De nada

Menos los que trabajan de adular a la vieja tonta, cualquiera podía advertir -y se advertía y decía, en todos lados- la mano de Stiusso detrás del "retorno de la política"; enunciado vacío y un poco idiota, tirado a la marchanta tras el fin de la política en el ciclo kirchnerista: cuando murió Néstor Kirchner. Quien también usaba la SIDE para esas tareas. Pero no al punto de ir a espiar a su ex Jefe de Gabinete para ver si se va a presentar a elecciones, en vez de llamarlo por teléfono.
La principal imputada en loa denuncia de un delito de lesa humanidad, imprescriptible, nos quiere hacer creer con sus análisis simióticos que no es la principal beneficiaria del crimen que trató y trata de encubrir: la muerte de su denunciante.
De los finales imaginables, éste es el peor.
Ya antes de que mandara matar a Nisman Cristina no tenía más destino que la cárcel, por chorra, y el fracaso político, por tratar de copiar el oficio de su marido con carpetazos de la SIDE.
Pero ahora, sencillamente, deberá sumar el escarnio -con métodos muy K, por cierto- durante los próximos años.
Probablemente, en su enfermiza megalomanía, aún no se de cuenta de este hecho, porque de darse cuenta habría mayores dosis de fascismo y asesinatos.
En cierto sentido, es una ventaja que esta mujer sea tan rematadamente tonta.