miércoles, septiembre 29, 2010
Entre las seis y media y las siete de la tarde
Me caen mal los tribunales. Los abogados, también. Aunque mis amigos que no son periodistas, son abogados, sobretodo acá en Bs As. Franco, ponele Patucho, no, porque no se recibió. Y mi hermano, pronto, también. Te acordás, Marisín, cuando Julia casi te hace llorar contando esa historia, lo que me reí. Era todo mentira, obvio, si es abogada y periodista. Hay abogados buenos. Hay periodistas buenos. Pero las dos cosas, mmm.
Está en mi casa, mi hermano. Me ayuda con la mudanza. Maia sacó las carpetas de la facultad -será licenciada en comunicación visual- del placard. No me lo dijo, pero estoy seguro que hasta lloró. Tan sensible. Debí haberla tratado mejor. No haberla herido nunca. Eras tan fresca cuando te quería.
Pero la naturaleza aristocrática de los tribunales, la arrogancia, la impunidad, la soberbia, el chamuyo, son insoportables. Una marcha a la Corte, la nueva corte. Impulsada por el kirchnerismo. La que retiene y congela la nueva ley de medios. El congelamiento es en sí mismo una violación al espíritu de la ley. Sancionada de un modo
insólito-a niveles públicos, transversales, abiertos- por el Congreso. Promulgada de modo participativo por el Ejecutivo. La vetocracia de la aristocracia cortesana no vende en la narrativa indignacionista. Esa que practica, con dotes periodísticas, la señora Carrió, ex chaqueña, ahora anaranjada, de tanta zanahoria frita, para mejorar la vista. La vista gorda. Los indignados. Con nosotros. Con Agustina, que está con Angieeee en la esquina. Sale en una foto de perfil. Un carroñero. Huye, Agustina, de las preguntas de Carlitos Figueroa. Que, ahora, va al supermercado. Y se le pudren, también, las verduras. En la heladera. Claro, es abogado. Y vive solo. Fernández Baraibar siempre se está cagando de risa, dos veces, lo cruzo. Me cae bien. En Tandil, me cuenta el Guille, tuve una discusión, pero quién no. Lorena dice que la historia del adoquín es famosa. Nunca compartas hotel con Guille. Y el Ingeniero, mi amigo. Gerardo es más discreto, creo. El cielo se despejó. La tristeza de los atardeces hoy está ausente, con aviso. Nicolás Damin acaba de llevar a la imprenta su libro sobre el Plan Conintes, lo cuenta en el bar, cuando llega Florencia. Toda producida. Ahí va Jorge Dorio, tengo que organizar lo de Herrera. El fin de semana lo hablo con Bettanin. En Herrera quedó la nada sin el tren. No hay jóvenes en esas calles de tierra. El campo huele a químicos. Las ratas y los cuices se van a la banquina. Como Rosario Central. Y el Edu Toniolli. Me están diciendo, Edu, lo que me cuenta en el msn, Lucila, por dios. Qué JP Evita, JP Morgan, son todos piratas, ahí. Viene una mujer sonriendo, con un bebé y un chico como de ocho años Quieren sacarse una foto conmigo. Me deben confundir con el Emo. No creo que con Matías Martín. Con estas entradas. Un estacionamiento. Entrada, salida, y garage. Como Matías, por eso. Felicitaciones dice la mamá, con su foto. Es la primera vez que me felicitan porque una mina no me da bola. Bah, que me feliciten sin que sea el padre de la chica. Cómo me odiaba el padre de. Epa. No lo voy a decir. Pasaron varios años, además. Un perro está meando en la esquina, y raja cuando llegan los bombos. Se para, sobre Talcahuano, a unos metros. Quiere seguir meando. Los bombos lo siguen. Perro, corré para el otro lado y vas a poder mear tranquilo. De atrás de tribunales, van sacando a varios delincuentes. Culpables, obvio. Son jóvenes, ropas pobres, tez oscura. Esposados. Los milicos, de civil, ponen cara de malos. Mucha tele. Qué mal me caen los tribunales. Les prenderí...epa. Nada. Dejalo ahí. Las luces. Les prendería las luces, porque está anocheciendo. El cielo se pone rojo. El sol la juega de tímido, en el rincón. Es la hora en que miro por la ventana. Que se amarga el mate. Cuando nunca suena el teléfono. Cuando presentaron en un teatro de La Plata la ley de medios yo creí que era un amague, que no la iban a presentar, después creí que no salía. Acá estoy. Hay trapos rojos. Banderas de Evita. Madres, sindicatos, el caballo pinto, lo que supo ser el ARI. Hace unas semanas que fumo mucho, me acompaña una tos cuando me levanto. Mirando el techo. Mañana doy una charla. Hace algunos meses que todo es un desastre. Las cuentas, los amigos, las soledades. Dónde quedó eso que tenía, las ganas, la magia, la risa, no encuentro, a veces, ni mi cepillo de dientes. Es un problema grave. Lo del cepillo de dientes. Cada dos años me mudo. Siempre que me mudo regalo los libros que fui acumulando. Las novelas negras. Algo de teoría política, algo de economía. No mucho más. Las novelas negras, sobretodo. Tengo una colección, ahí, de cepillos de dientes. Los compro porque me los olvido. Cuando voy, de acá para allá, con esta calma tan movediza. Si aunque vayas a mil, Lucas, nunca dejás de ser un vago. Laura dice que la nueva camada de escritores jóvenes, nacionales y populares hacen de la nostalgia de lo que no vivieron un leit motiv y eso acota. El, digamos, Pulquismo. La escuela literaria del pulquismo. No coincido. Es un punto de vista interesante. Yo no lo dramatizaría, y aún más, lo matizaría. Pero se me escapan los conocimientos, no me alcanzan. Estoy tratando de entender ese submundo. Lo que pasa es que además esas publicaciones no son fáciles de conseguir. Tengo que lavar los platos. Se acumulan en la pileta. Pero está atardeciendo. Decime una cosa. No te parece que cambiar la grilla de los canales no debería ser un tema justiciable. Miles de pibes sin condena y los jueces, ahí.
Qué feo término: justiciable. Maximalista. Los tribunales haciendo justicia es un chiste cínico, una editorial de la Cerdos & Peces. Jimenita toca la guitarra. Estoy escuchando, justo, la canción que cantaste. Por eso me acordé. Más poesía y menos policía, por favor. Ayer Florencia me hizo un cuestionario con cada nombre que nombro. La semana que viene iba a ir, con mi hermana, por segunda vez, a ver Casi Angeles. En Santa Fe. Mi hermana va a entender que las personas famosas también mueren. Como mueren los ignotos, los tarados, los felices, los obsesivos. Ahí sí que ese corte ideológico -ayer la ví a Silvia Delfino, me acuerdo que en sus clases nadie cazaba una- entre la ley (que plantea una igualdad formal) y lo social (donde se estructura la desigualdad material) no tiene cabida. La muerte es igualitaria, democrática, horizontal, sin privilegios. La antítesis de los tribunales. Incluído Zaffaroni y su arrogancia. Hablando de eso. En la revista Ser Lúmpen Hoy le hacen una entrevista a Zaffaroni (se escribe así?). Me divirtió esa revista. Tiene el formato de las revistas que le compraba a mi hermana. Pero, en joda, claro. Eso sí, chicos: la editorial es un completo choreo a algo que yo escribí. Le cambiaron tres boludeces y dale que va. Je. Todo bien. Por avenida de mayo te veo preciosa. Exultante. Como si toda la 9 de julio se parara a mirarte. En serio. Ves que el semáforo no nos deja cruzar, fijate. Los neuróticos se atan la mano antes de tocar la bocina. Los motochorros devuelven carteras. Los colectiveros dicen buenas tardes. Los malabaristas cantan, una mujer sentada en la esquina, llora. Miralos a los taxistas, aplauden. Estás cruzando, tan linda. Como un bandoneon en una banda de rock. La tarde, nublada. No sé qué me pasa. No sé si quiero emborracharme o si quiero garchar. O las dos cosas.
Mientras Maia saca las carpetas del placard, allá en Santa Fe, al lado de los libros que voy a tirar. Tu carpeta negra. Tus apuntes. El pasado que fuimos. Lo que nos quisimos.
Debí haberte tratado mejor.
Espero que cuando vayas a El Pozo, cuando pase el Fluviales, te acuerdes de mí. Y que seas feliz. Y que te olvides de mí. Y que algún día sepamos qué fue, porqué fue que un día donde había esa cantidad, quedó un montón de reproches.
Mi perro Polémico falleció.
Como tantas otras cosas.
A mí me quedan chances, todavía.
Y Paraná guarda un pedazo de vos. Una esquina. Te pertenece. Y lleva tu nombre.
Y tu bandera.
A la victoria.
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Y nadie pero nadie saca una metralleta para matar de amor a nadie
ResponderBorrarni siquiera a un escarabajo
como para pisarlo ,para extraerle
leucocitos ,sabios leucocitos temerosos de dios y de los hombres de buenas costumbres
Cuando te ponés melancólico escribís mejor que cuando te indignás o te calentás con Carrió. El día que blogger permita musicalizar los posteos metele bandoneón a este tipo criaturas. Es mentira que los tangos se escribían de noche: los atardeceres son Buenos Aires hecho cielo.
ResponderBorrarNunca compartas hotel con lucas.
ResponderBorrarYo también pensé en un tango.
ResponderBorrarMuy bien armado, casi escritura automática pero ordenada... (¿existirá eso? No sé, lo importante es que llega, ¿no?)
Cariños.
lo que pasa carrasco es que ud. es muy putañero. No termina con una que ya esta con otra y eso no hay corazon de mina que lo aguante.
ResponderBorrarpor dios, amo a la mengolini. Que linda mina por dios
ResponderBorrarBien Lucas...bien. Me alegro que Leuco te haya descubierto. Escribis bien. Aguante el guerrillero del levante.
ResponderBorrarAh, bueno! Ahora entiendo! Soy medio amigota de Silvia D, y complicada como ella!De ahí`debe venir la discrepancia, que seguro no es tal, sino sólo un problema de arrevesamiento lingûìstico (mío, en este caso)
ResponderBorrarEstoy tomando mate en la oficina mientras reviso el mail y leo. Hace frio hoy en Buenos Aires. Gracias Lucas, hermoso texto
ResponderBorrarMuy buen texto, se nota que te gusta escribir...Pero sigo insistiendo, no seas salame, no busques minas que sean para quilombo, las mejores llegan solas ;)
ResponderBorrarY tené cuidado donde pisas, algun dia vas a llegar a ser respetado, pero para eso falta, los medios dan una impunidad que no sé si está mal o bien (no viene al caso), pero la dan
Gran texto Carrasco, grande en serio. Estos dias kirchneristas (dias de derrota en ciernes, digna pero derrota al fin) son mas soportables con sus escritos. Perdon el pesimismo pero el enemigo es demasiado fuerte, mientras que para la gente del comun la unica enemiga es una luchadora incansable como Hebe. Triste, es todo muy triste.
ResponderBorrarla mina de la foto esta mejor que la del lio con leuco
ResponderBorrarTe odio, me amargaste la noche en que vagabundeaba sin dueño ni destino. Quien quiere solidarizarse con el otro? quien quiere saber lo que el otro piensa? quien quiere seguir a vuelo de golondrina los fugaces pensamiento que volatiles abren y cierran al unisono las heridas. Eh? decime quien?
ResponderBorrarLa empatia y la ingenuidad son cosas del pasado...ya no florecen bajo la dura corteza.
A quien le puede gustar un texto tan personal y embriagante? No es mejor la seguridad de las afirmaciones absolutistas y banales? No es mejor esconderse detras de los dichos de otros? No es mejor el certero condicional? el prejuzgar con ligereza e indiferencia calculadora?...
Sabes que? ojala allá miles más de Leucos y periodistas que hagan de señalador..así incitan más a la violencia...así sacan de las casillas a más de uno...así le hacen comprender a uno lo etéreo de la vida.
Saludos
@elinsolente
es bueno saber q los dos andamos en victorias!
ResponderBorrargracias y besoos...
saludos a todos los q me conoceen!
jaja!