domingo, octubre 31, 2010

Así y ahora


From: nazaretiribarren@hotmail.com
To: lucas-carrasco@hotmail.com
Subject: Sobre la muerte de Néstor
Date: Mon, 1 Nov 2010 02:50:37 +0000


Gracias por ser el vehículo de nuestros pensamientos
 
Nazaret



Tristeza…hacía mucho que no lloraba tanto y eso que no me consideraba un soldado de esta causa, pero sí me considero una joven militante no de un partido político pero sí de la vida. Trabajé muchos años en la administración pública y estuve muy cerca de la política como para odiarla pero me apasiona, me moviliza, me gusta. A pesar de ello no he tenido la suerte de haber trabajado por y para ideales que me representaran así que, muchas veces, he sufrido mi trabajo, aunque administrativo, bajo una bandera que no era la mía. El problema más grave fue que, hasta hace poco, no sabía que tenía una. Tenía ideas claras, convicciones, creencias y valores fuertes pero los sentía lejos de cualquier representación política.
Ahí conocí y empecé a vivir la presidencia de Néstor Kirchner y, aunque no lo voté, me alegré por el solo hecho de haber podido derrotar a Menem, sólo por eso, en el 2003, fui feliz. Durante mi adolescencia fui la típica estudiante de Sociales de la UBA, “zurdita”, sin saber bien que era eso, opositora a todos los grandes partidos, me pasé varias elecciones votando al Partido Humanista y a, mi última gran decepción, Pino Solanas. Nunca dejé de votar pero nunca había sentido que alguien que piense parecido, o como yo en muchas cosas,  podría ganar una elección. Luego empecé a crecer, a madurar, a ver los grises del poder, a saber que no se puede pretender muchas de las reivindicaciones de izquierda que otrora proclamé, a entender que hay concesiones que son necesarias si hay un proyecto superador, que madurar entender que la política no es blanco y negro, que la vida no es blanco y negro sino que está llena de matices y, fue entonces que empecé a mirar con otros ojos a los Kirchner. Si bien, para mí prejuiciosa mirada inicial, eran igual a todos había algo en sus formas que me atrapaba…algo de su irreverencia permanente me chocaba pero me movilizaba y otra vez las elecciones del 2006 y yo no me animé, todavía, a jugarme por Cristina…pero confieso que, a partir de ahí, empezó un proceso personal de acercamiento al oficialismo que se terminó de plasmar durante el conflicto del campo y que devino, hoy, en mi más absoluto respeto y apoyo. No es quizás el momento de enumerar las razones o medidas que impulsaron mi acercamiento pero algunas son imprescindibles de mencionar, la nacionalización de Aguas Argentinas y Aerolíneas, la re estatización de los fondos de las AFJP, la política de Derechos Humanos, el respeto por organizaciones como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, la Reforma de la Corte Suprema, la Ley de Medios Audiovisuales, la Asignación Universal por hijo, la ley de movilidad jubilatoria, la ley de Matrimonio Igualitario, la reivindicación de los pueblos originarios, la prescindencia del FMI y otros organismos extranjeros de usura, el acercamiento a todos los pueblos latinoamericanos, el fortalecimiento del MERCOSUR, la creación de la UNASUR sentirme, por primera vez en mi vida, parte de algo más grande que mi familia.
Recuerdo que, recién en las legislativas del 2009 puse, por primera vez, también, mi voto a Cristina y no les puedo explicar el amargo sabor de la “derrota”, de no poder festejar una vez que alguien, a quien había apoyado, había ganado. Fue un día gris. Pero duró poco porque pareciera que, desde allí, todo se duplicó, el esfuerzo y trabajo del gobierno y mis ansias de que ese proyecto siguiera adelante. Y siguió y con más fuerza pero, por otro lado, con una feroz oposición que, debo decir, fue el elemento que, con más virulencia, me llevó hacia las huestes  del “oficialismo”. Esto fue lo que me terminó de convencer del lado del que quería estar y, más definitivamente, del que no. Creo que estamos en uno de esos momentos históricos en los que no se puede ser tibio, siento que hay que pararse de un lado o de otro sí o sí y dejar claro y bancarse esa elección. La verdad que, mirando a los costados no me parece una elección muy difícil, si tengo que elegir entre Menem, Duhalde, Sanz, , Chiche Duhalde, Cobos, Solá, Macri, De Narváez, Rodríguez Saà, Romero, Busti, Puerta, Reuteman y siguen los nombres o, a Cristina, Mariotto, Aval Medina, Fernández, Filmus, Heller, Pichetto, Rossi, me quedo con estos últimos, lejos, porque  puedo ver hacia donde se dirigen, que modelo de país quieren construir y lo comparto, me gusta. De los otros sólo viví y veo canalladas, oposición irresponsable, falta de respeto y subestimación del pueblo, falta de ideas y de proyecto. Además, en los años que tengo, los primeros sólo lograron, a mi generación y a mi, alejarnos de la política y, estos últimos, me hicieron volver a amarla y a verla como el instrumento transformador que es. 
Por todas estas cosas es que hoy siento una profunda tristeza, un enorme sentimiento de injusticia y la sensación de que esto no puede terminar así y ahora. Quiero tener la posibilidad de votar al proyecto que tardé en apoyar y por el cual tardé en mancharme…hizo falta este tremendo golpe para darme cuenta de que este es mi lugar, al lado de las personas que fueron o sintieron ir a la plaza hoy, cuidando la espalda de una presidenta que me representa y que quiero siga creciendo y construyendo desde el dolor y su enorme capacidad de trabajo. Así me sentí hoy y escribí estas líneas porque sentí que tenía que decir algo o reventaba y como no soy militante, ni nada parecido no sabía como plasmarlo. Soy una simple ciudadana, ama de casa, mamá de dos hijas, de un barrio “bien” y de una posición económica cómoda que necesita dejar en claro, hoy más que nunca, de que lado está.

Nazaret Iribarren
DNI 24024550

2 comentarios:

  1. Bien Nazaret, entendiste de que se trata y eso es bueno, tenemos que seguir repitiendo mil veces los cambios que se produjeron, así como se repiten en 678, tvr, DDD, café las palabras,etc. puede ser que algun día los que viven mejor con este gobierno lo entiendan tambien.

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  2. En la Plaza volví a levantar los dos dedos en V, y por primera vez en mi vida sentí el significado de hacerlo. Gracias Néstor.

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