martes, febrero 09, 2010

Los sofisticados y el vino



Oh, la gente sofisticada. Qué nivel. Cuánta sutileza, nene. Ese cinismo cuidadoso, puntilloso, sobreactuado,  el punto exacto del vino, la comida exótica, el bodoque de hojas incomprensible. Siempre lo supe. Hoy estaba limpiando mi casa. Me acordaba. Hace algunos años. La mina que me preguntaba porqué yo leía esas porquerías. En los años 90 tenía mala prensa. Después, por esas cosas de las reediciones y los prólogos, cobraron relevancia. El cine iraní. Las comidas orientales, los platos cuadrados, las series imposibles en remotos canales de cable. ¿Qué raro que no lo hayas leído? (No, de hecho, no es raro, es justamente lo que esperabas) Fundó un cine independiente en Lisboa antes de ir a caminar descalzo por Everest y volver disfrazado de travesti en Zambia. Qué interesante. ¿Te gusta? Quién. No lo conozco. Es uno de los mejores músicos de europa del este, se casó con la actríz de la película, esa sí la viste, ¿tampoco?,   pará que cambio de disco, este sí lo debés conocer. Ese circo terapéutico, con telas que cuelgan nunca entretelones, el amigo escultor, la mamá que pinta en un taller cuando sale de tribunales, todo eso. Tan vulgar. Son todos amigos. Hacen viajes sesentistas de iniciación.Detestan su ciudad, su país, son progresistas. No muy profundos ni muy en serio, porque en este mundo nada es en serio, relajate. Tan calculadamente casual, se visten. Se psicoanalizan, pero por la obra social, prefieren a los gestálticos, son más breves, y más baratos. Fuman marihuana. Han sido ayudantes de cátedra. Saben de vinos y dramaturgia, disfrutan el carnaval y se enojan el 12 de octubre. Tienen un amigo pobre. Nunca se agarran a las trompadas. Frecuentan los bares por temporadas y en manadas. Hablan de sexo con sospechosa naturalidad. Se saludan efusivamente. Se ríen todo el tiempo, todo es tan interesante.  Después se casan. Tienen hijos. Luchan por seguir siendo los mismos. Son buena gente. Son mis amigos, algunos.
Terminé de limpiar la casa. El piso, de verdad, brilla. Ya puedo caminar descalzo y destapar un vino.

1 comentario:

  1. Yo no sé si esa gente de la que hablas y es tu amiga (y la mía también, quien no conoce tipos así) después de hacer todas esas cosas que enumeras, siente, o ha sentido, la incomparable sensación de terminar de limpiar tu casa, ponele un sábado por la tarde (que es cuando yo lo hago) quitarte las ojotas y sentir la frescura de los mosaicos limpios, brillantes, en las plantas de los pies minutos antes de destapar un vino. No, no creo que lo sepan. Pobres tipos.

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