Ni cuando era chiquito me gustaba la fiesta del torturado. No decía nada. Porque, en una de esas, en vez de ropa, me regalaban juguetes. Odiaba los cohetes, el asma, al torturado que resucitaba, la mersa, el forro de mi tío -ése que ahora no puede pegarme, más bien, al gil y su uniforme de milico, lo cagaría yo a trompadas: se cuida muy bien de no provocarme con sus canas de cana, maricón- mi vieja tenía mi edad, mi abuela estaba a full, los vecinos no llevaban bastón, los amigos eran pibes sin hijos, las medias blancas, dios, la confirmación, la guitarra que tocaba, el cielo, mi perra Laika, las vidas que planificaba, los libros de Julio Verne, gomina y jopo.
Mi amigo viene de ver a su hija Cele, la casa de la ex, con luces de navidad, en homenaje al torturado, agarra una maceta, le pone una bolsa verde, ahí el arbolito, todos aplaudimos, al torturado que resucita. Después de tantos años, en este homenaje anual al torturado, no me divido, no tengo suegros, me junto con los ex esposos que fuimos amigos, fumando porro, allá en la adolescencia, cuando soñábamos, exagerados y apenas, esta vida, cantar canciones, de madrugada, enamorarnos, luchar, creer en algo, ahora que me levanto al mediodía, que no acepto las invitaciones de mis maestras de la secundaria, para hablarle a los pibes, voy ajustando cuentas, resentido, ayer me peleé con el Conu, los micros desde retiro, las calles que se asfaltan, la soja, la vida, toda esta porquería. La enorme carcajada en el balcón. Cuando me levantaba temprano, Maia, me hacía el dormido, pero siempre escuché tu despertador, sin odiarlo, te ibas a trabajar, qué será de tu vida, estas navidades, vos sí sabés que las odio, brindá, con tus amigas, por mí, por lo que fuimos, lo que perdimos, lo que dejamos de ser, los sueños que no cumplimos. Preparo el mate. La casa está en silencio. El sol, la mañana. Toda esta mierda. Tan calma. Artemio desde el auto me gritaba, ayer, firmaaaaaaaá. Ja, y yo no quiero, detesto Radio Nacional, todo lo que significa, los amigos que sólo querían que los meta ahí, los idiotas, esa mersa, becada, no soy así, pero tengo que laburar, de algo. La puta madre. Yo quería una guitarra y mi vieja, aunque yo creí que era papá noel, me la regaló. Quiero de nuevo, en estas fiestas, las calles de la infancia, mis tiernas ambiciones, la vecina, tan rubia, saltando la cuerda, la vecina de la que en secreto estuve enamorado, ahora está tan gorda y tan fea.
Ahora que soy un cachivache pero todo me chupa un huevo, voy de compras, prendo un pucho, para mandar regalos, a mis ahijados, que son muchos, repartidos por allá y por acá. Soy mal padrino, pero ojo, no sé cuándo cumple años mi vieja -me avisa mi hermanita una semana antes- pero tengo una hoja, amarilla, con la fecha de mis ahijados, y mando, con una carta, escrita a mano. Me estoy haciendo grande, sin madurar. Pero lo intento.
Felices Fiestas!!!
ResponderBorrarhttp://www.youtube.com/watch?v=rl_w3SRr97Y
boludo, muy bueno.
ResponderBorrar"me hacía el dormido, pero siempre escuché tu despertador, sin odiarlo, te ibas a trabajar"
siento que en estas cosas es dónde mostras las entrañas capaz que desvarío.
pero, repito, muy bueno.
j.