domingo, mayo 15, 2011

Binner



Santa Fe, a instancias de Hermes Binner, inaugura un curiosísimo y patético sistema electoral en las internas obligatorias de la semana que viene: la lista frazada.
Cada cuerpo de boleta va por separado, para suplir la falta de arraigo provincial del principal partido municipal rosarino: el del gobernador Hermes Binner. Así, los senadores distritales, los diputados y los concejales va cada uno en su cuerpo de boleta, aparte de cada cargo ejecutivo. De modo que el votante ingresa a un "cuarto oscuro" donde hay una cantidad inconmensurable de boletas. Boletas, por decir un término. En realidad son papeletas que se entregan en cada mesa, donde el votante tiene tres urnas, una para cada cuerpo, y debe marcar en las papeletas su preferencia. Aparecen, en el caso de la listas de legisladores, solamente tres nombres: en vez de lista sábana, la peor lista frazada. Cada una de las boletas tiene la cara de un candidato. Es decir, se vota televisivamente, y ni idea a quién.
La vida de este sistema electoral es precaria. Las pruebas pilotos no dieron bien.
Más allá de eso, hoy el pálpito es que la interna del frente conservador popular de socialistas y radicales está peleada. Bonfatti, el candidato de Binner, remontó muchísimo y hoy pelea fuerte contra Giustiniani, el candidato de perfil más gorila (y por eso, más conveniente para el FPV). Barletta, el intendente de la capital, a su vez también remontó en su territorio y con un buen candidato en el principal distrito electoral, Rosario, si no hay "corte" de boletas puede hacer una buena elección. Cuantos más votos saque Barletta, menos posible es que Binner se corte solo en la nacional: los plazos legales de inscripción de listas colisionan con las elecciones generales santafesinas, de modo que la performance del candidato radical "puro" (hay radicales en todas las listas, especialmente en la de Bonfatti) va a incidir en la negociación nacional con el radicalismo.
En la prensa porteña es un lugar común decir que Binner está esperando la interna para definir su suerte nacional. En mi jamás de los jamases modesta opinión la cosa no es así. Binner no es El Hijo De alfonsín, que no puede solucionar el dilema de su propio distrito; hace política de manera más seria, paciente y astuta, y cuida primero su territorio, por lo cual necesita ganar -si es posible la interna, pero sobre todo la general-.
Si el presidente del socialismo, Rubén Giustiniani, triunfase en la interna, Binner pasaría a ser una ficha más para el crecimiento de su partido a nivel nacional, sin dejar de ser el principal elector del frente "progresista" santafesino. Sin Binner, ningún candidato de ese frente radical-municipal puede disputar seriamente la continuidad en la gobernación provincial.
Para el socialismo, una alianza con los radicales es la única garantía de aumentar, nacionalmente, su bloque de diputados.
Sin peso territorial en provincia de Buenos Aires -el socialismo es mayormente kirchnerista ahí- ni juego en la ciudad de Buenos Aires- Pino Solanas es su candidato- ni Córdoba y Entre Ríos -donde la suerte está atada a la generosidad de Juez y de los radicales, respectivamente- la pampa húmeda y gringa, que es TODO el país para esta fracción del liberalismo oligárquico con humanitarismo semántico, la capacidad de negociación radica principalmente en la figura de Binner.
Para que acepte ser segundo de un hombre con experiencia como El Hijo De alfonsín -que lleva ya casi dos años en la vivificante tarea de ser delegado bonaerense en la convención nacional de la ONG radical- deben darse una serie de condiciones que son basadas en la devaluación relativa de la figura de Binner:
1) Perder la interna socialista o ganar pero con buena performance del radicalismo (que Barletta gane la capital santafesina, por ejemplo).
2) Que la nueva Alianza que conduce El Hijo De alfonsín se angoste con pureza ideológica (es decir, le de más bancas al socialismo), al punto de ser débil en Buenos Aires y la pampa gringa.

De ganar el bueno de Hermes la interna a través de Bonfatti, Giustiniani sería el compañero de fórmula del Hijo De alfonsín para ir a perder con elegancia en las elecciones nacionales, mientras que Binner ganaría Santa Fe o haría una buena elección postulándose como candidato a senador o diputado nacional (para luego liderar el bloque). Muy lindo todo, corazón.

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