- El Congreso se ha convertido en la caja de resonancia política del país. ¿Hay allí un sistema de canje de votos por favores?
- Éstas son las fábulas que se construyen en la Argentina. Hay que ver cómo funcionan los parlamentos en el mundo. Indudablemente que hay que buscar consensos, la posibilidad de que acompañen al gobierno en un tema tan sensible como es el del presupuesto. Eso de ninguna manera es intercambio de favores. Considero como un elemento totalmente legítimo que el senador o el diputado, en el marco de la ley de presupuesto, pueda conseguir obras para su provincia a cambio de acompañar ese proyecto, aunque sea en general. Eso formó parte siempre de la historia del Congreso. Así funciona en Estados Unidos y en Europa. Y es totalmente legítimo. Y eso no es intercambio de favores, ni es esquema de enriquecimiento personal. Significa que el representante del Estado provincial pueda terminar apoyando en determinadas circunstancias una ley de presupuesto, la puede votar en general, porque está incorporando alguna obra importante para su distrito, para su pueblo, para su provincia. Esto de ninguna manera es corrupción, como se ha querido hacer entender en la última discusión. Y este invento de Carrió de generar sospechas. Porque lo que pasa en la Argentina, también, es que hay algunos políticos que creen que pueden hacer política desde la destrucción y desde la anti-política. Y Carrió es un claro exponente de ese escenario político que nació en el marco de la crisis de 2001 con los sobornos del Senado. Y tienen ahí el metro patrón de la ética para juzgar conductas. Esa forma de hacer política está terminada también. No hay proyecto ahí. Es la mera denuncia. Acompañada por supuesto en este sentido por un gran multimedios, que tiene una confrontación fuertísima con el gobierno, que es el diario Clarín. Esta es la verdad. Tengo que hablar con todas las letras.
Del muy buen reportaje del diario El Día de Gualeguaychú al senador Migul Pichetto
Con estos mismos argumentos se defendían la votación a favor de la privatización de YPF -que ya sabemos que Néstor apoyó sin matices- la privatización de Gas del Estado con un senador trucho -que Néstor también apoyo sin matices- o la promulgación de la Ley Federal de Educación -que Néstor acompañó sin decir MU- o esa celebración militante del travestimos político que fue Borocotó.
ResponderBorrarNo se puede pensar la Argentina atado de tal forma a las categorías K.
Mariano, Marianito... Y qué??? Y-qué???? la cosa es que cuendo subió cambio todo, lo cual quiere decir que salió de su error. Peor hubiera sido si, llegando a la presidencia, hubiera seguido en la misma joda, COSA QUE NO HIZO. A ver si me vas a decir que los K son igual que Menem??
ResponderBorrarDel otro lado está la izquierda sojera, la misma que fue a celebrar a Palermo Soho con la oligarquía la derrota de una ley que contemplaba obra pública con las retenciones. La están meando a varios años luz y todavía siguen en la misma joda, tienen derrotas electorales catastróficas, no los votan ni sus bases, desaparecen del mapa electoral pero a pesar de eso siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiguen con su miopía, no tienen capacidad para interrogarse "QUE CARAJO NOS PASA QUE LOS OBREROS A LOS QUE DECIMOS DEFENDER NO NOS QUIEREN?".
Ja jode Marianito..
Del resto de los cívicos, republicanos y democróticos... nah.... ni vale la pena si cagarse en ellos...ya están ahogados en su propia mierda y su ancestral odio
El puto