martes, diciembre 01, 2009

Para leer al Topo Gigio



Cuando por casualidad me topé con  Para leer al pato Donald, me pareció un libro excelente. Por esas circunstancias de la vida, lo leí en el mismo año -1.996- en que leí una revista académica, que se llamaba C (Comunicación) que traía una extensa entrevista a Armand Mattelart, donde revisaba su teoría expuesta en el libro en cuestión, escrito décadas atrás junto a Ariel Dorfman. Me cayó para el culo ese arrepentimiento tardío, y tuve una crisis: hasta el punto que decidí dejar de interesarme por la comunicación y ponerme a trabajar en serio. Por suerte, con terapia e internación, lo fui superando. Al igual que la adolescencia, en su mayor parte. Hoy Artemio revela secretos semióticos ignorados por los paradigmas del postestructuralismo, funcionales a la seriedad innombrable, y a los papers. Con su, Para Leer a Anteojitos.
Justo es decir que en mi caso, en la formación intelectual, Anteojitos siempre encarnó lo malo, lo viejo, lo feo, contra la Billiken que fue mi preferida. Por supuesto, la Billiken traía más figuritas, tenía más onda y era más careta. No lo hubiese sabido ante tanta contaminación imperialista, como la de Lucky Luke, sino fuera por sus contrapesos: el antimperialismo declarado de Astérix y sobretodo Obélix , el Oliver Hardy de la historieta. Del mismo modo que la monarquía medieval de Los Pitufos se compensaba con el alegre jolgorio libertario  de Los Picapiedras. Resultante de esta contradicción no fue la negación de la negación sino una más amena neurosis. Pero de todos los contrapuestos, el más chocante fue sin duda el dudoso encuentro entre el antihéroe de Chespirito, encarnado en el Doctor Chapatín, y el ratoncito banana del Topo Gigio. Es cierto que al Topo Gigio yo le tenía una grave incordia porque se encargaba de anunciar, con cara de gilún y esa voz insoportable, que la tele finalizaba su horario de protección al menor, y en consecuencia debía irme a acostar sabiendo que lo mejor de la tele recién estaba empezando. Yo era pendejito, pero ningún bolú.
Corría el año 1979, todos se iban anoticiando de que se se apagaban las llamas revolucionaria en Latinoamérica -menos Firmenich y su Contraofensiva, pero Firmenich tiene algún parentezco con el Topo Gigio, eh- que se venían tiempos duros, light, fugaces. Sin embargo, en Nicaragua, el Frente Sandinista mantenía la llama de la revolución, o la esperanza, por lo menos.
De modo que el clima cultural se debatía, como se puede observar en este video, entre la esperanza de la historia que encarna el Doctor Chapatín -ridiculizado reaccionariamente, por viejo, por ineficaz, por absurdo y superado- y el Topo Gigio, que como Joaquín Morales Solá, oportunamente perdió la memoria. Y es lo nuevo, lo jóven, lo perdurable: un muñeco, sin corazón, sostenido por hilos de marioneta, con voz de metrosexual y absolutamente superficial (cantaba Las Mañananitas!!!!!! y otra de cepillarse los dientes: quién puede soportar semejante plomazo) y no en vano es simbolizado como un Topo y como, además le dezliza Chapatín, una rata. Sí, una rata. Y fíjense que algún parecido tiene, eh. Sobretodo ahora, que se tiñó de rubio. A Carlos Menem, me refiero.


3 comentarios:

  1. Miércoles 2 de diciembre CORTAMOS RIESTRA Y CENTENERA A LAS 19 HORAS


    En el Bajo Flores pasan otras cosas

    Javier fue injustamente detenido. Acusado de un delito que no cometió. Lo metieron preso porque necesitaban encontrar un culpable rápido y no les importó averiguar siquiera si había estado en el lugar del hecho.

    Incluso hay testigos que pueden asegurar que Javier estaba en otro lado cuando ocurrió el asalto.

    Hay una clara maniobra alimentada por los medios de comunicación de criminalizar la pobreza: intentan hacer creer que porque somos pobres somos chorros y no es así.

    En el Bajo Flores vive gente que se gana la vida changueando, laburando, buscando salir adelante. Hay gente solidaria y comprometida.

    Desde los medios de comunicación vienen armando una gran película que habla de jóvenes asesinos, de pibes chorros, y de zonas – como la del Bajo Flores – que las pintan de peligrosas e impenetrables.

    Es así que después algunos gritan a viva voz – como lo hizo un señor que estaba en la otra marcha – “Que a esos villeros hay que matarlos a todos”, y estigmatizan nuestro barrio y a quienes vivimos acá.

    Pero quienes estamos hoy acá no dejamos de pedir justicia por Sandra, la señora asesinada, pero también pedimos justicia por Javier. Porque Javier, como dijimos, es inocente. Por eso exigimos su inmediata libertad.

    También planteamos que se deje de poner a todos los pibes como chorros y asesinos, porque los pibes no nacen chorros. Para terminar con la inseguridad es necesario que haya trabajo digno, salud y educación para todos y todas.

    Javier es una víctima, es víctima de un sistema que necesitó encontrar un culpable rápido.

    En el Bajo Flores pasan otras cosas: crece la solidaridad entre los vecinos y vecinas y exigimos la inmediata libertad de Javier. ¡Javier es inocente!



    Vecinos del Bajo Flores

    contacto: EMEM 3 DE 19 TEL 4919-0677
    Juan Manuel Mauro / Patricia Miranda
    1130430873 1560004889

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  2. No entiendo, se borran comentarios por pensar diferente y se permiten otros que ni siquiera uno puede constatar la veracidad...

    Estoy intentando que los bloggers podamos juntarnos, sin importar la ideología y aprovechando las fiestas que se nos vienen y para ver si podemos formar un 5º poder, que hace falta. Un saludo!

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  3. Redactor: yo no he borrado ningún comentario.

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