jueves, octubre 06, 2011

Roca

En el blog del Ingeniero, escribe Teodoro Boot: 

¿Justicia indígena o venganza porteña?

Por Teodoro Boot



Lo que puede estar claro, sin mayores esfuerzos intelectuales, es que entre los pueblos o naciones aborígenes y la incipiente oligarquía bonaerense, representada por Mitre mucho más que por Roca, no había ninguna posibilidad de entendimiento. Y esto estaba claro desde 1837, cuando en su obra magna Sarmientoexplicó, a sus contemporáneos y a las generaciones posteriores, que en nuestra América, los hombres se dividían en tres clases: salvajes, bárbaros y civilizados. Y así como en esa obra –Facundo– el padre del aula desarrolla su programa político y nos explica que es necesario civilizar a los bárbaros, aunque sea a palos, también nos dice que a los salvajes resulta imprescindible exterminarlos.

Facundo fue escrito y publicado en Chile, seis años antes de que a al coronel Segundo Roca se le ocurriera hacerle un hijo a la hermana menor de Marcos Paz. Es así, por decirlo de alguna manera, que resulta curioso que en el momento en que nuestros mestizos –a no olvidarlo, irremisiblemente mestizos– pueblos americanos se abocan a la impostergable conformación de sus estados nacionales, paso previo e indispensable de la unidad continental, cobren tanto énfasis y tengan tanta difusión discursos supuestamente indigenistas que en pos del necesario respeto y reivindicación de las diversas culturas que conforman nuestra común nacionalidad americana, sean a la vez funcionales a ideologías y políticas que en la práctica atentan contra esa nacionalidad. Y en consecuencia, contra las diferentes identidades étnicas y culturales que la conforman.

La “demonización de Roca –como dice su inopinado, sorprendente e incongruente defensor– parece ir en esa sintonía. ¿Qué sentido tiene el reclamo de eliminar la imagen y derribar las estatuas del creador del Estado nacional y artífice del triunfo del interior argentino sobre Buenos Aires? ¿Por ser el perpetrador de la fase final del genocidio indígena?

Pues bien, si ése el motivo, eliminemos su imagen y derribemos sus estatuas, pero sólo si antes eliminamos las imágenes y derribamos las estatuas de RivadaviaMitre y especialmente del autor intelectual y cimentador ideológico de la tragedia indígena:Domingo Faustino Sarmiento.

Y si no, no.



Acá, completo. 

Ése es el meollo del asunto, a lo que yo le agregaría otro matiz, o dos:

1) la imposibilidad del proyecto económico, social y cultural que pregonaban los caudillos federales.No se trata de la oposición (simple y ajena a la época) entre catolicismo y liberalismo, porque liberales eran todos. Y católicos, también. Ni, tampoco, una visión somnolienta de pobres contra ricos, porque sí había clases sociales, pero también clase dirigente.
El punto es que, el proyecto de los federales no podía triunfar por carecer de un puerto y una salida al mar, tanto por la ocupación indígena del sur -donde los pueblos originarios habían sido desplazados por otros indígenas- como por la situación de empate estratégico que se vivía con Buenos Aires, una vez derrotado (traicionado) Artigas y caído el Paraguay, y defeccionado (quizás por entender ésto) Urquiza.
Es ahí dónde el proyecto de Roca, cobra cuerpo.

2) La Nación no es un proyecto dado ni concluido, ahora bien, las expresiones anti nacionales, que surgen de una supuesta izquierda muy bobalicona y llena de slóganes (bien personificada en la diputada Cecilia Merchán) no por casualidad surgen en éstos momentos, aunque sus autores ni se den cuenta.

3) La comprensión de ese proceso político contemporáneo a Roca (o sea, la formación del estado nacional)  es clave para enfocar los problemas que tiene, por ejemplo, Rafael Correa en Ecuador, un hombre muy sólido y serio. Y para comprender, con algo de humor, los dilemas que enfrenta Evo Morales por seguir los delirios teóricos de su vicepresidente (en el Lemon Diplomachic hay una ilustrativa y delirante nota de él, que bien vale como contraste de la nota del poeta más lúcido y brillante de nuestra generación: Martín Rodríguez). 

2 comentarios:

  1. El proyecto de los federales dista de ser uno: Rosas tenia uno, Artigas otro, asi sucesivamente y no era raro que se resolvieran por la fuerza... recuérdese al Chacho Peñaloza acompañando a los unitarios contra Rosas, alegando la pobreza del interior bajo el esquema economico del restaurador (alguien se imagina a Beder Herrera organizando una montonera contra los porteños?)...

    Me opongo Lucas, al indigenismo boludo que reina de la general paz para adentro al igual que vos, pero no termino de entender lo que planteas y veo que simplificas algunas cuestiones... no es cierto que la única alternativa fuera avanzar sobre los indígenas y venderlos como personal domestico a los porteños bien. De hecho hubo ensayos menos coercitivos exitosos, pero limitados lógicamente por falta de voluntad política.

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  2. De acuerdo en todo lo que planteás.
    En relación a los indígenas, no abundé porque suscribolo que dice Boot, aunque no está en la parte que cite. Fijate ahí, en el enlace.
    Un abrazo.

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