Escenarios

Miles, incalculables miles pasearon en los festejos del Bicentenario de la reafirmación de Fernando Séptimo, el rey más tonto -quizás superado por el actual- que haya tenido el reino de España.
Mientras tanto, hoy la selección de fútbol juega su último amistoso contra Canadá -con Higuaín, Messi y Tévez en la delantera, Milito en el banco y expectante: Diego Maradona tiene quizás la mejor delantera del mundo en su equipo- antes de partir al mundial. Los delanteros argentinos vienen de romperla en Europa. La expectativa, teniendo en el equipo al jovencísimo mejor jugador del mundo, es mucha.
Repunta la economía, marcha bien la asignación por hijo, las importaciones de electrodomésticos subieron casi un 30%.
La oposición entiende que es un callejón sin salida abroquelarse en la insustancialidad de la queja, el famoso Grupo A, y salen, entonces, a relucir las forzadas diferenciaciones, de lo cual resulta una mayor comodidad para gobernar desde el oficialismo.
Pierde fuerza la oposición agraria que comandan las multinacionales cerealeras. Básicamente, porque el sector social que apoyó el desabastecimiento que propició la Mesa de Enlace, mira cómo repercute la crisis financiera mundial a partir de la aplicación de la receta neoliberal que la misma Mesa de Enlace propicia.
El rejuntado de tilingas y vedettes televisivas como oposición al Gobierno Nacional, no logra entusiasmar (del todo) al PCR y el MST para avanzar en la socialización de los medios de producción de la mano de Menem.
Los sectores fascistas de la Iglesia Católica no le encuentran la vuelta a la reedición del 55. Para colmo, los Jeremes del oficialismo no quieren quemar iglesias. Van entendiendo que a veces conviene no hacer olas.
Y las empresas de comunicación afectadas por la democratización audiovisual se desesperan, pero debilitándose al interior del bloque dominante.
¿Puede este escenario (esencialmente favorable al oficialismo) durar hasta el 2011? Quién sabe. Por lo pronto, todo indica que luego del mundial, los lanzamientos de candidaturas presidenciales y los armados pro debajo del tinglado del Grupo A, harían perdurar este escenario quizás hasta fin de año. Pero, quién sabe.
Si la legislatura porteña continúa intentando interpelar a un Macri abroquelado a su disciplinado bloque más la alianza con Carrió, es natural que en el Congreso Nacional, las derechas peronistas y radicales, vean pocos motivos para seguir intentando avasallar el Poder Ejecutivo y hacer lamentaicones televisivas sobre el "funcionamiento institucional" a la bartola.
Pero, quién sabe.