Cuando salí de mi casa, recién bañado, juro por todos los santos cielos que sentí que tenía la cabeza más liviana, con menos pelo. Mi dios, tuve que sacar el DNI -triplicado, sí, la puta madre, tengo recién 31 años. No sé vos, Mendieta (¿qué hacés con ese barbijo, eh?), pero para mí está todo mal, la juventud se me ha ido, quién sabe dónde (bah, mejor ni acordarse). Para colmo a mí no me da para hacerme el pendejo, tener onda, pelearle al tiempo. Antes, en el entremedio, cuando me aburría del trabajo, escribía acá cosas sobre política, ahora la mano viene metafísica: la angustia de la muerte y otras estrofas igual de solemnes. Canto Dominical Orientado a las Viudas. Suena lindo, lo voy a editar, y repartir en las iglesias, cuando vuelvan las misas. Porque está todo mal, no hay misas por la Gripe A. De casa al trabajo y del trabajo a casa, como quería el General. Y eso qué, en una versión peronista de mi ya clásico (estoy por sacarlo como ringtone) NADIE HACE NADA!!!!!, decía, en una versión peronista, Artemio me manda un mail dónde dice, textual: LUCAS, ESTAMOS HASTA LAS MANOS (ENCIMA LAS DE PERÓN!!!). Y yo coincido, todo mal, peor que ayer, siempre mal, y nadie hace nada. Encima me estoy quedando pelado, me resisto a comprar pantalones nuevos, si ya voy a bajar la cerveza y me van a entrar, naa, puro chamuyo, y el matrimonio presidencial qué, eh?, nada, hacen como que no tienen nada que ver.
Si hasta la sujección al imperialismo mexicano les salió mal: fijate, la Gripe A.
Mal, mal, me acaban de llamar por teléfono: ¿a quién se le ocurre, con tanto descaro, ponerme a trabajar en un anochecer "cristalino", de mucha cristalinidad, como dice el pinguiño, eh, ah?
Tendría que haberme borrado de las galaxias mucho antes, mucho antes.
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