La actitud caritativa puede o no ser una característica asociada a la religión católica. Pero es indudable que es el puente conector para que los factores de poder y los enclaves del conservadurismo encaren la cuestión de la pobreza en nuestro país.
La cúpula eclesiástica que responde a la única dictadura europea, jamás ha elaborado propuestas consistentes para afrontar la desigualdad social, los costos (y beneficios) políticos que tal afronte necesariamente conlleva. Porque la inequidad y la desigualdad remiten a la contratara de la pobreza; que es la escandalosa riqueza. Por el contrario, ayer y hoy han apoyado a sectores políticos que promueven valores que consideran superiores a la inequidad social. El modelo político que procuran los septuagenarios secretarios de estado católicos se basa en un conservadurismo cultural; liberalismo económico y subordinación política a un modelo corporativo autoritario. En ese esquema de máxima, que hoy por suerte parece imposible, hay distintos grados de apoyos y bendiciones; pero en general, el clientelismo eclesiástico elige cuadros políticos de la mayoría de los grandes partidos para hacer entrismo.
De todos modos, sus tesis de la caridad, que bien entendida (por ellos) significa que otros pongan la guita que ellos reparten; aunque ellos no hayan sido elegidos para tal fin y a su vez subordinando este fin al punterismo religioso y al sostenimiento de su poder basado en el cotilleo de salón; a la espalda de la sociedad y ciertamente de la tan de moda institucionalidad republicana; esas tesis de caridad son las que permiten que la Sociedad Rural, el diario La Nación y la Asociación Empresaria Argentina rueguen un milagro gubernamental para “terminar con la pobreza”. Las asignaciones “universales”; que cuando son puestas en práctica son repudiadas (el caso de los subsidios de tarifas, de planes sociales, etc; muestran tácticamente las limitaciones políticas reales de esas urgentes medidas) operan del mismo modo que una confesión: lavan las culpas y permiten seguir pecando.
En tanto la riqueza escandalosa no es puesta en el tapete, y para alegría de la derecha, la supuesta izquierda formalista está dispuesta a apoyar este escándalo en tanto no se respeten las formas y modales para la transferencia de renta; o bien es puesta en términos de imposibles o de correr siempre el arco; se puede garantizar que la pobreza los escandalizará hasta que lleguen al gobierno; y logren duplicarla.
¿Qué es lo que hizo persistir a un tercio de los argentinos bajo la línea de pobreza durante los años del crecimiento a tasas asiáticas? La inflación, por un lado. Que no es culpa del Indec, aunque la manipulación la agrave: es culpa y causa de quienes se benefician con la inflación. Los grandes beneficiarios de la inflación hoy son recibidos como dialoguistas en pos de una nueva república, así de triste. Son auspiciantes de programas políticos donde se los trata de un modo galante. Son quienes reclaman seguridad jurídica y los que la hacen mierda, son quienes procuran “mayor institucionalidad” entendida esta como que se respete que ellos mandan; son quienes, beneficiarios de la inflación, en el fondo están contentos con la ineficacia de Guillermo Polémico Moreno; sólo quieren ponerles límites al poder político. No sólo la escalada de precios diferenciales (los aumentos que impactan sorbe los más pobres, como los de los alimentos) que coincide con la intervención al Indec pone un techo a la reacticación de zonas del mercado sumergidas bajo la línea de pobreza, sino que además pone un techo a las aspiraciones de una clase trabajadores todavía en relativo crecimiento y a una clase media baja informal que está pendiendo de un hilo.
Podrán quedar viejas y descolocadas las viejas tesis de que el estado es un estado de clase, pero cobrar un bono indexado por Cer aún con el Indec como está es mejor que cobrar un plan social cuyo monto está congelado desde que Duhalde le hizo una quita del 25% en el año 2002.
Los empleos en negro acompañaron y superaron durante los primeros años del kirchnerismo, tras un piso bajísimo, la inflación; pero jamás lograron consolidarse como un salario digno y serio.
¿Es sólo el estado, el gobierno el responsable de esta situación? Hay quienes creen que sí, hay quienes creemos que no. Que no solamente.
El alto crecimiento y la persistencia de un núcleo de pobreza, más allá de los “inempleables” y pobres extructurales, se explican por la persistencia de la escandalosa riqueza. Esa que ostentan en la Asociación Empresaria Argentina, en la Mesa de Enlace y en el despliegue de nuevos ricos que llegan a Puerto Madero. Esa que expresa la goteante pero constante fuga de capitales.
Las distintas asociaciones de bancos; los concesionarios de servicios o favores públicos, los menos vistosos beneficiarios de exenciones fiscales; los ya recompuestos lobbys de la construcción en manos de empresas diversificadas, los que se benefician de un dólar caro y de la inflación; son los responsables de la pobreza. Si un gobierno siempre débil fue acusado de hegemónico; si ese gobierno albergó por primera vez en muchos años cuadros políticos que sostengan que el problema es la inequidad, y fue atacado con dureza por la derecha, entonces el panorama que a mediano plazo no espera no es para derrochar alegría porque la Sociedad Rural, la cúpula católica, el diario la Nación y la Asociación Empresaria Argentina quieren “terminar con la pobreza”. Quieren terminar con los pobres. Ya han querido hacerlo en otras etapas de la argentina. A punta de pistola.
Los mismos que predicaban hasta hace dos años el voto calificado –o votos dividido entre gente como uno y descerebrados negritos del interior- los mismos que nos consideran un zoológico, rehenes de la irracionalidad y la dádiva; presos del clientelismo y la incapacidad; de pronto, andan preocupados. Dicen que ya no existen las derechas y las izquierdas. Dicen que hay que terminar con la pobreza.
Es para preocuparse en serio.
Muy bien amigo. Describiste casi con exactitud al kakismo y sus funcionarios.
ResponderBorrarcomo dice Raf, describiste a muchos de los funcionarios kirchneristas, que se han enriquecido escandalosamente, ellos y sus amigos empresarios. Es cierto, hay una riqueza escandalosa, dentro de la cual estan algunos kirchneristas, lo que es aun peor que los ricos no kirchneristas. Los nuevos ricos de la patria contratista, de vidista y kirchnerista.
ResponderBorrarDe todos modos, es buenisimo el analisis, pero falta en el gobierno acompañar el relato con el cuerpo propio. Predicar con el ejemplo.
Para cerrar tu analisis muy bueno, repito, podriamos repetir una vieja frse: "por atacar la pobreza me dijeron santo, por indagar en sus causas; comunista"
Por eso te sigo, porque decís la verdad lucas.
ResponderBorrarCésar
PD: te ganaste el afecto de los que no son k. Que ironía!
En realidad hablan de pobreza ahora, porque lo único que les interesa es desgastar a este gobierno COMO SEA y sin importarles las consecuencias.
ResponderBorrarSi mañana no hubiera retenciones la pobreza no sería un tema de agenda de los medios.
El problema es que la oposición no tiene proyecto y cuando llegue al poder le va a preguntar a los poderes fácticos qué hacer... Adios.
LA HISTORIA DE LA POLITICA SOCIAL FUE CONCEBIDA COMO UNA MARCHA DESDE LA COMPASION A LOS DERECHOS. LA ACTITUD DE LA IGLESIA SE BASA EN EL SAMARITANISMO QUE SUPONE LA CONSTRUCCION DE UN OBJETO PIADOSO. LOS DERECHOS SOCIALES REQUIEREN LUCHAS PARA SU CONQUISTA Y POR LO TANTO SUJETOS CONSIENTES DE SUS DERECHOS.
ResponderBorrarEN SU FUNCION PIETISTA LA IGLESIA ORGANIZA COLECTAS PARA LOS POBRES. EL ORIGEN DEL DINERO Y SU FORMA DE CONSECUCION NO IMPORTA. TODO QUEDA LAVADO POR EL FIN.
SE RECUERDAN DE ESTO........
http://news.bbc.co.uk/media/images/39432000/jpg/_39432438_1985_ap.jpg