lunes, octubre 24, 2011

Profecías.



Jueves 03 de febrero de 2011 | Publicado en edición impresa

Quién será el próximo presidente

Por Luis Majul | LA NACION
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La presidenta Cristina Kirchner ganaría la primera vuelta, pero perdería la segunda. El próximo presidente podría ser Mauricio Macri, con el apoyo de Francisco de Narváez y Eduardo Duhalde, porque hay un principio de acuerdo para concretar una sociedad política. Daniel Scioli iría por la reelección en la provincia porque jamás se atrevería a romper con la viuda. Ricardo Alfonsín triunfaría en la interna frente a Ernesto Sanz, pero terminaría tercero en la general porque expresaría una versión más honesta del kirchnerismo. Pino Solanas haría una excelente campaña y les quitaría votos tanto a la Presidenta como al radical. Gabriela Michetti sería la candidata a jefa de gobierno de la ciudad y obtendría más votos en primera vuelta, pero debería esmerarse mucho para ganar en el ballottage, frente a Daniel Filmus o Solanas, si al final el cineasta decide postularse en ese distrito.
Estas son algunas de las conclusiones parciales sobre las próximas elecciones presidenciales de octubre obtenidas en enero, después de hablar, entre la arena y el cemento, con diversas fuentes: dos ministros que apoyan la candidatura de la Presidenta, un funcionario cercano al gobernador Scioli, un radical que trabaja para Alfonsín y otro para Sanz, personas muy cercanas a Macri, De Narváez y Duhalde y dos encuestadores que no trabajan para el Gobierno.
Cada una de las afirmaciones merece una explicación. Hoy, Cristina Kirchner tiene un poco más del 30 por ciento de intención de voto. Uno de los encuestadores le otorga hasta el 35 por ciento. El mismo profesional asegura que detrás de ella se ubica Alfonsín y enseguida Macri, ambos con un poco menos del 20 por ciento. El otro encuestador sostiene que Macri supera por muy poco al hijo del ex presidente y que hacia fin de año quedó posicionado como la mejor alternativa contra el oficialismo.
La muerte de Néstor Kirchner hizo subir la intención de voto de su esposa hacia un techo que, hasta noviembre pasado, perforaba los 40 puntos. Aquel impulso hizo pensar a propios y extraños que ella podría ganar en primera vuelta. Pero desde ese momento viene cayendo y sus decisiones sobre los sucesos de Villa Soldati le hicieron perder buena parte del apoyo de la clase media. Ambos encuestadores vaticinan que la curva seguiría en descenso, lento pero continuo, por el desgaste en el ejercicio del poder.
El ministro cristinista piensa que la mayoría de la gente va a volver a elegir a la Presidenta porque el consumo no se detiene y los recursos que van a gastar en la campaña harán cambiar de parecer a muchos indecisos. Es decir que al núcleo duro del 25% de votos kirchneristas se le van a sumar por lo menos otros 15 para imponer a la jefa del Estado en primera vuelta. "¿Y Scoli?", le pregunté. "Daniel sólo irá por la Presidencia si Cristina se lo pide. Y ella no se lo va a pedir nunca", aseguró.
Un fuerte candidato de la oposición coincide en parte. Acepta que el kirchnerismo posee un núcleo duro del 25 por ciento. Pero asegura que los que jamás votarían a Cristina representan por lo menos la misma cifra y que la porción por conquistar está en el 50 por ciento del electorado no politizado. Es decir: personas que todavía no piensan en las elecciones de octubre porque están de vacaciones, o a punto de empezarlas o de regreso al trabajo y el estudio, después de unos días de descanso.
Para argumentar que para las presidenciales falta una eternidad, el dirigente recordó que en marzo de 2009 el candidato Kirchner tenía una intención de voto del 25 por ciento y que De Narváez apenas arañaba el 15 por ciento. "Tres meses después, el Colorado le ganó a Néstor con un poco más del 30 por ciento de los votos." Para él, la pelea entre la continuidad y el cambio se debería definir, por lógica, a favor del segundo concepto. "Y en la Argentina ninguna fuerza política puede gobernar dos períodos seguidos. Siempre la sensación de hartazgo le ganará al mejor candidato", concluyó.
Pero la pregunta clave es: ¿quién se erigirá como el representante del cambio, lo nuevo o lo distinto? El Gobierno eligió a Macri como su principal adversario porque cree que así polarizará el electorado y ganará las elecciones. Y el jefe de gobierno de la ciudad está seguro de que será candidato a presidente y que De Narváez y Duhalde terminarán apoyando su movida como la única forma de asegurarse que el kirchnerismo no continúe en el poder.
¿Cuáles son las verdaderas posibilidades de Alfonsín? En la Unión Cívica Radical casi nadie duda de que le ganará las internas a Sanz y que eso afectará mucho las expectativas de Cobos. Lo que ponen en duda dentro y fuera del partido es que el diputado nacional sea percibido como la figura capaz de gobernar la Argentina con mano firme frente a factores de poder como Hugo Moyano o dirigentes sociales como Luis D'Elía. En todo caso, Solanas y Carrió van a buscar los mismos votos que persigue Alfonsín. Y una parte de ese electorado es también el que Cristina Kirchner aspira a seducir para hacer la diferencia.
Si la Presidenta tocó su pico de intención de voto después de la muerte de su marido y los líderes de la oposición irán subiendo en las encuestas a medida que se acerque la fecha de la elección, la gran incógnita será en qué momento se cruzarán las curvas.
Igual, en la Argentina, ocho meses equivalen a más de una vida. Y puede pasar de todo: desde que la Presidenta no se presente por razones personales o porque tema perder la elección hasta que un imponderable como la muerte de un militante termine por colocar todo patas para arriba.
© La Nacion




¿Más de lo mejor o más de lo peor?

Por Luis Majul | LA NACION
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Cristina Fernández ganó por escándalo (tuyo). Chocolate por la noticia. Ahora la gran pregunta (tuya) es hasta donde aguantará la economía para sostener, durante los próximos dos años, semejante nivel de adhesión (6 años con esas profecías...). Y cuán exitoso será el nuevo intento por neutralizar a los medios (aplicar la ley, querido) y los periodistas que piensen distinto y se atrevan a manifestarlo.
La mentalidad "milica" del nuevo cristinismo (cómo estamos), a la que aludió Tomás Abraham en el primer número de la nueva época de la revista La Maga, sigue intacta. Y más vigilante que nunca. Los oficialistas acríticos encontraron en la palabra "gorila" una síntesis de todo lo que "deben combatir" (?). Es triste comprobar cómo miles de jóvenes, en una etapa de la vida donde deberían reivindicar el intercambio y la discusión de ideas y la rebeldía, adhieren a dos o tres consignas ("el campo somos todos", "TN puede desaparecer", "estamos aislados del mundo" "la mentalidad milica del cristinismo"), sin argumentos de peso (oh! jajaja), y ni siquiera se atreven a cuestionar, en voz baja, los hechos de corrupción (como las privatizadas AFJP), de autoritarismo (como Papel Prensa) o de violencia física (como la apropiación de bebés).
Mañana o pasado, cuando comience la (tu) lucha por la sucesión, o más tarde (sí, cuando acabe este veranito económico que empezó en el 2003), cuando se empiecen a conocer los verdaderos índices del costo de vida, de la pobreza y de la desocupación, si son sinceros, algunos "soldados de Cristina" reconocerán que su idolatría por el modelo era exagerada. Y si no se recibirán de burócratas del cinismo y la hipocresía (claro, te dan la razón  son cínicos e hipócritas: epa que amanecista soberbio!), dos características propias de casi toda la clase política (menos, dijiste la vez pasada, de Carrió). Ahora, cuando persisten los festejos de una victoria legítima (¿en serio?), inédita (bue, en El Dueño no estaba editada...), histórica e indiscutida (¿indiscutida? ¿No acabás de escribir tooodo lo contrario?), parece que nada importa (en que quedamos...).
Ni la agresión de Guillermo Moreno a un militante de Pro (según tu cabecita metirosa), ni la media verdad de la científica Cecilia Mendive, a quien hicieron aparecer como una "repatriada" cuando era una becada del Conicet que iba y volvía de la Argentina (donde en el 2003 cobraban 250 pesos). Ni el uso y abuso del prestigio de las organizaciones de Derechos Humanos para conseguir votos (entre el abuso está haber cuestionado los indusltos y anular las leyes de impunidad), ni adueñarse de la plata del Estado (queriendo ser gobernante electo, a diferencia de los 7 millones que te llevabas vos de la plata de los jubilados), ni el desmantelamiento de los organismos de control para evitar y castigar los hechos de corrupción del Poder Ejecutivo (según dice El Dueño). Parece que todo da igual. Ser corajuda y coherente y sincera, como Magdalena Ruiz Guiñazú, que presentarse como una víctima de la dictadura sin serlo (como Magdalena), cambiar de opinión de la noche a la mañana o recorrer las intendencias del conurbano bonaerense haciendo proselitismo a favor del gobierno, como Víctor Hugo Morales.(jajaja, y todo porque te deschavó como un farsante y analfabeto funcional)
La Presidenta ganó en toda la línea. Por mérito propio y de su gobierno, que supo acompañar el viento de cola de la demanda de alimentos de China y de la India con políticas activas como la Asignación Universal por Hijo con otras de enorme repercusión cultural, como el apoyo a la Ciencia y la Tecnología y la ley de matrimonio igualitario (y la ley de medios, por ejemplo).
No es relevante discutir ahora si, para hacerlo, el oficialismo tomó proyectos originales de otros diputados u otras fuerzas. Es válido que lo haya hecho, igual que lo hizo Perón con los proyectos laborales y de igualdad que impulsó el socialista Alfredo Palacios. Ella ganó por paliza porque la muerte de Néstor Kirchner dio vuelta el mapa político como una media y disparó su intención de voto del 12 hasta el 32 por ciento en apenas veinte días (ah, no es que vos bolaceabas, noooo). Ella aplastó a sus adversarios porque sus expertos en marketing político (¿?) registraron el fenómeno y potenciaron su trepada hasta superar el 50 por ciento de los votos. Ella se fue transformando en intocable e invencible a través de sus apariciones públicas, al compartir el duelo por la muerte de su compañero con las multitudes mientras difundía datos positivos de la economía, algunos de ellos "inflados" como la cantidad de nuevas viviendas construidas desde 2003 en adelante (¿no es que eran todas mentiras? ¿no es que la economía se va a la mierda?).
De ahora en más importa saber cómo sigue. Si logrará imponer la reforma de la constitución para conseguir una nueva reelección o la reelección indefinida (juaz). Si Daniel Scioli o Mauricio Macri tendrán la fuerza política para plantarse e impedirlo. Si Ella impulsará la creación de leyes capaces de modificar, por ejemplo, el derecho a la propiedad o el reparto de ganancias de las empresas a sus trabajadores. Si avanzará contra Papel Prensa para terminar de eliminar a todos los medios críticos. Y si habrá algunos jueces y una Corte Suprema equilibrada, capaz de impedir que el gobierno se lleve el mundo por delante (en síntesis: si gobernará para el programa que vos imaginás o si gobernará cumpliendo sus promesas).
Si uno revisa la historia política de El y Ella (si uno revisa las columnas tuyas...)y da por sentado que no habrá una crisis como la de 2001(y la pena que sentís) durante los próximos dos años, se puede plantear la siguiente hipótesis: lo que viene no será más de lo mismo; será (s) más de lo peor de lo mismo. Hegemonía (a no ser que se aplique la ley). Más soberbia (sí, sos soberbio, pero seguí así que yo me divierto). Más prepotencia (pero te queda linda). Más intolerancia (bue, no te da para ser sofisticado). Más acumulación de poder con mucha caja (mmm, guarda que Vila y De Narváez te la están poniendo al pedo) para convencer a los dubitativos (y no, no te sale, pero igual, dale para adelante).

Historia de Mayta



Por debajo del voto en blanco y del Partido Estudiantil terminó el Grupo Clarín, representado por Carrió. La agrupación que menos matizó la majulización de la política, la corrupción discursiva entre alienados intereses sectoriales, fanatismo sectario y grupos económicos dominantes, fue contundentemente rechazada por la democracia
Es de esperar que, como forro usado, las élites corporativas desechen a Carrió y busquen su reemplazante, para lo cual deben primero aceptar el default político en el que se sumergieron, donde los candidatos de derecha que hicieron una campaña basados en su desconocimiento -esto es, en una supuesta lejanía con Clarin, Techint, Monsanto y la Mesa de Enlace- como el estancierismo conservador, se quedaron con el voto últil, previsiblemente fugaz, de los sectores más ricos de la pirámide social. Binner perdió la provincia donde dinamitó la alianza que lo llevó al gobierno, pero ganó Recoleta, Barrio Norte y la República de Palermo. Las propias bases sociales de un partido de derecha serio, aceptaron el inteligente planteo de Binner de esconder a viejos obreros fabriles como De Genaro, Lozano, Buzzi y Tumini para reclamar un tope salarial, devaluació y eliminación de las retenciones; pero el dato sobresaliente es que estas bases sociales desoyeron los consejos de la vocería que supo comandar el Grupo Clarín. Que es, sin dudas, el principal derrotado. 
Para sacarse de encima a Carrió y recuperar terreno cultural, esta vocería requiere aceptar que el debate político, tras el default derechista, transcurre al interior del Frente para la Victoria, traducido en criollo: superarse a sí mismo en la majulización para plantear que el viento de cola también arrastró las manos de los votantes y que estos votantes, desprovistos de racionalidad, no votaron en defensa propia y contra los intereses concentrados, sino por ese viento de cola. Por la "economía", rama espiritualista que es la idea de la idea pero nunca representa en sí mismo la cosa. "Economía" que, encima, aunque los votantes no tengan el saber brujo que sí posee Carlos Pagni, se va a la mierda.
Este grado de abstracción, de microclima, de pérdida de referencia de la realidad, quedó debajo del reformista Partido Estudiantil, que está muy contento de poder defender las instituciones y baja por tanto el nivel adolescente de violencia verbal "revolucionaria"; lo cual explica que, por la negativa, la majulización se enciende en el resentimiento, la apuesta contra el estado de derecho y la banalización de la soberanía popular. Nada nuevo, solamente el mismo grado de lo mismo, pero radicalizado.
La autopercepción de la derrota es lo único que explica lo obtuso y rudimentario de salir a desmarcarse de esa derrota, discutiendo con los ganadores qué y por qué ganaron.
El intento de defender los intereses del Grupo Clarín, aísla a esa vocinglería de su capacidad de conducción -ya seriamente dañada- del resto de los intereses concentrados afectados por este proceso democratizador. El repliegue táctico de la oligarquía, el prudente alejamiento de Techint y las industrias de la locura de Héctor Magnetto, la sutil pero exitosa diferenciación por parte de la derecha menos suicida, son indicadores de un sano cambio de etapa.
La discusión de estos días en torno al significado de la derrota del Grupo Clarín, podrá, quizás, cristalizar institucionalmente estas nuevas relaciones de fuerza. Quizás. Sólo quizás.

sábado, octubre 22, 2011

Alto Guiso


Se empieza a caer el mito del Kirchner invencibleImprimirE-mail
Escrito por Luis Majul   
Lunes, 05 de Julio de 2010 08:57

En pocos días, a Néstor Kirchner se le cayó el mito de la invulnerabilidad que había sabido construir desde principios de este año, y que tuvo su pico máximo de ilusión con los festejos del Bicentenario.

Ahora "las balas" de la oposición, pero sobre todo, las municiones de la realidad, están penetrando hondo en su gruesa piel de animal político.Incluso la triste derrota del seleccionado argentino, con Diego Maradona a la cabeza, podría ser leída, desde el propio imaginario K, como algo que no ayuda a consolidar la imagen de un líder victorioso. Los millonarios programas de televisión oficialistas que presentaron, de manera forzada, la llegada a cuartos de final como el triunfo de La Buena Onda contra La Oposición Crítica deberán ahora recoger las banderas y maquinar nuevas operaciones, porque la del Efecto Mundial se acaba de derrumbar.

Pero lo peor no es lo anterior.

Lo más grave es que todo parece conspirar para evitar que el ex presidente consiga lo único que le importa de verdad: que Cristina Fernández le entregue el bastón de mando en diciembre del año que viene.

Veamos:

. La oposición en Diputados recuperó la iniciativa e instaló en la agenda nacional temas que ponen al gobierno del lado de Los Malos. Desde la media sanción a los cambios en el Consejo de la Magistratura para evitar la presión a los jueces hasta la discusión para restituir el 82 por ciento del salario a los jubilados y pensionados. También la posibilidad de que el Poder Ejecutivo no pueda tomar decisiones clave sin la aprobación del Congreso, como la aplicación de las retenciones al campo.

. Ninguna de las operaciones contra sus "enemigos" están saliendo como Kirchner lo planeó: El fracaso en la obtención de los ADN de Marcela y Felipe Noble Herrera, la decisión judicial que limita la pretensión del gobierno de quitarle Papel Prensa a Clarín y La Nación y las trabas de la justicia para poner en marcha la Ley de Medios también deben ser leídas, en los ámbitos de reflexión que apoyan el proyecto K, como un conjunto de derrotas impactantes. (En los próximos días se espera que la Corte Suprema decida la inconstitucionalidad de los artículos de la ley que obligan a las empresas periodísticas a desprenderse de sus activos en el plazo de un año).

. Todas las encuestas pronostican la derrota de Kirchner en segunda vuelta: Y lo que es más preocupante, contra cualquiera. Sea Julio Cobos, Ricardo Alfonsín, Mauricio Macri, Carlos Reutemann, Francisco De Narváez o Eduardo Duhalde. Este escenario contradice el sueño del ahora diputado nacional y desmorona el mito de la invencibilidad que presentaba a un Kirchner capaz de obtener el 40 por ciento de los votos con una diferencia de más del 10 por ciento sobre el segundo. (Mito que empezó a construir Artemio López a principios de este año y que ayudó a alimentar la verdadera "Corporación de Medios" que responde al kirchnerismo).

Como si todo lo anterior fuera poco, cada día que pasa se conocen nuevos detalles sobre los oscuros negocios con Venezuela. 
El fiscal de la causa está empeñado en encontrar alguna prueba en la ruta del dinero y los balances de las empresas favorecidas. Y los diputados más activos de la Comisión Investigadora quieren escuchar a alguno de los 23 empresarios que declararon bajo identidad reservada ante el entonces Defensor del Pueblo Eduardo Mondino.

La intención de Kirchner de hacer pública la declaración secreta de Eduardo Sadous tenía como propósito evitar que aquellos hombres de negocios se presenten ante los legisladores para contar lo que saben.

Pero ni siquiera esa "jugada maestra" de advertencia para los testigos les salió bien esta semana.