jueves, febrero 03, 2011

Cabeza de lata








Al genial escritor, y mi amigo, Esteban Schmidt


Necesitaba imperiosamente conseguir trabajo. Un amigo me recomendó. Busqué la dirección, era en un barrio peligroso, pero fui igual. Estaba desesperado. En la esquina, un pendejito me vio y silbó. Al rato se fue corriendo y dos gordos se pusieron detrás de mí. Seguí caminando como si nada. Que sea lo que Dios quiera.
Había, al fondo del callejón, un cartel sobre una puerta de chapa: “Puntería y Bolsones. Para cada necesidad, hay un puntero”.
Golpeé la puerta.
Una secretaria fea, sin dientes y con ruleros, me hizo formar una cola. Había mujeres que fumaban paco, con cuatro o cinco chicos colgando de los brazos gordos. Entraban por una puerta con cortina y salían con bolsones y una sola zapatilla.
La secretaria, con un cuaderno de campaña electoral, me anotó el nombre, me preguntó cuántos familiares tenía, un número de teléfono para pedir rescate y me dio instrucciones sobre algo de una cadena que no entendí muy bien.
A la hora me llegó el turno de pasar.
Entré un poco asustado, había un gordo inmenso y recio sentado en un cajón de manzana. Tenía una cartuchera con una pistola. La habitación era húmeda y pequeña, de techo tan bajo que me veía obligado a agachar la cabeza. Todo aquel que entraba tenía que agachar la cabeza. No había otro asiento.
Sonó un teléfono que el Gordo levantó del piso. Parecía un intercomunicador. Yo no podía escuchar la voz del otro lado.
-¿De parte de qué Chacho?
-….
-¿Chacho Alvarez? Llamá a los del Sindicato. Ah, pará, y que parezca un accidente.
Me miró.
-¿Qué necesitás, pibe?
-Trabajo.
-¿Sabés hacer algo? Pará, (de nuevo levantó el teléfono del piso) sí? Ajá. ¿De qué Chacho?
-….
-¿Cha Cha Chá? Mmm, bueno, me gusta. Dale dos bolsones. ¿Me decías?
-Yo…., eh, trabajé de….
-Hablá, pendejo. ¿Tenés el secundario?
-Casi todo.
-¿Sabés escribir? Necesito alguien que defienda a un amigo Polémico. Pará (teléfono). Sí? Pasame. ¿De qué Chacho? Ahhh, mirá vos, Peñaloza? Bueno, anotalo para el Plan. No, mejor, decile que hable con el Intendente. Sí. De parte mía. Tamos querido…¿Bueno, escribís o no, pibe?
-eh…, algo.
-Decí Sí, con acento, con énfasis.
-eh..(erguí los hombros, tomé aire)Viva Perón, carajo (justo estaba cambiando la voz en esos años, y me jugó una mala pasada).
-Mmm, no, el carajo! va con signos de admiración, pibe. Y en negritas.
-Perdón.
.Bueno, andá, hacete un blog, y hablá bien de Polémico Moreno.
-pe…ro…
-Dale, pibe, que no tengo todo el día. Inventá algo, qué se yo. Eso sí, no trabajes mucho, que nos arruinás la imagen. Sí? (teléfono) De parte de quién? Pasame. Pará, chau pibe. ¿De qué Chacho? Bueno, bueno, decile que pase, pero la semana que viene. Pibe, andá nomás. Ahí mi secretaria te va a dar algo. Y portate bien, jeje.

1 comentario:

  1. A vos te banco a fondo, pero a Scmidt, mamita...

    Pero bueno, todos tenemos amigos impresentables.

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