Ahí por Paseo Colón el doctor Cuesta me regaló un vino. Con el vino en la mano, me senté en un bar y hablamos con Jimena. El vino estaba sobre la mesa. Más tarde, con el vino en la mano, me fui a Retiro. Y me senté en otro bar con Marisol. El vino estaba sobre la mesa. Llegué a Rosario y cuando entré en la casa de Josefina me preguntó qué hacía con un vino en la mano. Le expliqué. Y fuimos a comer y puse el vino sobre la mesa del bar. Y fui a comprar cigarrillos y apoyé el vino sobre el mostrador del kiosco. Tomé otro colectivo hasta Santa Fe, con el vino en la mano. Dejo, sobre la mesa de mi casa, el vino. Y lo miro. Tengo que irme, después de bañarme, a Paraná. ¿Porqué no seguir con el vino en la mano?
Me hicieron chistes sobre el vino dos mozos, un kiosquero, un quinielero, un taxista, el chofer del trolebús -al pedo me subí al trolebús, pero estaba parado ahí y me acordaba que en la infancia viajaba en trole y me subí, fui a cualquier lugar y me bajé y me tomé un taxi hasta el exacto mismo lugar donde había subido al trolebus, siempre con el vino en la mano- y una vieja que me pidió un trago, la vieja estaba recontramamada en un bar de Rosario y me pidió un trago pero yo estaba con el vino en la mano, y el vino estaba tapado.
Si tuviera equipaje, podría haber puesto el vino en el equipaje. No tengo equipaje, voy con el vino en la mano. Me lo llevo a Paraná, qué tanto. Ya me gusta: como usar una pulsera, un reloj, un aro, un tatuaje, como tener un perro o una secretaria o una moto grandota y ruidosa: es un atuendo. Quizás instaure una moda y todos vayan por ahí con un vino en la mano. Y las maestras se planteen si está bien dejar a los chicos ir al colegio con un vino en la mano, mandar mensajes de texto con un vino en la mano, bajar rings tones con un vino en la mano, jugar a la play con un vino en la mano y hacerse una paja con un vino en la mano.
La cooperadora, como siemrpe, compuesta de viejas reaccionarias, dirán que no: distrae a los chicos de cuarto grado estar con un vino en la mano, así que amonestaciones, cartas a los padres y si los padres van a la escuela a firmar la libreta de conducta con un vino en la mano, entonces psicopedagogas e implantes cerebrales, pero si la psicopedagoga los atiende con un vino en la mano, revelaría la crisis de valore sque ya adquiriría caracter terminal Y si vos llegaste hasta acá con la elctura esperando a ver si digo algo interesante, sabelo: no. Me voy. Con un vino en la mano.
Muy buenoooo!!!
ResponderBorrarEscribo poco porque tengo un vino en la mano. Saluttti!
ResponderBorrarJa. Me hiciste caer el vino de la mano.
ResponderBorrarcapo!
ResponderBorrarTe lei entero con un vaso de vino en la mano y el resto a terminar hoy en la mes
ResponderBorrarNo se si soy más afortunado que vos o no, pero te leí con un fernet en la mano. Saludos. MP.
ResponderBorrarmirá querido, a ver si entendés, vos no podés entrar acá con un vino en la mano, afuera hacé lo que te parezca, si vos querés reventate (dicho con odio eh) con el vino en la mano, pero afuera, acá no ...
ResponderBorrarfirma: integrante de la cooperadora
http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2010/04/24/noticia_0004.html
Precioso el cuento, se lee sin parar y termina enseguida y tiene un broche de oro. Cada vez escribís mejor.
ResponderBorrarBesos.
jajaaja, cada vez que decís cosas como " a nadie le importa lo que escribo" (Eva lo descubrió) bueno entonces estas escr4ibiendo algo genial.
ResponderBorrarSos el único que puede meter de borracho nomás estas joyas dia tras dia,
Y aguante cacho.
Jorge, de Viale, Entre Ríos.
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