Domingo 02 de octubre de 2011 | Publicado en edición impresa
Para el "kirchnerismo duro", la historia no es algo real -lo que en verdad ocurrió, que sólo puede conocerse mediante serias investigaciones- sino algo imaginario, el relato , esa visión del pasado que impone hacia atrás el grupo dominante. La llamada batalla culturalen que la que están empeñados los ultrakirchneristas consiste en sustituir la visión hasta ahora predominante de nuestro pasado, lo que ellos llaman "el relato liberal", por "otro relato", en el cual los próceres de antaño pasan a ser los villanos y las figuras emblemáticas del proceso nacido en 2003, particularmente Néstor Kirchner, pasan a ser los nuevos próceres. La batalla cultural que ha emprendido el ultrakirchnerismo apunta a dos objetivos centrales: de un lado, beatificar a Kirchner; del otro, demonizar a los representantes de la que ellos llaman "la Argentina liberal" y, particularmente, a Julio Argentino Roca, que presidió nuestro país de 1880 a 1886, y de 1898 a 1904.
La demonización de Roca es un proyecto que discurre a través de tres vías convergentes cuya intención común es destronarlo de la consideración de los argentinos de hoy y, particularmente, de los jóvenes que, a la inversa de los ciudadanos de edad madura (¿contemporáneos a Roca?), no pueden refutar a los promotores de la "batalla cultural" desde sus propios recuerdos. La primera de estas vías es la publicación de supuestos libros de historia que, en realidad, no son otra cosa que piezas de propaganda para el consumo de los menos informados. La segunda vía tiende a manchar, destruir o mutilar los monumentos que, desde la Patagonia hasta Buenos Aires, han venido exaltando a Roca desde hace un siglo. La tercera vía es borrar su imagen hasta de los billetes de cien pesos.
Bastan algunos ejemplos para ilustrar esta campaña. El escritor (ultrakirchnerista, aunque anarquista) Osvaldo Bayer ha propuesto (desde hace 30 años) retirar la estatua de Roca de la ciudad de Buenos Aires porque, en su opinión, "fue el Hitler argentino". La diputada (ultrarequeteK, onda bloguero K, pero del FAP de Binner) Cecilia Merchán propuso reemplazar la figura de Roca de los billetes de cien pesos por la imagen de Juana Azurduy (otra kirchnerista), una heroína indudable de nuestra independencia. Otro diputado, esta vez agrario y radical, Ulises Forte (archiK del kirchnerismo duro, pero de la Mesa de Enlace de la oligarquía), quiere sustituir a Roca en los billetes de cien pesos por estampas del famoso Grito de Alcorta de 1912 (un alzamiento de kirchneristas), que dio nacimiento a la pujante Federación Agraria. Los diputados del Frente para la Victoria han anunciado que impulsarán el reemplazo de Roca en los billetes por la figura, sin duda elogiable, de Hipólito Yrigoyen (otro híper kirchnerista). En el imponente Centro Cívico de San Carlos de Bariloche, el monumento a Roca que todavía lo preside ha sido un blanco incesante de pintadas agresivas que anuncian la intención de removerlo (yo lo vi a Máximo ahí, con aerosol: con razón!).
Sin dejar lugar para bromas ni malos entendidos, una revisión histórica seria, una rectificación a fondo de la "historia oficial", es absolutamente necesaria. Es decir, si no sabemos en verdad de dónde venimos y gracias a ó por culpa de quienes, va a resultar más difícil apuntar la proa del navío. Imaginate a personajes como el "Dr.", sentados toooda su vida en el mismo sillón, qué va a pensar si, de repente, le empiezan a mover la tarima, a arrinconarla ó a destruirla. No va a ser nada fácil que lo acepte. Y tampoco importa demasiado. Estas decisiones fundacionales no son precisamente sencillas. Se requiere de mucha valentía y amor a la Patria. ¡A TERMINAR CON LA HISTORIA MENTIROSA, DE UNA VEZ POR TODAS!
ResponderBorrarSaludo
Tilo, 70 años.
todo lo roca se desvanece en el aire, arena tal vez.
ResponderBorrarJaaaaaaaaaaaaa!
ResponderBorrarLa risa esa me pagó la semana.
Weee boluu, como contagia la risa ese viejoo jo jojo
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