Binner en Entre Ríos

Ayer estuvo la vicegobernadora de Santa Fe, haciendo campaña en Paraná para los radicales, y dándole consejos a Urribarri (contra los superpoderes, por los cuales, menos de 3% del presupuesto votado por la legislatura se puede modificar: cosa que está mal; conviene hacer la Gran Binner: aprobar durante un trimestre un presupuesto...por decreto!!!).
Bue, paralelo a eso, el PS (partido sojero) hace campaña con sus candidatos de boleta única, aparte.
Y hace campaña, como la captura de la imagen que ilustra el post, con la cara de Binner (y el nombre, lo ponen en todos lados, porque la dirigencia socialista de acá tiene una ventaja y una desventaja: la ventaja es que los conocen poco, y la desventaja es que esos pocos, por eso, no los votan).
Tras conseguir un diputado nacional para la Sociedad Rural y cuatro constituyentes pegados a la lista sábana de Carrió en las presidenciables, con un 20% de los votos, ahora la realidad les va a pegar un cachetazo que los ubique en su lugar: un, con suerte, 5%.
Aunque la estrategia de campaña del oficialismo sea agrandarlos, a través de la crítica, muy difícilmente consigan la mitad de los votos que obtuvieron.
El fotomontaje con Binner es extremadamente trucho, y hace recordar los afiches que pegaban en la campaña del 2007 algunos peronistas ignotos, como mi amigo Santiago Gaitán, abrazado a un más que dudoso Kirchner. En esos años, el compañero Binner era kirchnerista y ganaba en Santa Fe. Ahora, ubicado en la centroderecha, disputa el amplio manantial sojero con Reutemaaaaan y, muy a mi pesar, parece que pierde. Coronando un triunfo histórico con una pronta derrota. Una pena.
Pero valdrá la pena ver cuál es la incidencia del fotomontaje trucho, traducido en votos avalando un crecimiento de la formación de centroderecha que, hijos de Pinedo al fin, recibe el nombre de Partido Socialista. Por la misma extraña razón quizás por la que mi amigo José Iparraguirre, que debería tener como sobrenombre, como apodo un respetable "Pepe", le dicen, sin más, "Falopa".
¿Quién puede entender los paodos? Nadie. ¿Quién puede entender que los empelados de la Mesa de Enlace se llamen socialistas? Nadie.