jueves, enero 13, 2011
Ricardo Zelarayán
Una muy buena nota de Daniel Freidemberg en Radar Libros del domingo sobre Ricardo Zelarayán, recientemente fallecido:
Curiosamente o no, la imagen de “escritor de culto” pocas veces se vinculó a la decisiva relación de Zelarayán con la revista Literal, a mediados de los ‘70. Hubo una prehistoria de Literal, contaba Germán García, durante la cual “los analfas”, como un paternal y experimentado Zelarayán había bautizado a aquel grupo de escritores jóvenes, fueron introducidos en la obra de Macedonio Fernández y en la desconfianza hacia lo que en Argentina se consideraba “hacer buena literatura”, pero la figura del escritor culto, traductor del francés y capaz de redefinir desde una nueva perspectiva el estatuto del lenguaje poético quedó subsumida en la del borracho marginal que pone a jugar Santiago Vega (Washington Cucurto) en Zelarayán (1997), o el balbuceante anciano que sale a los tropezones de un bar en La juntidad espeluznante, la película de Martín Carmona, y desde ahí es que, antes que un inusual conjunto de textos cuya singularidad reclama un abordaje particular, Zelarayán es el precursor de las posteriores poéticas del reviente o las que se remiten a la mostración de lo más notoriamente vulgar, o un freak. Es cierto que, durante años, no se podía leerlo más que en fotocopias y en un par de libros agotados, los poemas de La obsesión del espacio (1972) y las prosas poéticas para niños y adultos que, con el título de Traveseando, publicó en 1984: recién La piel del caballo, Roña criolla y la segunda edición de La obsesión del espacio (1997) empezaron a revertir la carencia, pero el hecho es que hoy se puede hablar de “una obra”, más aún luego de que en 2008 Argonauta publicara la esperada novela Lata peinada –la compilación de los tramos de diversas versiones que se pudo rescatar– y en 2009 Ahora o nunca. Poesía reunida.
Sigue acá.
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¿Tiene alguna relación con Lamborghini? Leí "Tadeys" y es realmente te-rri-ble. Es imposible leerlo de corrido.
ResponderBorrarEn Aromito se pueden leer dos textos importantes de Zelarayán:
ResponderBorrarhttp://aromitorevista.blogspot.com/search/label/Ricardo%20Zelaray%C3%A1n
Lamborghini (Leónidas, por supuesto) es genial. (De Osvaldo, su hermano, no opino porque daría para largo). Pero con Leónidas son lecturas reparadadoras, de gran felicidad, de esas que te transforman. Y encima era un poeta popular, un trabajador del campo nacional y popular. De Leónidas todo. Incluso la "Mescolanza" que sacaron ahora con momentos sublimes. Dice cosas como esta: "Vos entrás a una villa y ves que la señora tiene un cuadrito con un ranchito y un arbolito. Tiene un goce estético, ¿qué le vas a poner?, ¿un Picasso? Para ella es un mamarracho, no le dice nada. Eso es una historia de la pintura, igual que pasa con la literatura. Hay universalidad en el goce estético aunque sea un sorete puesto en la vereda. No le podés decir a esa señora que no sabe lo que es bueno, sí sabe, para ella es eso… Entonces todo esto es muy relativo, jode la historia de la literatura. Yo lo veo como un friso, donde está la Divina Comedia pero no me saqués el “Madrigal” de Gutierre de Cetina porque si no se me viene todo abajo:
ResponderBorrar“Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis, miráis airados?”
Esa música, esa cosa, no lo puedo sacar."
Sigue acá:
http://aromitorevista.blogspot.com/search/label/Le%C3%B3nidas%20Lamborghini
Un abrazo, jm
Qué bueno que te guste Zelarayán, Lucas.
ResponderBorrarLa no-novela Lata Peinada es de lo mejor que he leído. Eso es literatura nac&pop... y no la paparruchada neorealismosocialborder que quieren meter algunos. no! a esos Zelaya te los comía en un café.
Saludos