viernes, marzo 11, 2011
Mientras no sea mi cadáver, bardear y bombardear.
Kadafi bombardea a tropas mercenarias que organizaron una revuelta de una parte de los habitantes de Libia. Esto, entre otros factores, por supuesto, repercutirá sobre el precio del petróleo, hacia el alza en los precios con lo cual, a su vez, subirán los costos primarios de la elaboración de biocombustibles -obligatorios en varios países, como por ejemplo, Argentina, como componentes aún minoritarios de los combustibles tradicionales de locomoción- y por tanto, como la tierra, el petróleo y así, son bienes finitos, disminuirá la producción de alimentos y aumentarán, mundialmente, los precios. Todo a partir de los cadáveres desparramados en Libia. Los cuerpos, el tuyo, el mío, el de Mendieta, son también bienes finitos. Pero no de libre comercio fronteras afuera, como las materias primas para el biocombustible y el petróleo.
Como es habitual, miles de haitianos morirán de hambre, la derecha chilena gozará de un enorme crecimiento -el precio del cobre tiende a la suba- y la Mesa de Enlace estará furiosa porque le va mejor que nunca, un filipino no desayunará y el África subsahariana crecerá en dos caras: su oligarquía exportadora (sus Biolcattis, Buzzis, Llambías y las bellas cooperativas que, ay, bue, si digo esto más de cuatro me mandan ala mierda En fin, la ley de entidades financieras es el broche de oro para la oligarquía sojera, saludos a Coniagro) vivirá un momento de tanto estupor que se operarán los ojos al estilo Chino, y se entrelazarán en una fila bailando la danza de la economía mundial, mientras miles de negritos seguirán religiosamente muriendo de hambre agravado por enfermedades como el SIDA, el cólera y las distintas fiebres que en contextos normales -digamos, en París- se curan con una aspirineta, y gana entonces la alemana Bayer unos pesitos. De paso.
Todo esto se explica con cuadros, simposios, hoteles 5 estrellas, curvas, palabras de jerga, mocasines, mucho edulcorante -que requiere, de paso, maíz- para el café, descafeinado. Que no inside, porque son muy pocos los que toman buen café mientras se preocupan por el hambre mundial y la alegría que en varias multinacionales de la OCDE esto genera, en la demanda general del café, y mientras no llueva café en el campo, el precio crecerá y danzará la oligarquía dominicana y crecerá,además, el precio de la merluza: qué lindo es dar buenas noticias, Susana.
Quizás una persona llegue hasta esta oración que estoy escribiendo en este momento y piense: qué cínico hijo de puta, este Carrasco. Quizás otra persona, piense, "dice disparates" Y otra, piense, tiene razón, el mundo es casi una mierda. Entonces tendré tres lectores con lo cual habré aumentado un 10% en relación a ayer, y entonces agradeceré a la locomotora de la economía mundial, la violenta y autoritaria China. Y todo por los cadáveres de la avaricia del ajedrez mundial que desparrama cadáveres en Trípoli. Decime, Martín, si la vida no es encantadora.
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