Yo llegué a una localidad norteña a dar una charla para encargados de alfabetizar. Cuatro personas. Tres mujeres y un hombre, muy viejo, aún trabajando, como obrero de la cosecha, peinado como a la gomina, pero impecablemente con grasa. Algo albañil, ademas. Y tres señoras con tantos hijos, gordas, aplomadas, entusiastas, renovando el viejo cuento de la esperanza. El viejo cuento. Era una casa con una puerta de rejas con candado y una cortina. Los techos bajos, los cimientos pobres, las cosas amontonadas, una tostadora, me acuerdo de la tostadora, rota y oxidada, sin uso, arriba, no sé porqué, por qué valor sentimental, de la garrafa de gas, de las de 15 kilos. Una tostadora recogida en la basura. A veces, por ejemplo, hoy mientras almorzaba, con un amigo del fiero conurbano , José Mármol (ja, el escritor) partido de Almirante Brow, le decía que los blogs, no sé, cuando el kirchnerismo, allá por el 2008, estaba sin quién lo relate, no esas denuncias, no esos valores convencionales del periodismo tradicional, de donde quedé afuera casi antes de empezar (y es raro, aunque nunca me sentí parte de ese periodismo convencional porque lo odiaba, pero no sabía vivir de otra cosa): pero soy la encarnación del periodismo, ese provincianismo, la soberbia, de la barricada, de los acuerdos espurios: al final, concluyo que para la media no deben ser tan graves o hay mucha haraganería investigativa entre mis tantos adversarios que, coinciden,( "no existo") no vale la pena; en lo blogs se necesitaba alguien que explique, que diga, que narre, de manera suelta y recubierta de piel, la epopeya que ciertamente quienes se codeaban con los ministros y secretarios de la presidenta -los que hoy defienden el monopolio- no podían sentir como cierto, obviamente: hablaban con Lousteau, con Gustavo Béliz, con Alberto Fernández, con Ricardo Jaime, militaban para el entonces ultra K Felipe Solá (eso hacía, buena parte de, la izquierda del kirchnerismo. No, no puse mal las comas). ¿Mentíamos nosotros o, como ahora ellos sospechan, dejaron de ver el bosque por masturbarse con el árbol? Quien sabe. Los blogs ya tienen poco destino atados a esta coyuntura. Sobrevivirán, algunos, a esta coyuntura. Yo, no creo. Bah, ojo, sí, hay que meterle y darle para adelante. Quiero decir otra cosa, más compleja. O no quiero decir nada, qué importa. Fuimos útiles a una causa que trasciende sus dirigentes, ahora, bueno, ahora, la cosa es sólo para valientes. El resto quedará en discusiones tristes y torpes como las de Carta Abierta.
Una de las mujeres se llamaba María Nora y trajo buñuelos. Había estado amasando, y con las batatas que le regalaron para el cumpleaños 14 de una de sus hijas, una familia con huerta familiar, rellenó los buñelos. No los trajo María Nora sino que entró, justamente, la nena con una bandeja de plástico cubierta por un repasador contra las moscas.
Me ofrecieron, tras asegurarme que era virgen, cogerme a la nena de 14 años.
A diferencia de tanto moralista, soy, también, lo que no hice. A veces sueño que debí habérmela cogido, a veces me miro al espejo, las ojeras, y no, no, me cuesta la crítica moral.
También soy las cosas que no he hecho.
No me eximo de hijo de puta, me doy un 10 en cobardía, me pienso una porquería. Cuando me acuerdo de los camalotes, la luna recortada, el farol, de aceite, el cuadro de un bisabuelo muerto, la alacena hecha de cajones de manzana; las velas, la grandísima, pero grandísima resignación en esas caras sonrientes y alegres, entonces, bueno entonces paso un estropajo por la mesada de la cocina, prendo un pucho, miro la ventana. Generalmente no hay mucho que mirar que no se haya viso. Pero, miro la ventana.
Y me siento tan solo.
Pero, miro a ventana.
Aprieto los dientes.
Nunca hay nada nuevo en ese hastío salvador de la ventana.
A lo sumo, los que son mejores que yo.
Siempre la tienen más clara. Siempre miran otras ventanas
Buñuelos, maravilla prodigiosa.
ResponderBorrarEl menemismo sigue ganando, Lucas.
ResponderBorrarMirá la risita satisfecha de quien está a su lado, todo un buñielito de felicidad:
http://www.youtube.com/watch?v=kKM47QqUAdU&feature=player_embedded#at=13
me gustan estas crónicas tuyas medio melanco, medio de reconciliación con nosotrxs mismxs... a mi me pegan así. por eso me gustan. o sea.
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