Macri

El ultramontano Federico Pinedo, presidente del bloque vecinal de diputados nacionales de derecha, iba a ser hoy "homenajeado" por Jorge Busti en la Cámara de Diputados de Entre Ríos. Sabiendo que mientras tanto se iba a anunciar el procesamiento por delitos gravísimos del intendente Mauricio Macri, a último momento pospuso su visita. Seguramente hasta nunca. Y Macri fue procesado.
Muy probablemente, el operativo de prensa para que los porteños crean que Macri estaba recorriendo el país -con visitas relámpago de pocas horas a hoteles céntricos de lugares estratégicos desde donde hablarle a la prensa porteña- cohesione un poco su menguada base electoral, dando por ciertas teorías conspirativas del tipo que, el kirchnerismo, responsable de encubrir el atentado a la AMIA; de nombrar a Fino Palacios, de contratar a James y de espiar al tío de Mauricio, le tendía "esta cama" para frenar su arrolladora candidatura.
Más bien todo lo contrario.
Cuando se destapó el escándalo que involucra a la familia Macri, a la "jefatura" de la intendencia porteña y al peronismo empresarial de Misiones, la estrategia comunicacional de los delincuentes fue mostrarse como víctimas. Para eso, a último momento, inventaron una supuesta campaña de 60 recorridas desde el exterior del país, en el centro porteño, al interior. Todo verso.
Ayudaba a esta interpretación que pretende la impunidad para los delincuentes pesados, el error conceptual de muchos operadores vendidos por analistas: la presuposición de que el peronismo de derecha, lo iba a ir a buscar, regalarle una candidatura, hacerlo presidente al intendente porteño y amarse los unos a los otros. Todo verso, por supuesto.
¿Existe antecedente histórico de algo así? No, por supuesto que no.
El autodenominado peronismo "federal" jamás se iba a plegar a los deseos de un inculto intendente porteño, mezquino y torpe para entender el país, llegado por la ventana al peronismo y, además, con un pergamino de un tercio de los votos porteños.
¿Qué podría motivar a quienes buscan seducir el electorado de la derecha peronista, desde un discurso hipócrita pero motivador, en torno al federalismo, el Perón del 74, los gordos de la CGT, el Menem del 2003, a regalarle a Macri, porque sí nomás, todo su espacio simbólico? Nada. ¿Un eventual triunfo? ¿Y adónde está escrito que en la dinámica política real tenía Macri alguna chance de gobernar este país?
No.
Es verso.
Siempre lo fue.
Por eso hasta el día de la fecha no hubo ni una, repito: ni una sola reunión entre los caciques del peronismo "federal" y el intendente porteño, ahora, con los tantos acomodados, con justicia procesado.