Parrili, Secretario de Coordinación Estratégica del Pensamiento Judicial

La asunción de Oscar Parrilli como Secretario de Coordinación Estratégica del Pensamiento Judicial naturalmente, no cambiará nada. Al igual que Rocardo Forster con los profesores y periodistas, el gobierno le da a Parrilli toda la cobertura necesaria para su enriquecimiento a cambio de llevar a los jueces y fiscales de viaje al exterior, becarlos en diferentes charlas y repartir canonjías a los jueces militantes.
El nivel de eficacia es relativo. Pero al igual que Forster, la falta de resultados es un valor positivo de cara a la vieja y ni que hablar de su hijo Ni-Ni, así que las cosas transcurrirán por el camino normal de la extorsión, la persecución y el espionaje político tratando de garantizar la impunidad para la oligarquía política que usufructúa el estado para beneficio familiar.
Al igual que Forster, los códigos mafiosos exigen que toda la familia pase a depender de la varita mágica de oro de la vieja, pero Parrilli esto lo entendió gustoso hace mucho y no tiene veleidades intelectuales que le impidan su carrera delictiva, como las tuvo allá lejos y hace tiempo, antes de ser propagandista de De La Rúa, Ricardo Forster.
El uso del erario público y la coerción estatal para garantizar los negocios está llegando a su fin, así que es de esperar que los entusiastas partidarios de la corrupción comiencen a encontrar la cara del Che Guevara en Scioli y le ofrezcan sus servicios de cantata libertaria.
En estos momentos, mientras Casey Wander juega con Cristina a la casita robada, desde la Secretaría de Coordinación Estratégica del Pensamiento Judicial (SIDE, por sus siglas en iraní) se está evaluando a quiénes entregar a cambio de impunidad para la vieja, Larry de Play y Flor Keey.
Si yo fuera Mariano Recalde, Amado Boudou o Abal Medina, ya estaría buscando un país sin tratado de extradicción.