1-La crisis financiera originada en los Estados Unidos de los años 30 del siglo pasado, difícilmente sea estudiaba con sus articulaciones post bélicas. Eso es algo raro, y no sé a qué se debe. ¿Pero cómo puede ser que una de las guerras más atroces de la modernidad hasta ese entonces –la Primera guerra mundial- finalizada pocos años atrás sea inescindible de la crisis más grave en el plano económico?
2-La actual crisis financiera originada nuevamente en los Estados Unidos tiene puentes conectores, quizás más claros, con las invasiones que administra Obama (si bien él no las comenzó, y, digamos, en su haber tiene menos cadáveres que su antecesor, esto no elimina su capacidad criminal, detalle también olvidado) y el rol del estado yanqui en jugarla de gendarme del mundo, reproduciendo el terrorismo a escala planetaria. Por supuesto, ese mismo estado criminal no pagará su crisis, ni indemnizará a nadie por las masacres que ayer, hoy, en este momento, están cometiendo. Incluso, tras destruir Irak y Afganistán, tras sitiar varios países, es probable que el gobierno yanqui se retire dejando el saldo a los oprimidos, como un impuesto de guerra. Y la academia sueca le de en algunos años un Nobel de la Paz a Obama.
Mientras tanto, el resto de los pueblos del mundo, con el actual sistema monetario, pagará el sobrepeso de la clase media norteamericana y la voracidad infinita de sus elites. Incluida la Argentina.
3-Pero, además,esto seguramente se profundizará cuando nos gobierne la “centroizquierda de verdad” y volvamos a la sumisión con el Fondo Monetario y la política internacional “prudente y racional” que todos sabemos que significa arrodillarse a lo que digan las potencias.
Nunca me voy a olvidar cuando, ya comenzado el gobierno progresista de la Alianza, San Alfonsín y el justamente olvidado Chacho Alvarez hicieron una manifestación en la embajada Austríaca en repudio al ascenso de un filo nazi en el gobierno parlamentario de ese país. Bush preparaba su carnicería, pero acá, nuestros socialdemócratas derechistas; esos que antes de retirarse devastaron el país y lo regaron con 37 muertos, mostraban su vocación democrática; diciendo en los foros internacionales, junto al estado criminal de Israel y digitados por los Estados Unidos que en Cuba se violaban los derechos humanos; hasta el momento, Austria tiene un currículum infinitamente menos criminal que Israel y los Estados Unidos, pero pedirle a la “Tercera Vía” (que se suicidó en Irak, dicho sea de paso) una autocrítica es ser un verdadero ingenuo. Nuestra derecha revolucionaria se comporta con un gran cinismo: Videla actuaba en nombre de la democracia, Menem en nombre del peronismo, y De La Rúa en nombre de la socialdemocracia.
4-Así funcionan las cosas, y no se trata de una exclusividad nacional ni novedosa, ni ahí, pero igual, eso debería volvernos más prudentes cuando se vaticinan rupturas institucionales en nombre de la república y se pone en el altar de la institucionalidad a un tipo como Biolcatti. Si Videla o Menem o De La Rúa hubiesen sido presidentes, la Mesa de Enlace no se constituía y los pequeños y medianos millonarios no cortaban, ni de casualidad, ninguna ruta.
Así funcionan las cosas, pero bueno. El caso es que, hoy, la crisis internacional golpea fuerte sobre toda Latinoamérica; que venía de un alto crecimiento explicado en parte por los términos del intercambio (este factor es minoritario en la argentina, por eso se sintió menos la crisis; además de que nosotros, como bien nos recordaban los economistas verseros, estábamos “aislados del mundo”) y en parte por el lento retiro de los paradigmas noventistas; que llevaron a las derechas bananeras a un acorralamiento político del que ya claramente salieron.
4-Y entonces, varios factores juegan en contra de este momento histórico: el desgaste político de la confrontación permanente; traducida, en otros países, en constantes reformas jurídicas y permanentes elecciones; la gradual pero previsible transformación de los términos de intercambio y la crisis financiera internacional. De estos tres grandes factores, comunes a Latinoamérica (a los que se suman o sobreponen realidades particulares y particulares correlaciones de fuerzas), solamente uno puede modificarse internamente, y es posible que así suceda. La persistente volatilidad de precios en los productos primarios transables no deja en un momento de caída un saldo totalmente negativo: avanzaron los mercados internos, tibiamente también la industrialización y el intercambio complementario regional junto a ciertas incipientes estructuras políticas que los regulen. De la crisis internacional, poco se sabe. Hay consenso en que estaría en el pasado lo peor de esta crisis, pero también hay consenso en que perdurará la depresión.
5- Sobre esta realidad opera el golpe en Honduras. Demostrando la imposibilidad de las emergentes estructuras burocráticas del neodesarrollismo latinoamericano de frenar los planteos de máxima de las derechas bananeras; y el claro mensaje de cuáles son los límites de la democracia entendida por las élites. Esos límites dejan fuera a la mitad de la población, por cierto. Y allá, en Honduras, también tienen a sus propios progresistas diciendo que Zelaya no modificó la estructura tributaria, la distribución del ingreso, etc: como si esto se hiciera por mera voluntad y sin el concurso del resto de las clases sociales, y la subsiguiente lucha porque nadie regala sus privilegios.
6-La crisis financiera internacional puede ser el golpe de gracia de las cruciales elecciones de este año, y del año que viene en varios países claves de Latinoamérica. El golpe en Honduras y la derrota electoral del kirchnerismo argentino son dos variables tácticas, pero también vale considerar que el aroma a triunfo inminente con el que se perfuman las derechas bananeras, posiblemente corra el arco de lo posible, y los que gobiernan codo a codo con las elites dominantes pero tienen en sus partidos minoritarias fracciones de izquierda (como Brasil, Chile, Uruguay y, en cierto modo, Perú) corren también el riesgo de ser desplazados del gobierno, siempre y cuando ya no asome el fantasma del “chavismo”. Una derrota electoral del curiosamente llamado Partido de los Trabajadores en Brasil, del Frente Amplísimo uruguayo y de la muy hegemónica concertación chilena, correría el escenario electoral argentino a la derecha y le cortaría las piernas al chavismo y en general el ALBA.
7-Es la increíble ceguera de la izquierda argentina, incapaz de ver estos peligros, la que impide visualizar la crisis interna del chavismo venezolano (con serios riesgos de perder las elecciones el año que viene). Esta ceguera, que no ve la inflación del 25% en Venezuela, el descontento por utopías de máxima y realidades de mínima, junto a cierto desgaste propio de la superación de su rol en la historia –la inclusión de las clases sociales postergadas al escenario político venezolano y a una dignidad asistencial de mínima-, desgaste que se intentó patear para adelante con el nebuloso Socialismo del Siglo XXI; llevan a cierta izquierda argentina a considerar “insuficiente” el proceso político argentino y acostarse en novedosísimos revolucionarios como mi amigo Claudio Lozano, Luis Juez, Pino Solanas o Hermes Binner.
8-La muy pequeña porción de las clases medias que dejó de votarnos puede haberse fugado a las corrientes bolcheviques de Vladimir Macaluse; pero la inflación y la crisis resultante del contexto internacional y la puja distributiva interna nos alejaron a la importante porción de clase media baja agarrada de las uñas al sistema; hacia opciones de derecha peronista, que también sumó votos entre los argentinos de menores recursos, hartos del aumento de los alimentos, el freno a la creación de empleo y una política social que se basa en el clientelismo asistencialista de universidades, consultoras y militantes universitarios de agrupaciones llamadas con pomposidad movimientos.
El kirchnerismo perdió por correrse muy a la izquierda estando en la azotea de lo posible, y ahora que patalea en el aire su única forma de sobrevivir radica en ciertas dosis de moderación.
La condición de posibilidad de la continuidad de este proceso radica en ampliar la red de acuerdos, fundamentalmente hacia quienes tienen poder en el congreso y en el partido de gobierno, pero presentarlo hacia los distritos electorales donde la derecha tiene peso, como alianzas con el progresismo que aspira a representar a la clase media sin lograrlo. En buena medida, eso es lo que está haciendo el gobierno. El riesgo que corre es que sobreactúe y genere una reacción contraria en el pilar de la gobernabilidad real, que son los gobiernos y liderazgos en el peronismo y el radicalismo de todas las provincias. La serie de medidas (de alto costo fiscal) hacia el área metropolitana, donde luego se obtiene el 10% de los votos, está siendo contrapesada con el ingreso silencioso de cuadros políticos de los aliados provinciales al gobierno nacional, pero este proceso es aún muy lento y faltan las redes de acuerdos con los ex radicales K que gobiernan o los ex transversales como Hermes Binner y Luis Juez, en distritos claves porque el peronismo está encolumnado en contra del gobierno nacional.
Ahora es tiempo de recuperar los votantes que fugaron hacia el peronismo de derecha, y aprovechar su invisibilidad mediática para presentar otras políticas como acuerdos con el “progresismo” en distritos donde de todos modos nuestros votos serán pocos; pero estos acuerdos servirán para bajar el nivel de crispación e intolerancia que tienen los empleados de algunas empresas comunicacionales y las formaciones de centroderecha.
9- De cara a las próximas renovaciones presidenciales, es urgente que Chávez, Kirchner, Lula, Correa, Botnia, Zelaya, Morales, Ortega y Castro le pidan a Claudio Lozano que interceda ante dios para que nos de una manito.
Posta.
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