martes, septiembre 16, 2014

La cumbia de lo selenatikas



Con un vicepresidente descubierto en sus diversos robos y truchadas, el gabinete más mediocre de la historia democrática y un coro de alcahuetes mansamente desacreditados por sus constantes volteretas, la excelentísima solo podía levantar a su hijo vago de la cama y ponerlo a trabajar. La cosa no funcionó y en semanas se evaporará esta versión norcoreana del papelón nacional. Pero mientras tanto, el Partido Justicialista y los gobernadores e intendentes del peronismo, saben que deben manejarse como si estuviéramos en acefalía, por que Cristina Fernández hizo mierda el estado, se robó hasta el agua de los floreros y ahora manda a decir -eso fue lo que quiso transmitir Máximo Kirchner, pasa que no supo hacerlo- que apuesta a la derrota del peronismo y a que su familia tenga fueros y ella algún poder político para el cansino paseo por tribunales que le espera.
El peronismo no es de suicidarse, así que lo esperable es que sin grandes llamados de atención, continúen los movimientos internos para diferenciarse. 
Pero le resultará muy difícil al peronismo esquivar la trampa de Cristina. Como Menem, el planteo de "yo o el caos" implica, con sencillez, que la vieja ponga en riesgo la marca "Gobernabilidad" sino la dejan hacer su programa de TV, para el cual, necesita del estado nacional. ¿No sería una buena idea decirle a la familia gobernante que la Constitución en su artículo 178 dice que "Quienes hayan heredado la presidencia y pongan en riesgo su salud al estar tan estresados, tienen derecho a hacer su programa de TV utilizando la Casa Rosada como estudios centrales, pero pueden nombrar un presidente que se encargue de administrar el estado y sus bienes"? Es una idea nomás.



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