En los años 40 existía una colección de policiales llamada EVASIÓN. Folletines ligeros, buenos. Ahora que la legitimidad segmentada, como metáfora remanida, como arena escurriéndose entre los dedos, integra la antología de los inconseguibles. Hasta, quizás, la semana que viene. Cuando, actualizados, se reediten. Una especie de descamisados F5, con las patas, para aludir al crecimiento y la integración social, en el podólogo. Estos negros, cabecitas, con las patas en el podólogo. El voto podólogo.
No es necesario que estés alegre ni que prensa la luz. Pero, habría que revisar la monopólica sobrerepresentación de la hecatombe nacional, cuando, el clima cultural cotidiano y el humor social van por colectora. Más lento hacia el mismo lugar, mmm, difícil: son cuatro años de agresiones sistemáticas. Cuatro años. Si entre despacio, sin que me vea nadie. A la carrada de votos de Cristina.
En los recurrentes regresos de Mirtha, no a la televisión, sino a la canción, siempre me llamaron la atención -recién, también- los tacos con los que comienza la canción. No sé si ritualizan tacos. Yo, ya lo imaginé así.
Hace muchos años. Cuando era adolecente. Y me parecía que la muerte sería escuchar que llegan, por el pasillo, los tacos de una mujer. De la mujer de mi vida. Que nunca conocería. Por que la muerte sería esa vísperas de lo grande. De lo esperado. Yo siempre creí que todos morimos en las vísperas.
Puede que cuando tenga 83 años y pocas ganas de morirme -en el caso en que eso suceda- esté más tranquilo y pueda consolarme sabiendo que nadie muere en las vísperas. El problema es que, antes de esa edad, o ahora, hacia atrás de mis 33 años, hubo días en que morí un poco. Por que las vísperas no llegaban.
¿No ves como me la aguanto?
Es costumbre, también.
Se llora, la muerte, un poco por que nos recuerda la propia, otro tanto, quizás mayor, por la esperanza de las vísperas.
Le habían diagnosticado una enfermedad autogenerativa y, en la incomensurabilidad de esa demasía, le diagnosticaron la muerte. Al kirchnerismo. Después, se autoexplicaron la narrativa psicótica a partir de la muerte real, sentidísima para los sectores populares, de Néstor Kirchner. Se ve que no paramos de morirnos. Y de regresar.
Gracias por todo.
Hoy me tomé el tiempo para leer Basura en colores 1, 2, 3 y 4. Debo confesarte que te maldije un poco por las narraciones de los dos últimos. No porque no me gustaron, sino porque me llegaron; al principio se me erizaba la piel, luego llorar la somatización con la que culminé leyendo el relato sobre Graciela (a quien no conocí).
ResponderBorrarDebe ser difícil escribir sobre la muerte, ya sea por la desaparición física de una persona, el olvido de un ideal, por volver a un lugar y ver que de una manera u otra ya desapareció... en fin la muerte en todas sus formas.
Leer, escuchar, ver algo sobre Néstor todavía me hace llorar, todavía me emociona, lo sufro de alguna manera. Yo nací en los primeros años de dictadura y me tuve noción de las cosas en el menemismo, una época en que la política era un jet set; recuerdo ver las ímagenes de los Bunker y que estén Moria Casan y otra gente farandulera, no se hablaba de artistas o gente de la cultura apoyando las candidaturas. Después vino De la Rua (sabemos también como se fue) y tengo una imagen que no voy a olvidar, en octubre de 2001 se votaban legisladores, esa noche me quedé hasta tardísimo para ver como quedaban los resultados asombrada de lo que se llamaba el "Voto bronca" mucha gente había impugnado o votado en blanco; ya había empezado el quilombo, 2 meses después cacerolazos, la muerte de manifestantes, los ahorros de la gente, desfilaban presidentes por la cámara asumiendo y renunciando, hasta que quedó Duhalde. Terminé el secundario, comencé la universidad y en 2004 tuve la suerte de poder votar por primera vez, estaba tan contenta, tenía casi 19 años (mi viejo a esa edad no había votado) me tocó votar justamente en el mismo colegio al que yo iba, entrar me generó mucha nostalgia, en cada rincón había un recuerdo. Entre al cuarto oscuro y voté a Él, a Néstor, al que ya se le notaba la falta de protocolo, el tinte de tipo normal, él políticamente incorrecto, como diría Fito tenía SWING... ÉL fue mi primer voto y eso me llena de orgullo; cuando tenga hijos poder contarles que ÉL fue el primero.
Su camino lo sabamos todos y su legado vive en mi. A mi me interesaba saber de política, no me considero militante porque no hago nada referido a lo político, pero me dan ganas como a muchos por ahora leo libros, me interiorizo sobre distintas posturas y eso es gracias a ÉL y ahora a ELLA...
Por eso lloro, porque estas personas siempre estarán en mi, porque amo mi país y muchas cosas de las cuales me siento orgullosa las hicieron ellos.
Puta escribí un montón, no soy de hacerlo, menos para compartirlo, pero luego de leer lo que escribiste se me lleno el cuerpo de sensaciones y necesitaba hacerlo, espero que lo leas.
Odio igual haberlo leído un martes, los martes son tan deprimentes como los domingos a la noche!
Gracias Lucas, lo que escribiste me emocionó, me sorprendió y lo que mas me gusta de la gente es que genere esas sensaciones en mi.
Cariños
Flor
Gracias, Flor. Un beso.
ResponderBorrarNo releí el texto antes de enviarlo y me dí cuenta que cometí un error atroz, puse que nací en los primeros años de la dictadura, cuando en realidad nací en los primeros años de la vuelta a la democracia. En 1984 precisamente.
ResponderBorrarTambién hay otros errores narrativos, pero no me dedico a esto.
Saludos