sábado, noviembre 06, 2010

Me gustan los putos soberbios, no me gustan los orgullosos gay.






No entiendo la marcha del orgullo gay. No entiendo muy bien muchas cosas, entre otras, esa cosa toda producida -como para ir a cenar a Puerto Madero- y los disfraces, las provocaciones algo..., no sé. Queda mal hablar contra las caricaturas de lo que debe ser un orgullo gay, ya sé. Porque puede tener un auditorio- el que se opuso al matrimonio igualitario- hablar contra la homosexualidad; o contra (mas auditorio aún) la sexualidad salida de la norma. Ponele, hablás desde un conservadurismo asustado y reprimido y, qué se yo, mi abuela te aplaude. Ahora, sino hablás desde ese lugar, si hablás en cambio desde una misma posición ideológica en torno a los derechos de tercera generación, pero te sentís confundido ante la marcha del orgullo gay, entonces uno camina en la cornisa. De los comisarios políticos, de la avanzada y la modernidad, en boca de chetitos superados.
Pero yo, sigo sin entender.
Ojo, entiendo que los derechos de uno terminan donde empiezan los derechos del otro. Por ejemplo, los derechos míos terminan donde empiezan los de Ernestina Herrera de Noble, y los de Ernestina terminan donde empiezan los de mi amigo Jorge, empleado bancario, que a su vez, finaliza sus derechos cuando empiezan los de Paolo Rocca, y creo que los del de Techint terminan -pero no estoy seguro- donde empiezan los de Mario Paulela. Y así. Muy lindo todo.
Las manifestaciones de elegantísimos tacos. De disfraces procaces. De una provocación que puede asustar a mi abuelita -jojo, qué loco todo, eh- pero nada más. 
Las marchas del orgullo gay, importadas sin beneficio de inventario de las más gélidas tierras reaccionarias, no han logrado muuucho más que el pintoresquismo hasta hace poco. Audiencia televisiva para esta neo excursión a los indios ranqueles.  
La militancia tozuda, de colectivos organizados, sí, han logrado impresionantes avances si se compara a nuestro país con la región. Aún si con el mundo.
Ciertamente, es un error conceptual, seguramente, separar la militancia organizada de los vestidos de diseño exclusivo -y presunta y presumidamente despolitizados- que luego hacen de Marí Marí para las cámaras de TV. Ese desfile de rebeldiítas de pretendida insolencia que también sirve de pasarela y glamour. Una Susana Giménez bizarra, vendida como modelo de "lo gay". Orgullosamente. Para consumo de usted, señor, que no quiere quedar fuera del mundo -en plasma- que se viene. En comodísimas cuotas.
Todo bien, pero.
La afirmación de la diferencia tiene un estadio estratégico que es la asimilación natural -por la otredad- de esa diferencia, sin por eso anularla. Lo diferente no es antagónico a lo igualitario.
La despolitización del pretendido glamour, traviesamente sonriendo a las cámaras, se renueva como carnaval -en su aspecto (que los tiene) más conservador y elitista- año tras año diluyendo, muchas veces, los reclamos. Ojo, la sola visibilización de ese show implica la naturalización de lo diferente, pero quitándole densidad programática esa naturalización tiende, más bien, a ser conservadora. Queda viejo aplicar la dialéctica marxista, pero viene (como mecanismo de razonamiento de un proceso) al pelo. Pues no es la modalidad sexual la que se naturaliza sino la singularidad y la extravagancia. Muchas Florencia de la Vega, devenida en solamente V, muchas Moria Casán con pija, digamos. Pero la posibilidad -graficando- de explicarle al nene de jardín que es un travesti. 
Tucumanas que hasta los 30 años gastan fortunas para pasear de putonas en los bosques de Palermo y luego, por supuesto, ya arruinadas, se dedicarán, en el mejor de los casos, a reclutar otras tucumanas más jovencitas, meterlas en una pensión y reproducirles el encanto de ser una barby. Todo muy naif. Me parece, con respeto. Quizás tendría más onda reclamar cupos de trabajo, se me ocurre.
La concentración frente al congreso -una de las tantas, a la que fui- para pedir por el matrimonio igualitario, tenía otros componentes. Me parece. Más políticos, si se quiere. Más, también, heterogéneos. 
Pero ojo, quizás (seguramente) me equivoque y esté errando en el análisis. Explicame, Alex, vos que sos un cuadro en estos temas. Que me metí en un berenjenal.
Y en última instancia, si ni siquiera yo me entendí qué quería decir.

14 comentarios:

  1. entiendo (creo) y comparto.. estando d a cuerdo en los reclamos, siempre me pareció q le dan letra a los conserva q terminan asintiendo a mirtha cdo dice "no hay peligro d una violacion?" que se io..

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  2. Lucas, creo que estás mirando a la "cuestión homosexual" desde un punto de vista estrictamente programático. La lucha por los derechos de los homosexuales es muy vieja, incluso en la Argentina. En los '80, era una lucha contra la policía de la dictadura y especialmente Moralidad Pública. En los '90 ya no te metían preso ni te cagaban a palos por ser puto, entonces las demandas pasaron a ser otras. Fin a la discriminación verbal y encubierta (en ambiente laboral, por ejemplo). En esas épocas, el pacto social era que podías ser puto y vivir tu vida, pero la homosexualidad debía ser encubierta. Limitada al ámbito privado o a la vida en ghetto. Y en ese sentido la marcha del orgullo es una marcha política. No alcanza con la tolerancia. Es el momento del año en el que la cuestión homosexual aparece en los medios. Es el momento en el que RIcardo Fort baila con el travesti sin dientes de Berazategui y con el estudiante de filosofía y letras. Al contrario de lo que vos pensás, yo creo que los dirigentes homosexuales hacen un uso muy inteligente del aspecto "carnaval" y "sanitizado" de la marcha. El matrimonio igualitario no sería posible sin esos cabezas duras que durante décadas vienen marchando sin tanta visibilidad.

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  3. Creo que la discusión da para largo, yo no veo que la marcha no tenga contenido político, creo que es bastante político el manifestarse públicamente sin empacho, que el presentarse, tal cual quieren ser vistos, ante una sociedad que los ha repudiado históricamente implica un profundo contenido político.
    Y quiero remarcar algo: "tal cual quieren ser vistos" me parece importante, no creo que aquellos que van producidos como para una fiesta a la marcha quieran andar todo el día vestidos de esa manera (los tacos de 20cm deben doler) creo que quieren que se respete su derecho a hacerlo, que la sociedad abra un poco la cabeza y seamos capaces de vivir con respeto a la diversidad, con respeto al prójimo, demostrar que ellos son, ni más ni menos, nuestros vecinos, compatriotas, amigos, etc..
    Comparto que, cuando el reclamo por el matrimonio igualitario la cosa fue distinta pero no creo que eso le quite valor a la marcha del orgullo. También comparto que no deberíamos "importar" las cosas, deberíamos generar nuestras propias marchas y formas pero, y esto me parece de suma importancia, la marcha del orgullo ha conseguido algo, permitirle a todos aquellos que así lo deseen, mostrarse tal y como quieren que los vean, sin ocultarse, sin miedo y, sobre todo, con orgullo!

    Abrazo, compañero!

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  4. Algunos se preguntan qué existe más allá del matrimonio civil. Existe la cuestión de que el Estado acepte el género que decida ser cada persona y lo ponga en el documento. O sea que un recien nacido con pene o con vagina no determinen el género del futuro.
    El fin de vestirse como para el Carnaval y exagerar más el travestismo es el de escandalizar para alcanzar la visibilidad.
    Es lo mismo que cortar rutas, pero de otro modo. Cuando uno no tiene forma de llamar la atención, se las ingenia.
    Yo los felicito. Pero de alguna forma me obligan a pensar en la condición "mujeril" (no me gusta la palabra "femenina"). Las mujeres ¿qué deberíamos hacer para llamar la atención?
    ¿Tal vez buscar las embarazaditas de menos de 12 años y llevarlas a una marcha?
    No se muere nadie por no tener en el documento el género de su deseo, y tampoco sé para qué sirve que el Estado me reconozca mi objeto de deseo. Tal vez tenga alguna importancia. Quisiera saberlo.
    Yo aspiro a que a mí no me pongan esas cosas en el documento. Mi objeto de deseo puede ser nulo. Me pondrían GÉNERO: FRÍGIDA.

    A mí también me gusta escandalizar. ¿Está mal?

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  5. Lucas, entiendo el problema porque me lo platee varias veces también, pero tiendo a pensar un poco como Jerónimo: hoy parece hasta cool que un tipo diga que tiene un novio, esas cosas. Eso, como muchas otras cosas que desafían a los valores conservadores, se mantienen por presión militante de los colectivos organizados que defienden esos intereses. Había ido varias veces a la que se organiza anualmente en São Paulo, dicen que hoy es la mayor del mundo. Cuando fui la primera vez eran unas 20.000 personas. La ropa y los disfraces, parte de la liturgia de la marcha, comenzó (según me decía un tipo militante) como una manera de mostrar lo que afuera de los ambientes aquí llamados GLS (gays, lésbicas y simpatizantes) más se desconoce y sobre lo que más se fantasea: sacar los fantasmas a la calle. Tu compañero de oficina, el de bigotes, se viste de mina así, con bigotes y todo, y ojo que si lo mirás de espaldas te hace tambalear. Pero la ocupación de la calle es siempre política (me parece). El tema (me parece) es no negarles el mensaje porque lo tapa la falta de ropa: al contrario, resaltarlo. Después de mucho teimpo, fui este año de nuevo a la marcha por el ogrullo gay aquí. Unas 3,5 millones de personas. Se repolitizó: por la ley del matrimonio igualitario y contra la discriminación. Hay que estimularlos a que se mantengan activos, porque como en otras cosas, aquí también si paras te caés. Saludos.

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  6. Y más. Considero que el avance de las lesbianas fue gracias a estar incluídas en el contexto general de la sexualidad diversa encabezada por la lucha de los gays.

    Las lesbianas se juntan con las heterosexuales en la lucha por la mujer, y ahí pierden. Porque la mujer parece ser el último orejón del tarro de la sociedad.

    Tal vez las mujeres heterosexuales deberíamos unirnos a las marchas del orgullo Gay, pidiendo que se llame Marcha del Orgullo de cualquier sexualidad diversa menos la de los machos heterosexuales con pene.

    Así dejaríamos a los machos con pene heterosexuales solitos. Pero también deberíamos agregar a los heterosexuales con pene que sienten un peso de llevar adelante la obligación de tener el pene erecto.

    Así dejaríamos solitos a los machos heterosexuales con pene que quieren seguir dominando al resto de los mortales.

    Hablo muy en serio. Mientras no haya aborto legal y gratuito, siguen muriendo todos los días inocentes criaturas hermanas nuestras en el mayor Holocausto de la Historia que es el de la muerte por aborto.

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  7. Me llego por e-mail mi propio comentario, lo releí y debo pedir disculpas por lo mal redactado. Pero la repetición de "me parece" te da una idea de que tampoco lo tengo claro, no?

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  8. Me recuerda al carnaval medieval que teorizó Baktin donde los oprimidos se burlaban de los opresores. Servía para, justamente, reforzar la opresion. Era solamente una canalización del odio a los poderosos señores feudales, después de los días festivos todo seguía su curso. A los gays se les permite por un instante hacer estas ostenmtaciones, luego todo sigue igual, en el imaginario de esa parte de la sociedad que dirige nuestas actividades debajo de las sábanas sewguira pensando que son todo putos pervertidos.

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  9. que hammmmmmbre nene, que al pedo opinar de esto... me tienen harta los gays los homofobicos encubiertos-loke you -si man te haces el progre pero te saltò por aca-
    lo unico que tendrian que hacer es ponele, cambiarle el nombre a carnaval y que vayan todos los que quieran ir como cuando habia carnaval y listo
    la gente tiende a autodiscriminarse
    el lo mismo que "el dia de la mujer"---- ¿que ? somos tan fragiles y etereas que necesitamos que todos nos defiendan y se acuerden de "la mujer2 un dìa??? estupideces del siglo pasado!!
    si hubiera "el dia del negro villero" seria politicamente incorrecto---------------

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  10. Hola te invito a leer un blog de humor nacional y popular.
    Tema de hoy: "Un ángel trae noticias de Néstor"
    www.kikitodulce.blogspot.com

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  11. Es un debate que se da desde hace 18 años (la primera marcha) al interior de las organizaciones Glttb. La politización está en la provocación, en la diversidad y en la ocupación del espacio público. Todo eso junto a lo reivindicativo es verdaderamente revolucionario. Una travesti en tetas encabezando la marcha junto a Luis D´elía y Martín Sabattella es poderosamente cuestionador. Las marchas del orgullo fueron logrando muchas cosas en 18 años, principalmente dejar de sentir verguenza a quienes participan por el solo hecho de tener una sexualidad diferente. Orgullo como oposición a verguenza. El pintorequismo es la mirada del afuera conservador o ajenamente desconocido. Las marchas no fueron importadas sin beneficio de inventario. Es verdad que se enmarcaron en algún tipo de internacionalismo, pero en todo el mundo son el 28 de junio en homenaje a la rebelión de Stonewall y acá se pasaron a noviembre en homenaje a un grupo fundador del FLH argentino. A fines de los 90 H.I.J.O.S es una de las primeras organizaciones que apoya las marchas y le suma contenido. Después se empiezan a sumar algunos partidos de izquierda. Hoy es increíble ver a todos los partidos políticos con sus banderas. (Menos el PRo, obvio) Heterogénea, diversa, provocadora y reivindicativa, hay que ir para seguirle sumando contenido. Abrazos

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  12. "Resentido común" parece haber sacado de mi cráneo las palabras que escribió arriba, por lo que le agradezco haberme dado la posibilidad de ser más sintético. Sólo quisiera remarcar que no todas las personas que acudimos año tras año a la Marcha estamos disfrazadas o semidesnudas. Claro que las decenas de extravagantes son las que ves en los medios, porque a Crónica no le interesan los miles que vamos vestidos con la ropa cotidiana. Hace años que el primer sábado de noviembre es un motivo de festejo para mí, porque puedo encontrarme con la diversidad de mi colectivo para hacer visible aquello que durante tantos años mis predecesores tuvieron que ocultar, relegándolo a las sombras de un boliche. Ser puto o torta o trava en este progre (?) país es más difícil de lo que parece... Ir de la mano con su novio puede someterlo a uno a insultos en cada esquina (gritados desde un bondi o susurrados por una señora), y marchar cada año no sólo permite homenajear a aquellos que lucharon porque nuestra visualización fuera "más tolerada", sino también para que el niño que circunstancialmente se topa con la Marcha en el paseo vespertino con su padre vea que, si le gusta un compañerito, puede estar "orgulloso" (como bien dice Resentido, entendiendo el orgullo como oposición a la vergüenza o al sentimiento de culpa que tantos hemos padecido). No te quedes con la parte (el carnaval) y omitas al todo (la Marcha con los miles de asistentes, las pronunciaciones a favor, los abucheos, las adhesiones). Abrazo, Ch2

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  13. "La afirmación de la diferencia tiene un estadio estratégico que es la asimilación natural -por la otredad- de esa diferencia, sin por eso anularla. Lo diferente no es antagónico a lo igualitario"... ¡¡¡Veinte minutos me llevo entender esta frase para que al final del post me digas que ni vos entendiste!!!... Tenes que comprender que muchos de los que te leemos tuvimos nuestra principal formación educativa en las escuelas de los noventa... con el Doctor Menem como director... cuesta mucho.

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