Diciembre de 2001/2009

Ocho años después 

Por Raúl Degrossi

Este fin de semana se cumplen ocho años de aquél trágico diciembre del 2001, con la caída de De La Rúa, y si se presta atención a lo que los medios dicen a diario, pareciera que hoy la cosa está igual o peor que entonces.

¿Será tan así?

En diciembre del 2001 el helicóptero despegaba de la Casa Rosada hacia Olivos, acompañado por las puteadas de todos al nabo, a voz en cuello y desde la Plaza.

Ahora el helicóptero vuela desde Olivos a la Casa Rosada, con mensajes pidiendo que maten a la yegua, a través de interferencias radiales clandestinas.

En diciembre del 2001 el gobierno enfrentaba el final de una crisis iniciada con la renuncia del vicepresidente, provocada por el episodio de la ley Banelco.

Ahora el gobierno enfrenta la segunda mitad de su mandato con los embates constantes de la oposición conducida por el vicepresidente, que no piensa, ni por asomo, en renunciar a su cargo.

En diciembre del 2001 el progresismo de centro izquierda se alejaba, en silencio y sin ningún atisbo de autocrítica, del gobierno que caía, y que había contribuido a llevar al poder.

Ahora cierto progresismo de centro izquierda se aleja, a los gritos y en los estudios de televisión, del gobierno que les dio espacios de poder en el Ejecutivo y bancas en el Congreso, y seguimos esperando su autocrítica.

En diciembre del 2001 la clase media se acercaba a los piqueteros, pero el amor cedía cuando comprobó que, para abrir las puertas de los bancos, no era necesario usar a un cabecita negra como ariete humano.

Ahora la clase media odia a los negros y piqueteros y pide que los gaseen o les tiren un camión hidrante por encima, y el odio solo cede por un rato, cuando descubre que la mucama puede servir para tocar la cacerola en las protesta del campo, y para deducirla de Ganancias.

En diciembre del 2001 Macri era presidente de Boca y disfrutaba de una larga serie de éxitos, y a partir de eso, maquinaba en secreto su idea de dedicarse a la política, y ser Jefe de Gobierno de Buenos Aires.

Ahora Macri es Jefe de Gobierno, en su gestión no deja pasar un día sin mandarse un moco y, a pesar de eso (o precisamente por eso), dice públicamente que quiere ser presidente de la Nación.

En diciembre del 2001 la Federación Agraria formaba parte del Frente Nacional Contra la Pobreza, y como consecuencia de eso, Buzzi era aliado de Claudio Lozano.

Ahora forma parte de la Mesa de Enlace, pero Buzzi sigue siendo aliado de Claudio Lozano.

En diciembre del 2001 Pino Solanas preparaba documentales sobre la crisis, y festejaba el Argentinazo.

Ahora sigue haciendo documentales, y le agarró el viejazo.

En diciembre del 2001 la Sociedad Rural, conducida por un Crotto, reclamaba apertura de las exportaciones, eliminación de los controles de precios y que al gobierno ni se le ocurriera poner retenciones.

Ahora reclama, además, que saquen las retenciones que pusieron y que el gobierno se vaya, conducida por un borracho.

En diciembre del 2001 caía un presidente con notoria cara de nabo, que ganó las elecciones porque medía bien en las encuestas, y medía bien porque durante la campaña jamás se definió en ningún tema importante; y cuando llegó al poder su gobierno entró en crisis, entre otras cosas, ante su notoria incapacidad para adoptar decisiones.

Ahora el principal candidato a presidente para el 2011 tiene la misma (o peor) cara de nabo, lidera las encuestas por haber tomado una sola decisión, vacilando y en contra de los que lo votaron, y su figura crece a medida que más ambiguas son sus definiciones políticas.

En diciembre del 2001 Mirtha Legrand amenazaba -como todos los años- con dejar de hacer el programa el año siguiente, y la política ocupaba en sus almuerzos un lugar marginal.

Ahora parece empeñada en quedarse haciendo el programa todo el tiempo que sea necesario para bardear a todas las figuras del oficialismo, aportando su granito de arena diario para ayudar a la salida del gobierno, y en los almuerzos se rodea a diario, de marginales de la política.

En diciembre del 2001 Menem no recordaba que tenía una cuenta bancaria en Suiza, y por eso enfrentaba problemas con la justicia.

Ahora no recuerda como se llama, ni donde vive, pero lo eligieron senador.

En diciembre del 2001 Carrió era -como ella misma se definió- una gorda provinciana, periférica y con delirios místicos, que profetizaba calamidades inminentes.

Ahora sigue siendo lo mismo, pero naturalizada porteña, y pasada por miles de horas de cama solar.

En diciembre del 2001 Tinelli tenía un programa para infradotados, donde ridiculizaba al presidente pero hacía un aparente esfuerzo por mantenerse al margen de la política, minimizando su influencia en las opiniones de la sociedad.

Ahora tiene el mismo programa, los infradotados lo protagonizan, ridiculiza a toda la clase política -con centro en el oficialismo- con el ánimo decidido de influir en las elecciones, y se asume como un líder social en la lucha contra la inseguridad.

En diciembre del 2001 Duhalde conspiraba en las sombras contra el gobierno, contribuyendo a desestabilizarlo para, después que cayera, poner cara de sacrificio y ofrecerse como piloto de tormentas.

Ahora sigue haciendo lo mismo, pero desde los coloquios de IDEA y en cuanta reunión de garcas del empresariado se realiza, con amplísima cobertura de los medios.

En diciembre del 2001 la Iglesia llamaba al diálogo y la reconciliación entre los argentinos, y a dejar atrás las heridas del pasado.

Ahora hace lo mismo, pero conducida por el rabino Bergman y sus aforismos.

En diciembre del 2001 los sectores de la izquierda llamaban a la unidad de todos los que luchan, se solidarizaban con los ahorristas estafados por los bancos y se ilusionaban con un soviet de asambleas barriales porteñas que instauraría la dictadura del proletariado.

Ahora siguen llamando a la unidad mientras se parten en mil esquirlas, van a los actos de la Mesa de Enlace y temen que los burgueses voten en sus internas abiertas, para inclinar la elección a favor de Pitrola, Altamira, Vilma Ripoll, o el candidato que sea mejor para desviarlos de su camino revolucionario.

En diciembre del 2001 habían pasado por el ministerio de Economía López Murphy -que debió renunciar a los quince días porque proponía un mega-ajuste- y Cavallo, que salió como rata por tirante después de haber inventado el corralito.

Ahora López Murphy lanza un nuevo partido político para postularse para Jefe de Gobierno después de haber sido dos veces candidato a presidente, y Cavallo tiene un blog desde donde analiza la realidad política y da consejos sobre economía.

En diciembre del 2001 el radicalismo sufría una profunda crisis por el fracaso del gobierno, y Gerardo Morales trataba de disimular que había ocupado un cargo muy importante en ese mismo gobierno.

Ahora el radicalismo dice estar en franca recuperación para llegar a ser gobierno en el 2011, y Gerardo Morales trata de disimular tener que tragarse el sapo de que, el único modo de que eso sea posible, es aceptar que Cobos sea su candidato a presidente.

En diciembre del 2001 los bancos fugaban los depósitos de sus clientes y las AFJP de esos mismo bancos, hacían otro tanto con los aportes de los futuros jubilados, afrontando la furia de los ahorristas de la clase media.

Ahora la clase media protesta contra los bancos, porque no les prorrogan los descuentos para comprar con tarjeta de crédito en los shoppings, y pide que vuelvan las AFJP, porque no quiere que la ANSES maneje la plata de los jubilados.

En diciembre del 2001 los jubilados iban a la justicia, para que les devolvieran el 13 % de los haberes que el gobierno les descontó por decreto.

Ahora algunos jubilados van a la justicia para que les paguen el 82 %´, porque les parece injusto el índice de actualización establecido por una ley del Congreso.

En diciembre del 2001 el grupo Clarín aprovechaba el resquebrajamiento del sistema político, para conseguir fortalecer sus privilegios e intereses, como se vería poco después con la pesificación de las deudas en dólares y la ley de bienes culturales.

Ahora el grupo Clarín aprovecha los pedazos que quedaron de ese resquebrajamiento para defender esos mismos privilegios e intereses amenazados, desde las licencias de radio y televisión y la fusión de los cables, hasta Papel Prensa y los hijos de Ernestina Herrera de Noble.

La verdad es que al final, es cierto lo que dice Cachanosky: estamos más o menos como entonces, o quizás peor.