación de fuerzas para hacer lo que corresponde: investigar el origen de esas deudas.
La mayoría de la clase política -la única clase con conciencia de clase- aplaudió el pago de la Asignación Universal Para Esquenazi que fue la supuesta "indemnización" a Repsol. Y así. Probablemente nunca se sepa en qué se patinó las reservas Kicillof, pagando el doble de deudas de muy dudosa legitimidad.
Dentro de las posibilidades realmente existentes, dada la crisis que creó Cristina y no el juez Griesa que los esperó y esperó, pero entre la desidia y el giro a la derecha, no quedó guita ni margen político. Dentro de ese marco acotado, con una economía neoliberal como la Argentina pero sin crédito (el neoliberalismo más berreta posible), la decisión es la correcta.
Los tribunales argentinos no son como las yanquis, son mejores. No arruinan Paraguay, Cuba, Uruguay, pidiendo intereses ridículos y embargándoles cosas para pagar deudas que, bue, en fin, ni siquiera se conocen.
La deuda externa es fundamentalmente un curro, manejado por el sector más favorecido de los últimos tres años: los banqueros. Ese sector es peligroso. Y ahora, con el botín tan cerquita, van a ser más fans de la vieja que Luis D Elía. Protestarán un par de semanas, como es de rigor. Pero la verdad es que luego irán por el botín. Y la vieja quiere irse sin complicaciones judiciales por lo que choreó, por eso tantos regalos al sistema financiero. Pero el default hirió de muerte el giro a la derecha.
¿Sabrá manejar Cristina esta crisis?
Ese es otro cantar.
¿Hay que ponerle huevo y limón a la mayonesa? Sí. ¡Pero se me cortó culpa del limón! No, culpa del cocinero.
La decisión es la correcta.
Pero se vienen tiempos muy difíciles. Muy. Aunque, ojo, si Cristina no tomaba esta decisión, las cosas iban a ser, según mi nunca humilde parecer, peores. No llegaba a terminar el mandato.
Con esta decisión se gana una coartada poderosa.
Y si además entiende que un tercio de la población, la que está bajo la línea de pobreza, es un polvorín a punto de estallar y vuelve a destinar dinero y políticas sociales eficaces en vez de autohomenajes aplaudiéndose las aspirinas municipales para el desastre nacional; si hay guita para los de abajo, hasta podría tener algún futuro político la excelentísima señora presidente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario