Hay una regla bastante constante: los que se enojan cuando uno se ríe, un poquito, de los "próceres" suelen ser profundamente ignorantes en términos históricos. Perdón por la naturaleza soberbia de la chicana, pero la humildad es algo que no me sale.
La procedería es un sentimentalismo vulgar que se asienta bastante en el legado de tantas dictaduras. Que pretendendían hacer de la antipolítica del garrote una modalidad de dominación. Hoy, sus herederos -la derecha antipolítica que tan bien representan De Narváez, Solanas, Macri, Bergoglio, Biolcatti, etc- suelen ser más domesticados por la nadería del "marketing político" y si hacen alguna referencia a la vulgaridad de las consignas procesistas sobre los próceres, suele estar más desinflada que la letra de una canción "patria".
No vale andar refutando la cantidad insoportable de zonceras sobre los próceres narrados según el procesismo, que se utilizan para tirar mierda sobre la política, con la coartada (a veces) de defender la política porque lo malo son los políticos. Como si esa frase boluda significara algo. En fin, corazón. Yo también los quiero a todos.
Pero resulta que nuestros próceres, los que murieron pobres y los otros, en su gran mayoría, murieron en su lecho, lo más panchos. En el exilio si se quiere. Exilio europeo, a diferencia de nuestro padre de la patria, José Gervasio Artigas. Es por lo menos curioso que los próceres que narró el procesismo, se hayan encargado de librar un montonazo de guerras y, como se sabe, en aquella época no había convención de ginebra ni estaba mal visto violar niñas y degollar nenes, los jefes de esas carnicerías -que en última instancia también hicieron la historia- jamás murieron en combate. Hay, obviamente, algunos que sí. Otros que, por no irse al destierro como Rozas o San Martín, murieron asesinados (por traidor, como Urquiza). Sobre Mariano Moreno, se le inventó un envenenamiento del mismo modo que él mandó a fusilar un par para inventar una revolución.
Los procesos sociales, los acontecimientos mundiales, la sangre derramada, los huesos quebrados, el destierro, la esclavitud, los linchamientos, el racismo, se sustraen en la prosa procesista sobre los próceres, y entonces Belgrano, quien murió reclamando el cobro de sus salarios, es casi un adalid contra la clase dirigente de cualquier momento histórico. La verdad es que hay muchos dirigentes políticos que mueren en el olvido y pobres hoy. Que usted, señora, no los conozca, no es de sorprender. Si hubiera sido contemporánea de Belgrano, tampoco habría sido enterada de su muerte en el olvido y la pobreza. De ese desobediente, rebelde, loco e independentista. Ni te digo de San Martín, ni te digo.
Es feo decirlo, pero la historia, se construye así. Con procesos sociales, luchas políticas, fábulas y héroes. Ahora bien: el pueblo de Jujuy que se rajó con el éxodo, esos miles y miles que la prosa procesista de los próceres saltea, también murieron -y vivieron- en la más degradante pobreza. También hicieron historia. También construyeron el país.Más aún, le dotaron de sentido a la bandera que hoy, noooooooooooooooooo voy a poner lo que pensé poner después de esa oración, corazón, la bandera que hoy, con amor, conmemoramos. Yo también los quiero a todos. Váyanse ala puta que los parió.
Y vos, querida, podrías llamarme, ¿no te parece, corazón?
La procedería es un sentimentalismo vulgar que se asienta bastante en el legado de tantas dictaduras. Que pretendendían hacer de la antipolítica del garrote una modalidad de dominación. Hoy, sus herederos -la derecha antipolítica que tan bien representan De Narváez, Solanas, Macri, Bergoglio, Biolcatti, etc- suelen ser más domesticados por la nadería del "marketing político" y si hacen alguna referencia a la vulgaridad de las consignas procesistas sobre los próceres, suele estar más desinflada que la letra de una canción "patria".
No vale andar refutando la cantidad insoportable de zonceras sobre los próceres narrados según el procesismo, que se utilizan para tirar mierda sobre la política, con la coartada (a veces) de defender la política porque lo malo son los políticos. Como si esa frase boluda significara algo. En fin, corazón. Yo también los quiero a todos.
Pero resulta que nuestros próceres, los que murieron pobres y los otros, en su gran mayoría, murieron en su lecho, lo más panchos. En el exilio si se quiere. Exilio europeo, a diferencia de nuestro padre de la patria, José Gervasio Artigas. Es por lo menos curioso que los próceres que narró el procesismo, se hayan encargado de librar un montonazo de guerras y, como se sabe, en aquella época no había convención de ginebra ni estaba mal visto violar niñas y degollar nenes, los jefes de esas carnicerías -que en última instancia también hicieron la historia- jamás murieron en combate. Hay, obviamente, algunos que sí. Otros que, por no irse al destierro como Rozas o San Martín, murieron asesinados (por traidor, como Urquiza). Sobre Mariano Moreno, se le inventó un envenenamiento del mismo modo que él mandó a fusilar un par para inventar una revolución.
Los procesos sociales, los acontecimientos mundiales, la sangre derramada, los huesos quebrados, el destierro, la esclavitud, los linchamientos, el racismo, se sustraen en la prosa procesista sobre los próceres, y entonces Belgrano, quien murió reclamando el cobro de sus salarios, es casi un adalid contra la clase dirigente de cualquier momento histórico. La verdad es que hay muchos dirigentes políticos que mueren en el olvido y pobres hoy. Que usted, señora, no los conozca, no es de sorprender. Si hubiera sido contemporánea de Belgrano, tampoco habría sido enterada de su muerte en el olvido y la pobreza. De ese desobediente, rebelde, loco e independentista. Ni te digo de San Martín, ni te digo.
Es feo decirlo, pero la historia, se construye así. Con procesos sociales, luchas políticas, fábulas y héroes. Ahora bien: el pueblo de Jujuy que se rajó con el éxodo, esos miles y miles que la prosa procesista de los próceres saltea, también murieron -y vivieron- en la más degradante pobreza. También hicieron historia. También construyeron el país.Más aún, le dotaron de sentido a la bandera que hoy, noooooooooooooooooo voy a poner lo que pensé poner después de esa oración, corazón, la bandera que hoy, con amor, conmemoramos. Yo también los quiero a todos. Váyanse ala puta que los parió.
Y vos, querida, podrías llamarme, ¿no te parece, corazón?
Sumale al pueblo de Tarija a ese éxodo, parece que quienes hoy son bolivianos no formaron parte del proceso de liberación nacional
ResponderBorrarLucas; yo siempre hago (y me hago) esta pregunta: ¿De que trabajaban los próceres cuando no estaban en acciones que los condujeran al procerato?
ResponderBorrarPregunta que me empecé a hacer leyendo "Historia de los Ferrocarriles Argentinos" de Scalabrini Ortiz, cuando allí me enteré que el abogado de William Wheelwright, que consiguió una leonina concesión (a su favor, claro) para construir el Ferrocarril de Rosario a Cordoba, era Juan Bautista Alberdi...