Hoy están en 800 pesos y pico, y la cobertura de jubilación es la más amplia de américa latina.
Hasta hace un tiempo, muchos chicos de este país no iban a la escuela, al centro de salud y no sabían si al día siguiente comían.
¿Deben dejar sentir miedo a no comer mañana porque cuentan con 180 pesos por chico? No, bah, sí: deben dejar de sentir miedo, ahora el miedo es patrimonio exclusivo de sanateros que la juntan con pala. Por televisión. ¿Debe el reciente jubilado, por el descuento del 80% en medicamentos que subsidia el PAMI, dejar de sentir miedo ante la enfermedad, la penuria, la proximidad inexorable de la muerte? No. Bah, sí, ahora el miedo es una marca de distinción social.
Miedo a que las sirvientas ganen demasiado, miedo a que los peones quieran una parte de la guita que ganan los patrones. Miedo a que la empleada doméstica te denuncie en el Ministerio de Trabajo.
Miedo a unos afiches, a unos mails, miedo a qué. Por favor, miedo a qué.
Hay una vieja historia falsa que circuló durante la época del peronismo inaugural: una empleada doméstica quedaba a cargo del bebé de una joven pareja de recién casados. Cuando volvían del teatro, la joven pareja se encontraba a la empleada doméstica vestida de novia, que les servía como menú en bandeja al bebé cocinado. Todos los miedos de clase se conjuraban en esa historia falsa.
Tan falsa, la historia, como el temor irracional de muchos nabos a perder sus pequeños privilegios, su estatusito social, su sensación aristocrática de seguridad. Miedo al blog de Tomás, miedo en el subte, miedo a que Aníbal Fernández te haga un chiste, miedo a una pregunta de Mirtha (con Hache) Legrand, miedos televisados, miedo a unos pibes que por cincuenta pesos la noche pegan afiches en las paredes de Buenos Aires, de una Buenos Aires ingrata que sabe obviar a los trabajadores negreados, a los jóvenes pobres, a los marginados. A los que también tienen sus propios y distintos miedos, jamás televisados, jamás puestos en jerarquía: al contrario, ridiculizados, humillados, minimizados. Miedo al blog del Ingeniero, miedo a las palabras dolorosas de Milagros Sala, miedo a que un libro vulgar e intrascendente de pronto venda y te beneficie porque cinco pavotes tiran cuatro sillas: nada que no se haga, con más virulencia, en la cancha de fútbol, en el recital del artista exclusivo de este canal, en el boliche donde pasea las plumas la última putita de moda.
Miedo, iluminado, de corbata, con cara grave, señor diputado. A la invasión bárbara. A los rostros sin afeitar, a las señoras gordas y morochas. Un miedo sin centro, sin objetivo, sin racionalidad. El viejo miedo a la juventud, la nostalgia por esta novedad: el miedo a la juventud. Un miedo invasivo: se cuela en los aburridos "pabellones" de la Sociedad Rural (de la Sociedad Rural!) durante el evento anual de la tilinguería, esa boludez que llaman "Feria del Libro". La grasa de las capitales. Ahora con ese toque tan posmoderno y de primer mundo de tener miedo a la invasión bárbara. Miedo que invade el microcentro, nuestro microcentro. Miedo a los anónimos pero más miedo a los que miran, leen, escuchan con nombre y apellido. Miedo al ridículo. A la propia fragilidad. Miedo que pone en cuestión la conjura de los necios, la siesta interminable de todos estos años que vivimos tranquilos. Sin que nadie cuestione lo que nosotros cuestionábamos. Miedo ABC1, demasiado pequeño y vulgar, demasiado nimio y grandilocuente: es necesario dar por sentado que es un miedo preventivo, un miedo preventista, de visitador médico, un miedo hasta patriótico y solidario: si a mí, a mí, ni más ni menos, señora, me pasa esto, a mí que soy yo, imagine lo que le puede pasar a usted si los dejamos avanzar, a usted que es casi nada, o nada comparada conmigo, señora. Un miedo político. En campaña electoral. Un miedo ansioso, anticipatorio, previo, un miedo en prólogo a un libro que nadie quiere escribir, que nadie escribirá, ni el propio intento anticipatorio se recordará, por esta fugacidad que tienen, últimamente, las mentiras. Aunque la causa de esos miedos no sean el mismo preanuncio, el prólogo debe ser escrito. Porque tenemos miedo.
Muy mala noticia: la mayoría de los argentinos ya tenía antes miedo, a vivido con miedo, a sufrido con miedo, se ha alegrado, también, pero con ese miedo ruidoso, inconfundible de la carencia. Un miedo que nunca fue miedo porque no estaba editorializado; un miedo culposo, como todo miedo que no sea televisado. Un miedo sin prestigio, tenían esos argentinos. Un miedo a la impotencia frente a los hijos, un miedo derrotado, lleno de remordimientos: un miedo huérfano, sin padres ni autores ni nadie que lo quiera, a ese miedo, el miedo anónimo, fugaz, inexplicable. A esos argentinos, los de los miedos comunes y corrientes, les chupa un huevo su miedito de elite, su chamuyo de galán ofendido, su postura de señora gorda asombrada por los aumentos en la peluquería.
Tengan más miedo, señores, mucho más, ante esta evidencia tan cruel: nadie moverá un dedo por sus miedos, porque al expresar sus miedos, hicieron darse cuenta a muchos que ustedes se cagaron en los miedos de los demás durante mucho tiempo.
A esos miedos invisibles ustedes les llaman clientelismo, rehenes, sujetos sin conciencia sujetados a la dádiva. Y ellos les llaman a sus miedos televisivos, simplemente, mariconeadas.
Privilegiados cagones que como el tero, ponen el huevo en un lado y gritan en el otro.
Tarde y mal, como en el tango, para cantar un tango donde la jueguen de víctimas. Tarde. Y mal.
Brillante. "Bienvenidos a la vida cotidiana" les podriamos decir.
ResponderBorrarni el tiro del final les va a salir?
ResponderBorrarnaah! para eso hay que tener huevos
la clase mielda, aca chuya
Un cross. Demoledor.
ResponderBorrarGracias Lucas.
Genial texto Lucas.
ResponderBorrarMuy pero muy bueno.
ResponderBorrarSaludos.
No me gustó, en una escala de 1 a 5 porrones le doy uno.
ResponderBorrarnegrito.
Lula tenía una espectacular frase de campaña, alla cuando todavia perdia una y otra vez las elecciones: "Sin miedo a ser felices"...
ResponderBorrarLucas, lo tuyo es impresionante. Porque además de aludir a la situación allá, lo que escribís viene como anillo al dedo aquí, ahora que -porque TIENEN MIEDO, dicen- en Arizona asistimos a la vergüenza de que han votado la ley más racista que este país ha conocido desde 1865. Con tu permiso -y mencionando tu autoría, por supuesto- lo voy a adaptar a estas circunstancias y a hacerlo circular.
ResponderBorrarEddie
A los pelotudos el miedo los lleva a meter la cabeza en la boca del lobo. Se van a vivir a un barrio cerrado, y la Seguridad contratada se encarga de franquearle el paso a los ladrones e indicarle en qué casa pueden robar porque no hay nadie. Después de eso piden más poder para la Policía. Y después de comprobar que los secuestros extorsivos lo hicieron adultos, el Ingeniero Blumberg pide que se baje al imputabilidad de los menores. Debería tenerle miedo a los adultos y le tiene miedo a los menores. Les falla a todos la dirección del miedo.
ResponderBorrarEl mejor relato de la realidad que he leìdo en mucho tiempo. Te felicito
ResponderBorrarLo triste es que todas esas burdas operaciones ya me hicieron tener miedo a mí... porque pienso ¿"cuánto más burdos pueden ser?" Y... mucho más burdos.
ResponderBorrarY entonces anoche tuve una pesadilla: nos metían a todos los oficialistas en un campo (en el sueño lo pensé así "un campo") y nos electrocutaban a todos.
Y me dió miedo.
MIEDO A PERDER EL LABURO, MIEDO A LA CANA, MIEDO A LS AFJP, MIEDO A LAS ART, MIEDO A TUS JUECES, MIEDO A LAS PRIVATIZACIOENS, MIEDO A DUHALDE...(Y SIGUEN LAS FIRMAS)
ResponderBorrarhttp://www.youtube.com/watch?v=2kZHD5_Ej0U
ResponderBorrarQue opinan de la asignación escolar para chicos de escuelas privadas? eh?
ResponderBorrarNegrito.
PD: la pregunta va con trampa.
Al principio de la nota le podríamos agregar:
ResponderBorrarLos bondis, que antes iban vacíos y hoy van llenos. Se viaja peor que antes, claro. ¿Pero por qué? Porque está lleno de tipos y tipas que van a laburar.
Me acuerdo de los hermanos mayores de mis amigos, que a mi edad estaban al pedo en sus casas, porque nadie los llamaba para laburar. Hoy, llegado yo a su edad en aquel tiempo, tengo trabajo, bastante por suerte, aunque me gustaría, necesito, cobrar más. Pero prefiero estar laburando y no rascándome la gallina a la mañana.
Me acuerdo que mi viejo cuando yo era chiquito se la pasaba diciendo "se viene la auditoría de Suecia y se termina todo, no tenemos laburo". Ahora mi viejo, antikirchnerista hasta los tuétanos, me reconoció el otro día que "se conservaron los mercados gracias a las medidas protectoras que ´estos´ (´estos´, es el gobierno) tomaron... decí que son unos revanchistas, que sino...".
Yo me acuerdo que cuando era chiquito las maestras me decían que la política era "una cosa de grandes". Hoy a cualquiera oís hablar de "lo que dijo la Presidenta".
El otro día un amigo me mandó un mensaje "cerró Caló, tengo 26% de aumento a partir del més que viene". Mi amigo, al que conozco hace ocho años, vivía, hasta poco antes de conocerlo, en un barrio híper humilde, de prestado. Su cama era una base de cemento con un colchón arriba. Juguetes, poquitos. Ropa del primo mayor. No tuvo hermanos porque gracias que lo podían mantener a él. El viejo -colectivero entonces como hoy- laburaba 8 horas por $ 700. ¿Vacaciones? Ahora, el viejo, por seis horas, gana $ 8500. A la tarde, labura en su casa haciendo rejas: no da abasto, es herrero desde siempre, pero antes no le encargaban nada. Tiene 35 días de vacaciones pagas, que siempre se toma en Las Toninas. Se mudó, hizo su casa de cero. El tipo, además, es cantante amateur, y rasca también algo de ahi por hacer cumpleaños de quince y casamientos los fines de semana. Mi amigo, lo dicho, $ 2900 a partir de mayo (y ese es el sueldo más bajo de la UOM). Se compraron autos los dos, PC, notebook, parlantes y equipos de audio para los shows... En fín...
P.D.: Vayan a decirle a mi amigo y al padre que Cristina es una conchuda, y que se tiene que ir por un cartel anónimo contra los periodistas de TN. Vayan, delen. Hagan la prueba, nomás.
Y los mismos que hoy pavonean su miedo en los medios, ayer nomás durante la dictadura más feroz que sufrimos dormían y vivían a pata ancha.
ResponderBorrarLucas excelente tu texto, gracias.
Lucas, me hizo acordar su post al poemita "las viejitas democraticas" de benedetti.
ResponderBorrarNosotras las viejitas democráticas
ni huesos conseguimos para el caldo
pero como escuchamos Radio Carve
nosotras le tenemos miedo al cambio.
Esa pensión que nos brinda el gobierno
no alcanza en realidad para un carajo
pero como escuchamos Radio Carve
nosotras le tenemos miedo al cambio.
El hospital, si nos ponemos graves,
no tiene nunca camas para tantos,
pero como escuchamos Radio Carve
nosotras le tenemos miedo al cambio.
Para ver si hay pagos a pensionistas
compramos una vez al mes el diario
pero como escuchamos Radio Carve
nosotras le tenemos miedo al cambio.
Si el comunismo nos quita la tierra
será la que se junta en los zapatos
pero como escuchamos Radio Carve
nosotras le tenemos miedo al cambio.
Sólo comemos una vez al día
pues todo cada vez está más caro
pero como escuchamos Radio Carve
nosotras le tenemos miedo al cambio.
Nosotras las viejitas democráticas
ni huesos conseguimos para el caldo
pero como escuchamos Radio Carve
nosotras le tenemos miedo al cambio
Pablo D, pero todo eso se termina si no gana Nestor en el 2011, no? van a colaborar para que eso pase, no?
ResponderBorrarY si según vos materialmente estamos mejor entonces a Menem habría que hacerle un monumento, porque muchas cosas de esas también se consiguieron en su gobierno. Pero a costa de otros argentinos, ahora lo mismo pero con la tierra argentina devastada por la soja. La cual Nestor deja que se siembre, solo le interesa la plata.
Negrito.
PD: no contestaron lo de las escuelas privadas ...
PD: creo que me merezco un aumentito, no Souto?
maravilloso
ResponderBorrar(quería escribirlo rápido, ahora leo los comentarios)
Me pa que alguien reclama métodos fascistas ¿eh?
ResponderBorrarNegrita de alma y cuerpo.
Y la senadora Bortolozzi, ¿a que carajo le tiene miedo?
ResponderBorrarA lo unico que no se le tiene miedo parece es a la desmesura.
ResponderBorrarSe bartolean conceptos como fascismo, stalinismo, dictadura, censura, autoritarismo, hasta que ya nada significa nada.
Yo pensaba que sabía lo que era el fascismo hasta que vino la gorda naranja y nos dijo que Kirchner era fascista. Como tengo entendido que esa mina leyó un par de libros mas que yo, ahora estoy dudando seriamente de mi capacidad para entender el mundo.
Esa especie de terrorismo del lenguaje clausura cualquíer debate porque si no estamos de acuerdo en lo que significan las palabras, las palabras no sirven. Solo queda la via de los hechos. (¿es a eso a lo que quieren llegar?)
Cuando esos tipos dicen que éste es el gobierno mas autoritario y mas corrupto de la historia, y que Kirchner es peor que Ceausescu, reconocen que no hay nada mas que hablar. Los rumanos no arreglaron sus asuntos hablando.
Asi que ahí tienen algo para temer:
teman que un dia de estos Nestor se levante decidido a ponerse a la altura de la imagen que le hicieron.
Y despues los loquitos somos nosotros...
al anonimo de mas arriba no le paga sea. Es un pelotudo vocacional
ResponderBorrarYo sí tengo miedo, y por eso le mandé esta carta a "Clarín"
ResponderBorrarSeñora Ernestina Herrera de Noble, señor Héctor Magnetto, señores periodistas del Grupo Clarín
De mi mayor consideración:
Desde hace unas semanas me siento solo y tengo miedo. La sensación creció al calor del debate político, y lo que finalmente me terminó de convencer fue el editorial que ustedes publicaron en el día de la fecha, en el que sin nombrarme, aluden permanentemente a mí. En él, se refieren a los “blogueros kirchneristas”, y en mi caso, por participar de un blog que reclama su pertenencia a la llamada “blogósfera nacional y popular” me he sentido parte del colectivo que ustedes denuncian. Desde ese momento me siento con miedo, angustiado, inseguro, perseguido. Nunca tuve ningún dato concreto de que pueda ser un blogger. Hace años, dos moderadores, que buscaban colaboradores para un foro, se presentaron ante el administrador, alegando que podría ser uno de ellos. Nada indica que pueda serlo. Soy una persona adulta e independiente que toma sus propias decisiones, pero no puedo hacerlo frente a un multimedio que me persigue y presiona a los jueces que tienen que resolver la Ley de Medios de Comunicación Audiovisual. ¿Por qué el diario “Clarín” expone públicamente mi caso? ¿Por qué no se preocupó en la demora de la ley que traerá paz a toda la sociedad argentina? ¿Se interesa por mí? ¿O necesita políticamente que todos los blogueros seamos hijos de la pavota? ¿Y después que querrá: que aparezca Aníbal Fernández como nuestro apropiador? Hablan de nosotros sin conocernos. No saben lo que pensamos, lo que sentimos, cuáles son nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestro proveedor de banda ancha. No queremos sufrir más, no queremos que nos lastimen más, tampoco queremos ser rehenes de un ataque político y que “Clarín” nos utilice para atacar al Jefe de Gabinete, ni mucho menos ser víctimas de una manipulación en nuestro análisis semiótico. No somos un caso, somos personas de carne y hueso; trabajamos, estudiamos, amamos, sufrimos y hoy nos sentimos perseguidos. Sólo queremos que nos respeten.
Nada ni nadie podrá destruir estos blogs.
Muy bueno!!
ResponderBorrarEn cada oportunidad que tengo, y esta es una de ellas, cito un ejemplo de relatividad, de subjetividad en la visión de la vida, los problemas y ahora le podemos agregar miedos:
En una entrevista a una modelo (no recuerdo quien) le preguntaban por su estresente profesión. Ante esto la chica detallaba que la vida de las modelos no es fácil, ella debia: hacer dieta, cuidarse el cutis, estar siempre espléndida, jóven y bella. Le tenía miedo,no, miedo no, TERROR a la celulitis.Contaba la carga que sentía por haberse convertido en un ícono sexual y la presión económica, ya que sabia que tenía solo unos 20 años de carrera, en los cuales debía juntar la fortuna necesaria para poder vivir cuando la belleza la abandone.
En otro reportaje, un chico que no me acuerdo como se llama, (pero que fue famoso por ser novio de Julieta Ortega y sacarse fotos en pelotas con ella). El pibe vendia café en la calle y gracias a su belleza exótica, saltó sin escalas al topísimo mundo de la moda. Ante la misma pregunta, sobre como vivía este ascenso al mundo fashion, el pibe contestó: yo vendía café en la calle. Ahora me pagan una fortuna por sacarme una foto, y despues me voy a mi casa.
Anónimo: asignación escolar o asignación universal por hijo?
evelin, recuerdo con rencor mal llevado un reportaje a la hija de palito diciendo: Lo peor es ser gorda, si sos gorda no existis.
ResponderBorrarY pur si muove, digo yo, mientras me como mi galleta de arroz y leo a pavese.
Yo tengo miedo de morirme ¿entra en la misma serie¿¿
Nilda:
ResponderBorrarmorirte gorda? porque morirte flaca es otra cosa.
Evelyn, asignación universal.
ResponderBorrarnegrito.
PD: yo me puse negrito porque soy morocho, y hablando de Tacuara, sabías que había un grupo neonazi llamado Tacuara fundado por un cura admirador de la falange española?
Estimado Sr. Carrasco:
ResponderBorrarHe leído con atención y tratando de librarme de prejuicios su artículo tan acertadamente intitulado "El miedo".
Sin perjuicio de considerarlo como uno de sus mejores textos de los últimos tiempos, su sensibilidad ante el verdadero miedo habla a las claras de su postura ante la vida, en cuanto a lo meduloso de su explicación. Debo - nobleza obliga - felicitarlo también por la notable performance estilística, que denota una superación encomiable. En otras palabras: está muy bien escrito.
Créame, me gustaría ser su tío.
Salud y Resistencia !
Me iba a robar solo el texto del post... pero ahora quiero robar también el comentario de Carlos Balmaceda. ¿Tendré 200 años de perdón?
ResponderBorrar¡Muy bueno el programa!
Ah! Pero entonces ellos son hobbesianos: su única pasión es el miedo. Cuac.
ResponderBorrarEstá bien usado el recurso del miedo. Porque el miedo te paraliza, el miedo te deja mudo. Y si estás paralizado y mudo de miedo sólo podés decir eso, que tenés miedo...nada más podés decir.
ResponderBorrarPor ejemplo no podés contestar lo que decían los terroríficos afiches.
¿Qué pasa con esos periodistas y los hijos de la Sra. de Noble?¿No están informados?
¿Qué pasa con esos periodistas y Papel Prensa? ¿No están informados?
¿Qué pasa con esos periodistas y la fuga de divisas del Grupo Monopólico? ¿No están informados?
¿Qué pasa con esos periodistas que no pueden hablar de ciertas cosas?
Creo que no mienten, claro que tienen miedo. Tienen miedo de quedar en evidencia, tienen miedo de no poder seguir siendo útiles al Grupo Monopólico, tienen miedo de que los tiren después de haberlos usado y haberse dejado usar.
De eso tienen miedo, y hacen muy bien. El miedo no es zonzo.