Con Majul pasa lo mismo que con Carrió

Por Raúl Degrossi



Uno los va tomando cada vez menos en serio, y busca adjetivos que sean sinónimos de "pelotudo" (en el caso de Carrió de "rayada" o similares), y se ríe de las boludeces que dicen, hasta un punto.




Hasta el punto en que se da cuenta que son seres pequeños, pero macabros, que más que pelotudos o locos son hijos de puta, eso sí: cubiertos de una pátina de falsa moralina, y con un ego que excede su propio volumen físico (lo cual en el caso de Carrió es mucho decir) e intelectual (lo cual en el caso de Majul no es muy dificultoso).



Leo esta nota y, además de la enésima mención autoreferencial de ese libro pedorro que escribió (pero ojo, de más de 500 páginas)  me detengo en éste párrafo: "Como no parece tener ninguna importancia el fracaso en la obtención de los ADN de Marcela y Felipe Noble Herrera, a quienes se presentó como hijos de desaparecidos apropiados por la dueña de Clarín, aunque los jueces todavía no hayan conseguido ni una sola evidencia."



Luisito, si fueras algo medianamente parecido a un periodista, podrías optar por no poner ese párrafo (después de todo no estás escribiendo en Clarín sino en La Nación, a menos que sepas que al diario lo está por comprar Magnetto), o por aclararles a los lectores (si algún marciano todavía no lo sabe, y no descarto que los extraterrestres sean lectores de La Nación) que el fracaso en la obtención del ADN y el hecho de que los jueces no haya podido obtener ninguna evidencia en ese caso se debe, justamente, a las mil y una chicanas que los "chicos" de Ernestina y sus abogados vienen interponiendo desde el 2002, desde recusar jueces, intercambiar abogados con la propia acusada del delito o pedirles a Joaquín Morales Solá que se ponga el calzoncillo de Felipe, o a María laura Santillán la bombachita de Marcela.