Y entonces vamos, vemos, le dedicamos el posteo al amigo Pajaronauta y le decimos con cariño que sí, que esto es una carnicería, que la grieta está acá en tanto y en cuanto todos seamos, más, o menos, dependiendo, un cachito mentirosos.
Pero por suerte hay animales, seres primales y básicos, nutridos con las historias de la vereda y el cordón duro donde cabeceamos, que vienen y nos cachetean y nos cuentan que no, que se puede ser sincero, filoso como una cuchara destrozada por el óxido y que eso, es la posta.
Uno y uno son dos.
Es así de corta.
Sigue acá.
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