sábado, junio 20, 2009

De Narvaez


Pasó con Mauricio, cuando era Macri.
Parecía demasiado, un contrabandista, enriquecido por la dictadura militar, socio de la Patria Contratista que, bajo las millonarias transferencias regresivas del gobierno de San Alfonsín, terminó pagándole al gobierno, en su puja con los intereses financieros, con la hiperinflación descargada sobre las espaldas de la misma gente que ahora los vota. Tras la fiesta menemista, donde esa puja se resolvió a través de las privatizaciones -y pulverizando a la Patria Contratista, aliada ahora a los capitales de la Inversión Extranjera Directa que compraron por monedas las empresas monopólicas- y el colapso (para el 60% de los argentinos) que generó el menemismo, ya ni administrado por el piloto automático del progresismo porteño de Chacho Alvarez y De La Rúa.
Un nuevo ajuste sobre la espalda del 60% de los argentinos, esta vez para favorecer al otro conglomerado del capital centralizado. Macri, cuando muchos, parecía demasiado, dejó de ser Macri y pasó a ser Mauricio.
San Alfonsín y Duhalde, desde las sombras, impulsaban a Lavagna. Todavía, eran medidos. Querían favorecer (nuevamente) a Macri, a Techin, al Grupo Clarín, a Arcor, administrando las fabulosas ganancias de la Mesa de Enlace y de los bancos.
Ahora, ese maquillaje es demasiado. Ahora esos intereses se cansaron de la "inseguridad jurídica", del gobierno, de la política, de la incertidumbre. Ahora cuentan el relato de que la crisis financiera mundial no impacta en nuestro país, sino que se manifiesta por la vigencia de la resolución 125, aunque no esté vigente. Ese eufemismo, se denomina "problema con el campo".
Y el contrabandista no tiene apellido, es Mauricio. Que es una fórmula de marketing tan inculta y cavía como quien pone la cara. Que, a falta de rostro humano, de esa bestia que es Macri, lo adornaron con Gabriela que le pone rostro humano. Qué lindo.
Si alguien, a mí, me quisiera poner de adorno un rostro humano lo mandaría a la mierda: aunque sea solamente mi vieja la que crea que tengo un corazón y un rostro humano, no dejaría que me impongan un adorno. Pero los sofisticados, son así. Votan rostros humanos, que acompañen las propuestas de los candidatos.
Ni en un centro de estudiantes se escuchan las huevadas del "Debate" en TN, pero hay distritos, en este país, que son así. Votan propuestas, y posan, así, de inteligentes. Y los clientes votan las mejores propuestas, qué lindo.
El contrabandista y la concheta banana, el documentalista en blanco y negro que vende buzones, el banquero solidario que también "viene a ayudar", el banquero londinense que también "viene a ayudar", todo tan lindo. Debatiendo sus propuestas: ¿cuántas líneas de subte hacen falta? Tema dos: asuntos medioambientales. ¿Con la construcción de los subtes? No, no, los problemas medioambientales son de San Juan, de Catamarca, de nuestros hermanos latinoamericanos del conurbano.
Y ahí sigue, seguirá, cada vez más consolidado, el inculto que ahora gobernará sin el rostro humano que, se supone, le aportaba la concheta banana. Que ahora se va a pelear por la libertad al congreso.
Cada vez que lo pienso lo pienso más probable, me enojo más.
Sí, puede ser, es posible.
El, cuando menos, oscuro colorado, puede ser un importante referente político.

1 comentario:

  1. Hay que salir a conseguirle votos a la coalición cívica... o por lo menos que no pierdan tantos votos en manos del Colo.

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