viernes, noviembre 05, 2010

Tenemos que dejar de robar corazones por dos años



Que te digan hijo de puta, en mi barrio, implicaba un grito de guerra. Por las figuritas. Por las bolitas. La china, sobretodo. Estaban las japonesas, también. Las bolitas. Con mi madre no te metas, si te decían hijo de puta, a las piñas. Cariñosamente. Después, se sabe, las palabras se resignifican, y uno termina siendo, por esas cosas del azar, un tierno hijo de puta. Bah, más o menos. Las bolitas se caen. Vienen las entrerrianas, las santafesinas, las de Villa del Parque. Y todo se desmorona, se rehace, se vuelve, no sé, más complejo. Y divertido.  Lo barato sale caro, querida. 
Pero no entiendo taaaanto enojo por una cosa trivial. Simple. Elegante. Natural. Tan, Watson, elemental. Tu amiga estaba más buena que vos. No es para que te enojes. Nadie, en este planeta, por lo menos, más macanuda que vos. 
No me parece de hijo de puta que haya descubierto lo macanuda que sos y cuántas ganas tengo, en serio, de casarme con tu amiga. 

5 comentarios:

  1. No vengas al Chaco, te lo "alvierto". Por lo demás, las niñas son fieras...

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  2. Ups! Que difícil comentar y no quedar como otro hijo de puta. No es de caballero ponerse en contra de una dama si encima está tan buena. Ahora Lucas ¿la amiga está mejor todavía? Ud. si que está bien organizado compañero!

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  3. http://www.youtube.com/watch?v=vwuC5dw2ZOw

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  4. sabina desde que se recupero anda falto de lineas para sus canciones, tirale alguna.

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  5. jajaja miralo al compañero carrasco qué piratón que resultó ser.

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