Estamos peor que en 2001

Cuando un escándalo tapa otro escándalo, a menudo ganan el comando de los escándalos, los más poderosos. Es lo que pasa hoy.
La disputa entre un gobierno neoliberal por la quiebra de su propia proyección a tomar deuda, reduce la discusión pro FMI contra un juez municipal; en un país que tocó récord absolutos de pobreza y por eso no se publican las estadísticas correspondientes.
Para que quede absolutamente claro: el nivel de pobreza en Argentina es el más alto de toda la historia nacional, razón por la cual, no se publican las cifras correspondientes.
Las consultoras privadas, chantas al estilo de las encuestas que publica Raúl Kollman, siempre subestimaron los niveles de pobreza. Más aún hoy, la empresa privada más involucrada en el negocio de la pobreza, que la corporación católica, subestima los datos de pobreza y mira para otro lado sobre el escándalos de que no se publiquen las cifras, por la alegría de la vuelta a un estado fascista de Nación Integral Católica, que la vieja con el genocida Bergoglio impulsan. Recuérdese que el SEDRONAR pasó de estar dirigido por un narcotraficante a un fascista católico, que representa el otro lado del mostrador de la industria del narcotráfico. las cárceles católicas para (violar) rehabilitar menores.
Después de la brutal trasnferencia de ingresos de los trabajadores a la República Unida de la Soja, Kicillof anunció que los datos de pobreza se estaban dantempalmando y luego por ósmosis desaparecienron.
Todos los jubilados están escandalosamente por debajo de la línea de pobreza que traza el mismo estado, aún considerando que CristinaKirchner es mitómana: eso motivó un encendido aplauso de los mismos funcionarios que se enriquecieron a partir de empobrecer el país.
En la ola de autohomenajes alienantes y la alcahuetería mercenaria que le hace de coro periodístico, no existe espacio para la realidad, que luego a menudo se cuela para traer malas noticias, generalmente violentas.
Y entonces vienen los milicos con los ´palos y los muertos siempre los ponen los trabajadores, mientras la vieja baila con Moria Casán.