Busti y Urribarri

Ayer estuvo el dudoso empresario Francisco De Narvaez en Paraná, reunido con Jorge Busti (tiempo atrás, Busti, no sólo cuando era kirchnerista, sino después de las elecciones también, había hablado despectivamente de "esa derecha"). De Narvaez, aparte del apoyo institucional de la Universidad Católica, no tiene ningún dirigente en todo Entre Ríos. Lo que revela que su única posibilidad de ser candidato a la presidencia de la Nación -aún si fuera, a mi criterio injustamente, discriminado por nacer en Colombia- es con un acuerdo superestructural en distintos territorios. Las experiencias -nefastas y oscuras- de tipos con trayectoria también opaca en el campo de las finanzas como Berlusconi, Piñeira, Macri,  Puerta, Vicente Fox, Novoa, le dan cierta pátina de posibilidad de proyectarse electoralmente con ese perfil.
Mañana, en cambio, a la localidad de Viale, llega la presidenta. Y estarán las autoridades partidarias, los intendentes y el gobernador.
De todos modos, el armado kirchnerista, como suele suceder, se pulverizó y quedó raquítico, y ahora es el PJ casi el único sostén -y con estrategias propias- del kirchnerismo. Lo que, más que acuerdos superestructurales (el kirchnerismo entrerriano tiene intendentes convencidos, agrupaciones periféricas, acuerdos sólidos con el gobernador, una militancia inserta en distintos ámbitos dispersa pero con mística) revela que la estrategia a seguir por parte del kirchnerismo sería la articulación. Camino, además, correcto a mi modestísimo parecer. (Lo de modestísimo por supuesto que es mentira).
En ese retrato de las fuerzas en pugna, se pueden anotar algunos puntos sólidos:
1) A pesar de que a Busti se le cayeron todas las estrategias (primero Reutemann, después Solá, después Duhalde, después Das Neves, y ahora a la deriva con el salvaje De Narvaez, puente claro hacia el macrismo) conserva su buena imagen y prédica en el justicialismo.
2) La derrota electoral de la lista que integraba la esposa de Busti afectó a Urribarri, pero se recuperó con rápidez. Hoy tiene buena imagen, y conserva las llaves del justicialismo y la lealtad de todos los intendentes; además de apoyos periféricos de progresistas con mucha coherencia: siempre fueron oficialistas (desde 1983, digamos) que algo suman.
 3) El kirchnerismo tiene un líder, un candidato, cierta cohesión y capacidad de articular al interior de un espacio más amplio, donde el eje principal sea el PJ.
4) El peronismo de derecha tiene ciertos adherentes en la Legislatura -que controla Busti- menor capacidad de articulación con el desbande neoliberal -hoy en sellos monotributarios, que responden a Macri, Cavallo, Saá, Menem, Duhalde, etc- un sólido candidato a gobernador pero nadie que unifique nacionalmente, y la mística necesaria para una militancia activa se desdibuja ante los constantes zizagueos.

5) La clave del proceso político está en quiénes se posicionan como con mayor capacidad de vencer a la república sojera, que alquiló el radicalismo para sus fines. Quien, de cara al 2011, mejor se posicione al interior del peronismo, cohesionará a buena parte de sus adversarios internos y definirá si se vuelcan -como hasta ahora- las alianzas cona grupaciones menores hacia la izquierda, con urribarri, o hacia la derecha, con Busti.

6) Los profesionales de la interna radical, a partir de la intervención al INDEC, quieren subir el precio del alquiler a la patria sojera, y hay ahí una discusión cotnractual que previsiblemente termine en un ring de boxeo; pero no necesariamente esto afectar su base electoral que, con un peronismo fragmentado, podría alcanzarles para ganar una elección a gobernador (de todos modos, está difícil).


Así las cosas, creo que Urribarri saca en este tramo una cabeza por delante.