lunes, septiembre 29, 2014

Mirá que 4 Frepasistas trasnochados van a extorsionar al peronismo para zafarse de la cárcel

El que gana conduce






Con el río revuelto cualquier hipótesis, teoría y versión es válida y creíble. Falta poco para la campaña de 2015 pero a la vez y por ahora, no hay nada cerrado.

Es el momento en el que las bases comienzan a moverse sobre lo construido para cuando llegue el momento, cerrar lo mejor que se pueda. Toda elección tiene este momento previo donde juegan todos con todos tratando de cuidar los propio para cuando llegue el momento de sentarse, hacerlo con la espalda lo más ancha posible.

La irrupción de Máximo Kirchner en la escena mediática encabezando un acto y discurseando sobre sus familiares, su apellido y lo grande que es su familia, debe leerse dentro de ese proceso. Al carecer de toda formación y legitimidad política, su discurso apelo a lo único que tiene el Líder de La Campora para decir, que es el hijo de la Jefa que maneja los 400 mil contratos con el Estado.

En una organización cuya única ocupación es alabar y aplaudir lo que la Presidenta diga y haga, incluso cuando eso que dice se contradiga con lo que hace, es imposible fijar un concepto político. La Campora siempre fue un Club de Fans, una organización construida desde el poder para acompañarlo, no para generarlo, lo cual origino el incremento de consumo sin posibilidades de sustentabilidad. Paradójica semejanza con el manejo de la economía argentina.

De ahí que La Campora necesite constantemente que le digan lo que hacer, decir, gritar, cantar, debatir, etc… sin coordenadas se extravían, puesto que lejos de ser una organización política, son un Club de Fans.  Su estructura, su forma de promoción, sus ascensos, descensos y expulsiones, sus formas de encuadramiento y su incapacidad electoral, son la viva muestra de ello.

Como decíamos anteriormente, estamos en un momento de armado y recolección previo al cierre partidario. Por eso es que las internas en todos los frentes se encuentran al rojo vivo y dar cualquier paso en este momento es pisar en falso.




La interna del FPV no es la excepción. El kirchnerismo duro muestra lo que tiene en todos los frentes internos. Lo hizo el Movimiento Evita, lo hizo Convocatoria Popular, lo hizo La Campora y lo hará Nuevo Encuentro. Ni unidos ni organizados, pero todos visibilizan su capacidad de movilización frente a su ausencia de votos propios.

El candidato del FPV es Daniel Scioli, no existen otros candidatos seriamente presidenciables dentro del frente.  Los actos de las distintas corrientes kirchneristas son para subirse el precio a la hora de negociar lugares en las listas.

Jose Cornejo, expresa en su excesivo voluntarismo el mensaje camporista en forma clara y concisa al hablar de la “capacidad de movilización” del kirchnerismo duro. Es un mensaje para quien encabece la lista del FPV. Una suerte de advertencia sobre lo “poderosos” que pueden ser en un lugar de oposición.

Es el momento apropiado para realizar este tipo de acciones, puesto que ante la incapacidad de convocar el voto popular, se decide mostrar su poderío movilizador. De ahí las menciones de Máximo a la mama, su apellido y su supuesta tracción de votos.  La “Fuerza Propia” no se puede permitir quedar sin fueros por el crecimiento sostenido con raíz diversificada de las causas penales. Los que sueñen con que quienes dirigen La Campora jueguen a perder, no observan la necesidad que tienen los pibes por una rápida liberación.


El drama es todo para Daniel, que como dijimos anteriormente, para escalar en las encuestas debe alejarse del kirchnerismo duro sin separarse estructuralmente del mismo. La incapacidad de La Campora y CFK para conducir favorablemente la economía nacional, es pianta votos pero el despegarse completamente achicaría las arcas de los gobernadores del PJ resultando insostenible cualquier tipo de campaña.

Todo esto, tras un candidato que ni siquiera saben podrá ganar.

Esta práctica no solo es perjudicial para la imagen de su propio candidato, también daña directamente la adhesión del peronismo en general. Como decíamos, es momento de movimientos y en ninguna mesa agrada que los candidatos se los vengan a imponer, sobre todo si no tienen votos, sobre todo en el peronismo.

No sería extraño que frente a esta extorsión que limita el juego político a la hora del armado, el techo electoral del kirchnerismo y un pronóstico económico nada esperanzador, los garrochazos se incrementen exponencialmente en los meses posteriores.

El que gana conduce.

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