No recuerdo bien la historia, pero fue algo así. Yo iba con Marisol en un taxi. El tipo, por supuesto, era de derecha. Y, por supuesto, también, hablaba. Y también por supuesto, hablaba de más. Ya resignado, entonces, yo lo corría por derecha. Le decía las barbaridades más asombrosas. Entonces, el tipo un poco que se asustó, de sí mismo. Entonces le dije que lo mío era un chiste. El tipo, por supuesto, se sintió medio tonto. En fin, una situación contraria a ésta otra. Escribe Marisol una serie de "consejos prácticos para ganarle una conversación a su vecino de derecha" :
¿Usted es kirchnerista recalcitrante y no puede vencer discursivamente a su vecino que le dice que no apoya al modelo porque Kirchner abrazó a Menem? ¿o que la ley de Medios es una ley K? ¿o que el problema de este países que está lleno de peruanos, bolivianos y paraguayos que le sacan el trabajo a los argentinos?
Yo sé que, especialmente la última opción, supera con creces la irritabilidad de uno, que ya tiene los h
uevos como toro de tanta falta de pensamiento propio, razón por la cual el vecino -que seguro dice también que a los negros de mierda hay que matarlos a todos- sigue pensando que, después de sus gritos desaforados, usted es un loco de recontramierda, razón por la cual apoya este gobierno.
Sigue acá, con un interesante debate sobre si lo más conveniente es intentar convencer, ignorar o que parezca un accidente.
No, que parezca un accidente no, donde vamos a meter tantos cadáveres?
ResponderBorrarOiga carrasco, que falta de respeto a Marisol. Resulta que se manda un post que es una pinturita y Ud. anda por ahí vociferando que fue idea suya...
ResponderBorrarMa si, está todo bien... saludos a la compañera del diván.
El post está inspirado en Washington Uranga, Carrasco.
ResponderBorrar