Yéndose a la B -con River y con el Partido Demócrata- Eddie tradujo un paper instructivo sobre el Tea Party, el grupo de ultra derecha en un país donde se considera de izquierda a Obama (así que serían algo así como....no sé):
LA ARREMETIDA DEL TEA PARTYPor DAVID E. Campbell y Robert D. PutnamEl llamado Tea Party parece tener tanta influencia entre los republicanos miembros del Congreso y entre los precandidatos presidenciales del partido que se podría pensar que estamos frente a una total redefinición de la derecha política.Pero, en rudo contraste con todo el ruido que el Tea Party hace, la verdad silenciosa es que marcha cada vez más a contramano de la opinión pública: para la mayoría de los estadounidenses ya se está convirtiendo en veneno. Los republicanos les han abierto los brazos a sus miembros pero…Las mediciones de la opinión pública muestran que el rechazo al Tea Party va en aumento. En abril de 2010, una encuesta del New York Times/CBS News encontró que el 18 por ciento de los estadounidenses tenía una opinión desfavorable, el 21 por ciento una favorable y el 46 por ciento no sabía. Ahora, 14 meses más tarde, la aprobación ha caído al 20 por ciento, mientras que el rechazo se ha más que duplicado, al 40 por ciento.Para dar una idea: el Tea Party es mucho menos popular que grupos tan mal vistos actualmente por la opinión pública como los "ateos" y los "musulmanes". Curiosamente, un grupo que se le acerca en impopularidad es la Christian Right.Resulta raro. En los últimos cinco años, los estadounidenses parecen haber aceptado algunos dogmas básicos conservadores: achicar el Estado, NO redistribución de la riqueza, eliminación de subsidios para los más necesitados, etcétera. Y estos son también los postulados básicos del Tea Party. ¿Por qué entonces ese nivel de rechazo?Para averiguarlo, veamos qué tipo de gente lo apoya.A partir de 2006 entrevistamos -como parte de nuestra continua investigación sobre las actitudes políticas- a una muestra representativa de 3000 estadounidenses. Volvimos a hacerlo este verano. Podemos ahora ver que mucho antes que se formara el Tea Party hubiéramos podido predecir quienes cinco años después se convertirían en partidarios y quienes no..Nuestro análisis pone en duda el mito fundante del Tea Party. Sus miembros se han auto-descripto a menudo como recién llegados a la política, sin afiliación previa. No es cierto: la mayoría eran republicanos activos como tales desde mucho tiempo atrás que tenían frecuentes contactos con funcionarios de gobierno de su partido. Es más: contrariamente a algunos informes, el Tea Party no es una criatura de la Gran Recesión. Muchos estadounidenses la han sufrido en los últimos cuatro años pero eso no los ha acercado al grupo. Mientras la imagen pública del Tea Party se centra en el deseo de reducir el gobierno, esa preocupación no es el único ni el más importante vaticinador del apoyo. Entonces, ¿qué tienen en común sus participantes?ESTO:Son mayoritariamente blancos que desprecian a los inmigrantes y a los negros (esto último desde antes que Obama llegara a la presidencia).Más importante aún, en su mayoría eran conservadores en cuestiones sociales –por ejemplo, furiosamente opuestos al derecho al aborto- y siguen siéndolo hoy en día. En 2006 otro vaticinador importante hubiera sido el deseo de esta gente de darle a la religión una importancia mucho mayor en el terreno político.Postulan elegir gobernantes que sean "profundamente religiosos" y que la religión sea un factor respetado del debate político. Los líderes del Tea Party dicen que su principal preocupación es un gobierno más pequeño, pero no sus bases, que están más preocupadas por poner a Dios en el gobierno.Esta inclinación a mezclar religión y política explica que apoyen con tanto entusiasmo a personajes tales como la representante Michele Bachmann (R-MN) o el gobernador de Texas, Rick Perry. Les encanta lo que dicen sobre el presupuesto o los impuestos, pero los fascina aún más el lenguaje religioso que usan: las largas plegarias de Bachmann en sus mítines y la gigantesca ceremonia religioso-política que Perry presidió días pasados en Houston.Pero es precisamente esta intrusión de la religión en la política lo que ocasiona el creciente rechazo del público en general. Así como, en los últimos cinco años, el discurso económico conservador parece haber ganado aceptación, no ha ocurrido lo mismo con el religioso. Es coherente entonces que la popularidad del Tea Party –o la falta de ella- corra pareja con la de la Christian Right.
Acá, completo.
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