miércoles, octubre 01, 2014

Se va Fábrega, asume Alejandro Vanoli, custodio de Lázaro Báez



La renuncia, inevitable tras el discurso sacado de la vieja, es el último golpe de timón para que la banda de gánters que es hoy el gobierno consolide su estrategia de impunidad. No hay grandes diferencias ideológicas y nunca las hubo: Kicillof, a la derecha de Fábrega, quería volver al endeudamiento, pero el fallo de Griesa le obturó esa posibilidad. Crédito hay, hasta Libia y el Estado Islámico se endeudan, el tema (penal) es a qué tasa.
Los pagos generosísimos y habrá que investigar en Syechelles por las comisiones, al CIADI, al Club de París y a Repsol fueron un fenomenal aumento de la Deuda Externa al pedo, es decir, no cumplieron con los fines esperados. Aunque el boludo de Kicillof haya dicho "tenemos todo estudiado".
La ida de Fábrega es propia de las crisis autogeneradas, como la de De La Rúa y ésta de la vieja, que está completamente desorientada, como demostró ayer. La asunción de Alejandro Vanoli, un delincuente, le permitirá a la vieja tapar que las cuevas las maneja ella a través del segundo de Zanini. Y más importante aún, le permitirá a la vieja después de que deje la presidencia y cuando esté paseando por Comodor Py, tener a un Presidente del Banco Central cuidándole las espaldas.
Todo lo demás -por caso, asuntos menores como esconder la pobreza, mentir la tasa de inflación y hacer concha la economía nacional- para Cristina Fernández de Kirchner es absolutamente secundario. Ella está en los grandes temas. Robar.
La buena noticia: aún el Estado Islámico y Estados Unidos, unificados para asesinar a la vieja, no han logrado su cometido. Venceremos. Patria o Suerte.

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