Rodríguez Saá y Anabela Ascar

Se pudrió todo, ahora sí, al interior del peronismo disidente, de la Corte Suprema de pollo, del Grupo A y de los republicanistas institucionalizantes a favor de la libertad de prensa y el no pago de la deuda externa.
La noticia dejó muy sorprendidos en la City porteña, donde los no pagadores (Pino Solanas, Claudio Lozano, los Rodríguez Saá, Raúl Castell) venían cayendo bien.
Pero, con esta novedad, bajaron estrepitosamente los bonos soberanos, y encima, Redrado salió a decir: "Clarín miente". Todo mal.

Por Raúl Degrossi, siempre atento al devenir científico de la juridicidad, me entero de esta noticia bomba, o abombada, qué se yo: Alberto Rodríguez Saá rompió con Ester Goris y formalizó su relación con la periodista cultural Anabela Ascar. Lo que motivó que el empresario Héctor García (autor de una autobiografía muy divertitda, eh) y dueño de Crónica TV, le tirara las pertenencias en un camión de mudanzas a Anabela. Estalló el verano.

Dice Raúl:

La noticia sugiere dos cosas:
1) el tipo asumió totalmente tu consigna de que las minas están todas locas, y por ende no tiene sentido pretender encontrar una pareja cuerda (de Esther Goris a ésta, es como para poner en la luneta trasera del auto "Si no está chapita, no me interesa")

y 2) Se viene por primera vez en televisión (en Crónica TV off course), un reportaje en vivo a una delegación de habitantes del planeta Xillium (¡Zulma Lobato fuiste, esos son verdaderos fenómenos paranormales!)

Una duda que me asalta, cuando las brasas del Redradogate comienzan a apagarse, ¿necesitarán los blogueros nac & pop el catalizador de la agresión externa (o sea un nuevo quilombo político de puta madre como la 125 o la ley de medios) para dejar de lado las (ostensibles) diferencias que los separan, en aras de enfrentar al enemigo común, eh? (¡qué párrafo, loco, parezco Morales Solá)