La estatización de las AFJP, por decirlo de algún modo, fue una de las mejores medidas del gobierno. Imposible de tomar por ninguna de las formaciones opositoras: sean las progresistas, hijas del brutal ajuste aliancista; o las peronistas de derecha, hijas del menemismo.
Peroooooooo, bue, bue: a mí me gustaría que los trabajadores no financien los estúpidos subsidios a las clases medias altas de la zona portuaria (los votantes de las formaciones opositoras) sea en los vehículos, las viviendas, la peluquería o la heladera; sino que financiaran al resto de los trabajadores que está en negro. Pero, bue, todo no se puede y habrá que seguir peleando, pero mientras tanto, se me ocurre que sería sensato que la ANSES y su dirigencia hija de la UCEDE, iniciara un proceso algo distinto a lo que viene haciendo. Quizás sea novedad para esta dirigencia que el país es ancho y grande, que los subsidios indirectos al 20% más rico de la sociedad son injustos e innecesarios y que en cambio, los subsidios descentralizados y directos (Ginés González García puede dar cuenta de esto) tienen un efecto mayor, más justo e inmediato.
Dirigencias conservadoras como las que gobiernan Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, tienden a un déficit estructural que derive en el financiamiento nacional (Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos) o la paralización de la obra pública (Santa Fe y La Pampa) mientras sostienen y garantizan la rentabilidad de los agricultores devenidos engranaje principal de la especulación financiera con garantía estatal. Si bien, el pequeño porcentaje de coparticipación de las ganancias extraordinarias, es un notable avance -que corre el eje de la discusión, sobredeterminada por los que pregonan un retorno al país de Julio Roca- hay otras áreas de gobierno que tuvieron un inicial impulso y hoy están estancadas. Como en educación, por ejemplo. Dónde sería bueno contar con un ministro.
Esto se me ocurría mientras veía un programa simple, concreto, y directo que implementó el gobierno de San Juan.
Gioja no es un revolucionario, pero tampoco el señor feudal que pretende la derecha progresista porteña, que ve la paja en el ojo ajeno, y colabora desde la izquierda estúpida a la consagración del balbuceante Macri como un estadista (las cosas que hay que aguantar, no?).
Entre 3.500 y 6.000 pesos por escuela por mes para contratar a un tutor, en cada escuela, reitero, de San Juan.
Y eso, en San Juan, que debe financiarse su propia educación -no en base a subsidios de todo el país, como en el caso porteño- es mucha plata.
Y el tutor, tiene la tarea de lograr reinsertar a los alumnos que abandonaron, que repitieron, que tuvieron problemas durante el año pasado en el curso lectivo.
Una buena idea.
Que sería bueno, de haber un ministro de educación, que se implementara en el país: con el dinero que actualmente va a las unidades básicas del catolicismo, a las distintas escuelas privadas, a súper universidades dónde la mitad de los alumnos vienen de secundarias privadas y luego el estado les financia sin contrapartida una educación de excelencia. Ahí está la plata. Falta redistribuirla, con un criterio de izquierda, de justicia social, de equidad, de progresismo: no de charlatanería que ensancha la brecha de desigualdad educativa que garantiza la continuidad de los patrones estructurales de desigualdad social, cultural, económica, regional.
O que todos tengan una educación de excelencia -lo ideal- o que por lo menos se guarde cierto equilibrio, se termine de subsidiar a los sectores medios altos y altos, y se contemple una política popular y nacional.
Lo que digo es, hoy, acá, imposible. La correlación de fuerzas, los vientos que soplan, insinúan un tibio reformismo que es visto por la derecha, y por la derecha progresista, casi como un atentado a la sacrosanta propiedad privada.
Pero cinco mil pesos por escuela, por mes, a todo el país, o siquiera a las zonas desfavorecidas, no es gran cosa. Se puede hacer, no cuesta, al erario, mucho. Y es inversión.
P/D: Estoy un poco ácido, hoy: la sopa de zapallos -qué bárbaro, de verdad, qué bárbaro- quizás me hinchó el estómago; almorcé y desayuné a la vez, y todo con agua de la canilla. Tengo mucho trabajo, atrasado, y pocas ganas. Estos días nublados, me tornan existencialista. Creo que un hombre, psicoanalizado, razonable, con sentido del humor, medianamente culto, amante del ecosistema, respetuoso de las reglas de la civilidad, sensato, puede, digamos, soportar todos los cataclismos sociales posibles; pero amar el trabajo, quererlo, apasionarse, naa, eso es para pelotudos. Así de simple. Y si esta piba sigue trayéndome carpetas, más y más laburo, con esa sonrisa de de brócoli hervido, hoy cometo un crímen, lo juro.
Peroooooooo, bue, bue: a mí me gustaría que los trabajadores no financien los estúpidos subsidios a las clases medias altas de la zona portuaria (los votantes de las formaciones opositoras) sea en los vehículos, las viviendas, la peluquería o la heladera; sino que financiaran al resto de los trabajadores que está en negro. Pero, bue, todo no se puede y habrá que seguir peleando, pero mientras tanto, se me ocurre que sería sensato que la ANSES y su dirigencia hija de la UCEDE, iniciara un proceso algo distinto a lo que viene haciendo. Quizás sea novedad para esta dirigencia que el país es ancho y grande, que los subsidios indirectos al 20% más rico de la sociedad son injustos e innecesarios y que en cambio, los subsidios descentralizados y directos (Ginés González García puede dar cuenta de esto) tienen un efecto mayor, más justo e inmediato.
Dirigencias conservadoras como las que gobiernan Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, La Pampa, tienden a un déficit estructural que derive en el financiamiento nacional (Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos) o la paralización de la obra pública (Santa Fe y La Pampa) mientras sostienen y garantizan la rentabilidad de los agricultores devenidos engranaje principal de la especulación financiera con garantía estatal. Si bien, el pequeño porcentaje de coparticipación de las ganancias extraordinarias, es un notable avance -que corre el eje de la discusión, sobredeterminada por los que pregonan un retorno al país de Julio Roca- hay otras áreas de gobierno que tuvieron un inicial impulso y hoy están estancadas. Como en educación, por ejemplo. Dónde sería bueno contar con un ministro.
Esto se me ocurría mientras veía un programa simple, concreto, y directo que implementó el gobierno de San Juan.
Gioja no es un revolucionario, pero tampoco el señor feudal que pretende la derecha progresista porteña, que ve la paja en el ojo ajeno, y colabora desde la izquierda estúpida a la consagración del balbuceante Macri como un estadista (las cosas que hay que aguantar, no?).
Entre 3.500 y 6.000 pesos por escuela por mes para contratar a un tutor, en cada escuela, reitero, de San Juan.
Y eso, en San Juan, que debe financiarse su propia educación -no en base a subsidios de todo el país, como en el caso porteño- es mucha plata.
Y el tutor, tiene la tarea de lograr reinsertar a los alumnos que abandonaron, que repitieron, que tuvieron problemas durante el año pasado en el curso lectivo.
Una buena idea.
Que sería bueno, de haber un ministro de educación, que se implementara en el país: con el dinero que actualmente va a las unidades básicas del catolicismo, a las distintas escuelas privadas, a súper universidades dónde la mitad de los alumnos vienen de secundarias privadas y luego el estado les financia sin contrapartida una educación de excelencia. Ahí está la plata. Falta redistribuirla, con un criterio de izquierda, de justicia social, de equidad, de progresismo: no de charlatanería que ensancha la brecha de desigualdad educativa que garantiza la continuidad de los patrones estructurales de desigualdad social, cultural, económica, regional.
O que todos tengan una educación de excelencia -lo ideal- o que por lo menos se guarde cierto equilibrio, se termine de subsidiar a los sectores medios altos y altos, y se contemple una política popular y nacional.
Lo que digo es, hoy, acá, imposible. La correlación de fuerzas, los vientos que soplan, insinúan un tibio reformismo que es visto por la derecha, y por la derecha progresista, casi como un atentado a la sacrosanta propiedad privada.
Pero cinco mil pesos por escuela, por mes, a todo el país, o siquiera a las zonas desfavorecidas, no es gran cosa. Se puede hacer, no cuesta, al erario, mucho. Y es inversión.
P/D: Estoy un poco ácido, hoy: la sopa de zapallos -qué bárbaro, de verdad, qué bárbaro- quizás me hinchó el estómago; almorcé y desayuné a la vez, y todo con agua de la canilla. Tengo mucho trabajo, atrasado, y pocas ganas. Estos días nublados, me tornan existencialista. Creo que un hombre, psicoanalizado, razonable, con sentido del humor, medianamente culto, amante del ecosistema, respetuoso de las reglas de la civilidad, sensato, puede, digamos, soportar todos los cataclismos sociales posibles; pero amar el trabajo, quererlo, apasionarse, naa, eso es para pelotudos. Así de simple. Y si esta piba sigue trayéndome carpetas, más y más laburo, con esa sonrisa de de brócoli hervido, hoy cometo un crímen, lo juro.
El "tapado" del que habla Artemio en su blog es Gioja. Ponele la firma
ResponderBorrarEn qué números te basas para decir lo que decís sobre San Juan, la Capital, S Fe y Córdoba?
ResponderBorrarEvidentemente, no en lo que aporta y recibe cada provincia de la Coparticipación Federal.