sábado, septiembre 20, 2014

A la pobreza te acostumbrás, a la derrota te acostumbrás




Cuando Néstor Kirchner asumió en 2003, una de las claves para la recuperación del empleo fue la obra pública y la manera de ejecutarla. Por ejemplo, en el caso de las viviendas, ninguna empresa adjudicataria podía construir más de 300.
Duró poco ese impulso, pero fue efectivo. Quedará para la historia si el objetivo era alejar a Pescarmona y Techint para reducir los monopolios o si el asunto era hacer ingresar a Lázaro Báez y Cristóbal López. Lo concreto es que la generación de trabajo se vio, se pudo sostener y recién cuando falleció Kirchner y su viuda empezó a hacer boludeces y se fabricó una crisis (por acumulación de impericia), esos puestos de trabajo se destruyeron.
Esta crisis es diferente a la del 2001, aunque sus consecuencias sociales sean parecidas y en la calle se respire el mismo clima. Hoy, todo indica que la incapacidad de Cristina Fernández empeorará las cosas, exactamente al revés que en el caso de Néstor Kirchner en 2003. Y exactamente al revés es el ciclo de la soja: subía entonces, baja hoy. Y por más sarasa de los que trabajan de adular al poder, la República de la Soja nunca dejó de ser República de la Soja.
Claro que Néstor Kirchner puso el alza de la soja en la obra pública y su viuda en canales de televisión. Pero cuando la vieja ya esté paseando con su comitiva por los tribunales, la clave de la recuperación inmediata del empleo va a girar por cómo se encare la obra pública.
Si es de manera delincuencial, con Cristóbal López o Pescarmona, la situación laboral será exactamente igual a ahora. Los dos candidatos kirchneristas mejor ubicados en los sondeos, Scioli y Macri, tienen acuerdos con el albañil narcotraficante Cristóbal López. Y de Massa se sabe poco y nada. Entre otras cosas por que él no quiere que se sepa.
La generación de empleo para los sectores populares, condicionante real de la política y sus avatares, va a estar, a su vez, condicionada por los acuerdos de sometimiento a China, que van a durar mucho por la magnitud del crecimiento de la deuda externa tras la gestión del boludo de Kicillof. China tiene salarios esclavos y voluntad de primarizar la economía que somete, como se observa en África. Es curiosa la dictadura del proletariado, pero es lo que hay. Argentina va a quedar atada a los préstamos con los que se cubre el desendeudamiento, jajaja, bue, usted me entiende. Ese lenguaje irreal, onda ATC, es genial para la sutileza.
Como Pescarmona debe ahora cantar loas a la liberación nacional, porque Kicillof le regaló plata nuestra, es probable que lo metan en alguno de los proyectos faraónicos de la vieja, que naturalmente no se van a hacer, pero una vez devaluada la plata que le dimos, habrá que hacer el circo de cobrarla, con lo cual el próximo gobierno arranca con Pescarmona adentro.
Lidiar con el narcotráfico es casi imposible, como bien lo muestra Susanti Pancho, es mejor hacerse amigo de la Reina del Colifato de la Efedrina y más aún, ofrecerle el Banco Vaticano para lavar dinero como hace todo narcotraficante del mundo que se precie. Eso sí: todo en nombre de grandes y nobles ideales, dentro del microclima feudal siempre, donde se puede prescindir de los resultados.
¿Habrá que resignarse a este país desigual, embrutecido, con gente durmiendo en las calles y las villas creciendo? Si es así, entonces esta es la normalidad, Scioli nos traerá el desarrollo.
Sino será así, hay que ir viendo cómo disminuir la pobreza, cómo contrarrestar el Plan Ambiental de Kicillof: llenar el país de cartoneros y los bancos de arbolitos.

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