lunes, octubre 27, 2014

El homenaje de Lisandro Varela a Néstor Kirchner

Néstor Kirchner tenía un Kung Fu mucho más rápido que el de los normales. Por eso los normales parecíamos todos fronterizos.

Néstor Kirchner hacía que este planeta girara alrededor de su imán de bronca y bilis. La mayor parte del tiempo todo era un asco, pero era un asco ordenado, en calma, lento hacia otra victoria de Néstor y después de nuevo el orden y el asco.

Néstor Kirchner era un villano con tanto rock que a nadie le dio el coraje para ser el superhéroe que le pateara el culo.

Ahora hay chotos que bailan alrededor del tigre muerto, como en una novela de Salgari leída por un chico con fiebre.

Néstor Kirchner era horrible de una manera hermosa, verdadera, anclada en la perversión pero lejos de la hipocresía. No haber sido un hipócrita hace un epitafio de buen mármol.

Néstor Kirchner era el mejor de todos al servicio de la nada. En cinco días no hay más proyecto cultural Kirchnerismo Futbol Club. Lo que viene es el alivio de muchos de no sentir más una mano en la garganta.

Néstor Kirchner pudo ser más que Perón pero ser fue de rosca en el operativo de juntarla. Tenerla es tener poder, tenerla toda es tener todo el poder, debe haber pensado.

Néstor Kirchner era un Darth Vader pesadilla para el guionista que no lo podía hacer perder. Ahora ese sable láser no prende más. Pero ese sable laser era todo un sable láser.

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