De Tomás Aguerre en su Blog:
Reforma constitucional
Jueves 02 de febrero de 2012 | Publicado en edición impresa.
Cristina, obligada a permanecer
Por Luis Majul | LA NACION
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La noticia no es de último momento, ni sorpresiva ni inesperada. Sin embargo, impactará con fuerza en la Argentina de los próximos años: la presidenta Cristina Fernández hará todo lo posible por eternizarse en el poder. Y usará todas las herramientas políticas para lograrlo, aunque se encuentren al borde de la legalidad. ¿Cómo se puede asegurar semejante cosa si todavía nadie lo ha dicho de manera explícita?, se preguntará el lector desprevenido. Porque la necesidad de perpetuidad está grabada en el ADN de Ella, así como lo estuvo en la naturaleza de El hasta horas antes de su muerte.
Todo comenzó hace 25 años, en 1987, cuando Néstor Kirchner fue elegido intendente de Río Gallegos por una diferencia de apenas 110 votos. Desde ese momento, ambos pasaron a formar parte del establishment político, y siempre se las ingeniaron para no volver al llano (entiéndase desde tomar un avión de línea hasta ir de vacaciones a los lugares más concurridos o hacer cola para cargar combustible).
Son archiconocidas las maniobras y los enjuagues que ambos perpetraron en Santa Cruz para lograr primero la reelección de Kirchner cuando era gobernador y luego la reelección indefinida, por si la carrera a la Presidencia en 2003 resultaba trunca. En su momento, el ahora juez de la Corte Eugenio Zaffaroni comparó el gobierno provincial con el nazismo, por su intención de convocar a una consulta popular para garantizar la reelección. ¿Y quién fue entonces el gran ideólogo que materializó los sueños de perpetuidad en Santa Cruz? El actual funcionario más poderoso después de la jefa del Estado: Carlos "el Chino" Zannini.
Pero no sólo tienen antecedentes las operaciones reeleccionistas. También son conocidos los temores que confesó Kirchner después de entregar la banda presidencial a su esposa, cuando sostuvo que sin la expectativa de una nueva reelección, muchísima gente poderosa, a la que ellos habían enfrentado, iba a trabajar para meterlos presos. Es cierto que es una locura pensar que la Presidenta puede ser juzgada y condenada una vez que termine su mandato. Pero este país se llama Argentina y es el mismo que elevó a Raúl Alfonsín a la categoría de héroe civil y terminó pidiendo que se fuera del gobierno cuanto antes. Concentra la misma mayoría volátil que idolatró y votó dos veces a Carlos Menem y después lo transformó en "el innombrable" y gran culpable de todas las cosas.
Por eso, entre otros motivos, Cristina está obligada a "ir por todo". Ella lo sabe. Y todo el peronismo se lo ve venir. También Daniel Scioli, quien en los últimos días ha tomado la íntima determinación de enfrentarla. El competirá con Ella porque no pretende reformar la Constitución de la provincia para sucederse a sí mismo. Además, porque siente que tiene los votos para intentarlo. Antes de viajar a Francia, se dedicó a preguntar a los cristinistas de la primera y la última hora cómo creen que la Presidenta jugará sus cartas. ¿Se presentará Ella o impondrá a un sucesor, como hizo Lula con Dilma Rousseff? ¿Irá por la reforma constitucional ahora que tiene una imagen positiva insuperable y el ajuste todavía no impactó en la mayoría de los argentinos o esperará hasta último momento? ¿Entrenará a su hijo Máximo Kirchner, la persona en quien más confía, para que, llegado el momento, el poder se conserve dentro de la familia y no pase a manos de dirigentes en quienes Ella no termina de confiar, como Amado Boudou?
Scioli sabe que el elegido no será él y que Cristina jamás terminará de confiar en Boudou. También supone, aunque no lo dice, que todavía Máximo no tiene la madurez política necesaria como para heredar a su mamá. En realidad, el hijo de Néstor y Cristina sigue siendo una incógnita para la mayoría de los dirigentes.
¿Es un chico sin experiencia que se levanta nunca antes de las 10 de la mañana, juega todo el día a la PlayStation, quiso ser periodista deportivo y no pudo, y administra sin mayores esfuerzos la fortuna familiar? ¿Es un tapado que conduce con firmeza y bajo perfil la organización política que más poder acumuló en el gobierno desde la muerte de Néstor Kirchner? ¿Es alguien que mamó durante años las intrigas del poder y por eso cumple con naturalidad su rol de comisario político? ¿Fue él quien mandó a poner en capilla a Boudou después de recibir las desgrabaciones de las conversaciones telefónicas del vicepresidente, material que le habría proporcionado su amigo y número uno de la Secretaría de Inteligencia, Héctor Icazuriaga? ¿Es verdad que "corre por izquierda" a su propia madre, y el día en que Cristina Fernández dio su discurso ante la Unión Industrial Argentina Máximo la criticó con dureza porque lo consideró "funcional a la derecha"?
Para no tomar a pie juntillas a quienes subestiman y también a quienes sobrevaloran al hijo de la Presidenta hay un par de datos. Uno es innegable: la jefa del Estado afirmó, más de una vez, que le presta muchísima atención a lo que dice, hace y sugiere Máximo. Otro pertenece al terreno de la psicología familiar: como muchas madres que aman a sus hijos varones, y en especial cuando se trata del primogénito, Cristina suele atribuir a Máximo capacidades y cualidades que no tiene, o que todavía no desarrolló.
Mientras se alimenta el misterio sobre las supuestas virtudes de Máximo, los tiburones del peronismo, incluidos los gobernadores con aspiraciones, piensan que Cristina Fernández elegirá, para continuar en el poder, la fórmula que le permitiría mantenerlo para siempre: una reforma hacia un sistema parlamentario que la ponga por encima de todo, aun de un cambio de gobierno en crisis, con una mayoría legislativa capaz de sostenerla hasta que a ella se le ocurra irse, o la salud le imponga su retiro.
Por supuesto, a partir del momento en que la Presidenta decida activar la jugada, el intento de perpetuidad será presentado como una nueva batalla heroica, se elegirá a los nuevos enemigos ficticios para llevarla a cabo, y se pondrá al enorme sistema de medios oficiales y paraoficiales al servicio de un puñado de personas. No más de una docena de funcionarios con voluntad inquebrantable y ambiciones desmedidas.
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Reforma constitucional
Jueves 02 de febrero de 2012 | Publicado en edición impresa.
Cristina, obligada a permanecer
Por Luis Majul | LA NACION
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La noticia no es de último momento, ni sorpresiva ni inesperada. Sin embargo, impactará con fuerza en la Argentina de los próximos años: la presidenta Cristina Fernández hará todo lo posible por eternizarse en el poder. Y usará todas las herramientas políticas para lograrlo, aunque se encuentren al borde de la legalidad. ¿Cómo se puede asegurar semejante cosa si todavía nadie lo ha dicho de manera explícita?, se preguntará el lector desprevenido. Porque la necesidad de perpetuidad está grabada en el ADN de Ella, así como lo estuvo en la naturaleza de El hasta horas antes de su muerte.
Todo comenzó hace 25 años, en 1987, cuando Néstor Kirchner fue elegido intendente de Río Gallegos por una diferencia de apenas 110 votos. Desde ese momento, ambos pasaron a formar parte del establishment político, y siempre se las ingeniaron para no volver al llano (entiéndase desde tomar un avión de línea hasta ir de vacaciones a los lugares más concurridos o hacer cola para cargar combustible).
Son archiconocidas las maniobras y los enjuagues que ambos perpetraron en Santa Cruz para lograr primero la reelección de Kirchner cuando era gobernador y luego la reelección indefinida, por si la carrera a la Presidencia en 2003 resultaba trunca. En su momento, el ahora juez de la Corte Eugenio Zaffaroni comparó el gobierno provincial con el nazismo, por su intención de convocar a una consulta popular para garantizar la reelección. ¿Y quién fue entonces el gran ideólogo que materializó los sueños de perpetuidad en Santa Cruz? El actual funcionario más poderoso después de la jefa del Estado: Carlos "el Chino" Zannini.
Pero no sólo tienen antecedentes las operaciones reeleccionistas. También son conocidos los temores que confesó Kirchner después de entregar la banda presidencial a su esposa, cuando sostuvo que sin la expectativa de una nueva reelección, muchísima gente poderosa, a la que ellos habían enfrentado, iba a trabajar para meterlos presos. Es cierto que es una locura pensar que la Presidenta puede ser juzgada y condenada una vez que termine su mandato. Pero este país se llama Argentina y es el mismo que elevó a Raúl Alfonsín a la categoría de héroe civil y terminó pidiendo que se fuera del gobierno cuanto antes. Concentra la misma mayoría volátil que idolatró y votó dos veces a Carlos Menem y después lo transformó en "el innombrable" y gran culpable de todas las cosas.
Por eso, entre otros motivos, Cristina está obligada a "ir por todo". Ella lo sabe. Y todo el peronismo se lo ve venir. También Daniel Scioli, quien en los últimos días ha tomado la íntima determinación de enfrentarla. El competirá con Ella porque no pretende reformar la Constitución de la provincia para sucederse a sí mismo. Además, porque siente que tiene los votos para intentarlo. Antes de viajar a Francia, se dedicó a preguntar a los cristinistas de la primera y la última hora cómo creen que la Presidenta jugará sus cartas. ¿Se presentará Ella o impondrá a un sucesor, como hizo Lula con Dilma Rousseff? ¿Irá por la reforma constitucional ahora que tiene una imagen positiva insuperable y el ajuste todavía no impactó en la mayoría de los argentinos o esperará hasta último momento? ¿Entrenará a su hijo Máximo Kirchner, la persona en quien más confía, para que, llegado el momento, el poder se conserve dentro de la familia y no pase a manos de dirigentes en quienes Ella no termina de confiar, como Amado Boudou?
Scioli sabe que el elegido no será él y que Cristina jamás terminará de confiar en Boudou. También supone, aunque no lo dice, que todavía Máximo no tiene la madurez política necesaria como para heredar a su mamá. En realidad, el hijo de Néstor y Cristina sigue siendo una incógnita para la mayoría de los dirigentes.
¿Es un chico sin experiencia que se levanta nunca antes de las 10 de la mañana, juega todo el día a la PlayStation, quiso ser periodista deportivo y no pudo, y administra sin mayores esfuerzos la fortuna familiar? ¿Es un tapado que conduce con firmeza y bajo perfil la organización política que más poder acumuló en el gobierno desde la muerte de Néstor Kirchner? ¿Es alguien que mamó durante años las intrigas del poder y por eso cumple con naturalidad su rol de comisario político? ¿Fue él quien mandó a poner en capilla a Boudou después de recibir las desgrabaciones de las conversaciones telefónicas del vicepresidente, material que le habría proporcionado su amigo y número uno de la Secretaría de Inteligencia, Héctor Icazuriaga? ¿Es verdad que "corre por izquierda" a su propia madre, y el día en que Cristina Fernández dio su discurso ante la Unión Industrial Argentina Máximo la criticó con dureza porque lo consideró "funcional a la derecha"?
Para no tomar a pie juntillas a quienes subestiman y también a quienes sobrevaloran al hijo de la Presidenta hay un par de datos. Uno es innegable: la jefa del Estado afirmó, más de una vez, que le presta muchísima atención a lo que dice, hace y sugiere Máximo. Otro pertenece al terreno de la psicología familiar: como muchas madres que aman a sus hijos varones, y en especial cuando se trata del primogénito, Cristina suele atribuir a Máximo capacidades y cualidades que no tiene, o que todavía no desarrolló.
Mientras se alimenta el misterio sobre las supuestas virtudes de Máximo, los tiburones del peronismo, incluidos los gobernadores con aspiraciones, piensan que Cristina Fernández elegirá, para continuar en el poder, la fórmula que le permitiría mantenerlo para siempre: una reforma hacia un sistema parlamentario que la ponga por encima de todo, aun de un cambio de gobierno en crisis, con una mayoría legislativa capaz de sostenerla hasta que a ella se le ocurra irse, o la salud le imponga su retiro.
Por supuesto, a partir del momento en que la Presidenta decida activar la jugada, el intento de perpetuidad será presentado como una nueva batalla heroica, se elegirá a los nuevos enemigos ficticios para llevarla a cabo, y se pondrá al enorme sistema de medios oficiales y paraoficiales al servicio de un puñado de personas. No más de una docena de funcionarios con voluntad inquebrantable y ambiciones desmedidas.
Sin muchos rodeos, el ejercicio socrático de la conversación que practicamos tantas veces y que hoy nos toca con la mejor pluma de La Nación de los últimos cientocincuenta años.
Cristina, obligada a permanecer.
- La noticia no es de último momento
- Ah, ok.
- Ni sorpresiva.
- Claro, ¿vamos a comer algo?
- Ni inesperada.
- Ok, dejá, te llamo mañana a ver si tenés algo.
- Sin embargo,
- ¿Qué?
- ... impactará con fuerza en la Argentina de los próximos años:
- Ah, pillín.
- la presidenta Cristina Fernández hará todo lo posible por eternizarse en el poder.
- Me jodés, quién te dijo.
- Y usará todas las herramientas políticas para lograrlo
- Y me lo tirás así.
- Aunque se encuentren al borde de la legalidad.
- ¿De vacaciones o va y vuelve en el día?
- ¿Cómo se puede asegurar semejante cosa si todavía nadie lo ha dicho de manera explícita?, se preguntará el lector desprevenido.
- Efectivamente, es lo que me pregunto hace veinte segundos, desde que empezamos a charlar y ponés cara de interesante.
- Porque la necesidad de perpetuidad está grabada en el ADN de Ella, así como lo estuvo en la naturaleza de El hasta horas antes de su muerte.
- En el ADN. ¿Te...sentís bien, no? Mirá que lo del chaleco de fuerza es en las pelis nomás, te tratan bien, hay paredes acolchadas...
- Todo comenzó hace 25 años
- En la Isla del Sol.
- En 1987, cuando Néstor Kirchner fue elegido intendente de Río Gallegos por una diferencia de apenas 110 votos. Desde ese momento, ambos pasaron a formar parte del establishment político, y siempre se las ingeniaron para no volver al llano...
- No entiendo.
- ...entiéndase...
- Bueno.
- ...desde tomar un avión de línea hasta ir de vacaciones a los lugares más concurridos o hacer cola para cargar combustible.
- Ah, mirá qué vago, el establishment. Quién pudiera no hacer filas, Lucho.
- Son archiconocidas las maniobras y los enjuagues que ambos perpetraron en Santa Cruz para lograr primero la reelección de Kirchner cuando era gobernador y luego la reelección indefinida, por si la carrera a la Presidencia en 2003 resultaba trunca.
- Ajá, ¿por ejemplo?
- En su momento, el ahora juez de la Corte Eugenio Zaffaroni comparó el gobierno provincial con el nazismo, por su intención de convocar a una consulta popular para garantizar la reelección.
- El otro día encontraron una falacia y le pusieron ese nombre me parece. Lindo, el bautismo.
- ¿Y quién fue entonces el gran ideólogo que materializó los sueños de perpetuidad en Santa Cruz?
- La Cámpora. Eran chiquitos todavía, pero vieras vos qué voraces.
- El actual funcionario más poderoso después de la jefa del Estado: Carlos "el Chino" Zannini.
- Uh, perdí.
- Pero no sólo tienen antecedentes las operaciones reeleccionistas. También son conocidos los temores que confesó Kirchner después de entregar la banda presidencial a su esposa, cuando sostuvo que sin la expectativa de una nueva reelección, muchísima gente poderosa, a la que ellos habían enfrentado, iba a trabajar para meterlos presos.
- Qué locura.
- Es cierto que es una locura pensar que la Presidenta puede ser juzgada y condenada una vez que termine su mandato.
- Claro, es lo que te digo ahí arriba: qué locura.
- Pero este país se llama Argentina...
- Me estás jodiendo.
- ... y es el mismo que elevó a Raúl Alfonsín a la categoría de héroe civil y terminó pidiendo que se fuera del gobierno cuanto antes.
- ¿Es el mismo? Mirá, pensé que eran hermanos.
- Concentra la misma mayoría volátil que idolatró y votó dos veces a Carlos Menem y después lo transformó en "el innombrable" y gran culpable de todas las cosas.
- Pobre hombre.
- Por eso, entre otros motivos, Cristina está obligada a "ir por todo".
- Porque el país está loco. Es una buen incentivo para ir por todo, lo dice la ciencia política toda, de pé a pá.
- Ella lo sabe. Y todo el peronismo se lo ve venir. También Daniel Scioli.
- Daniel, ¿cómo anda el loco?
- ...quien...
- Daniel. Scioli. Vos lo trajiste al nombre, ¿en qué anda?
- ...en los últimos días ha tomado la íntima determinación de enfrentarla.
- Me estás jodiendo de nuevo.
- El competirá con Ella porque no pretende reformar la Constitución de la provincia para sucederse a sí mismo.
- Pará, ¿“Él” no era Néstor? Negro, tenés más personajes que El Señor de los Anillos, estoy perdido.
- Además, porque siente que tiene los votos para intentarlo.
- ¿Quién, Él o Ella?, ¿o Daniel?
- Antes de viajar a Francia, se dedicó a preguntar a los cristinistas de la primera y la última hora cómo creen que la Presidenta jugará sus cartas.
- Pero esperá, ¡loco del pronombre!, ¿quién?
- ¿Se presentará Ella o impondrá a un sucesor, como hizo Lula con Dilma Rousseff?
- Perá, ¿Ella era Dilma y Él Lula? Haber sabido antes, ni el agua ponía.
- ¿Irá por la reforma constitucional ahora que tiene una imagen positiva insuperable y el ajuste todavía no impactó en la mayoría de los argentinos o esperará hasta último momento?
- No sé, ¿cómo es en Brasil el temita de la reforma?
- ¿Entrenará a su hijo Máximo Kirchner, la persona en quien más confía, para que, llegado el momento, el poder se conserve dentro de la familia y no pase a manos de dirigentes en quienes Ella no termina de confiar, como Amado Boudou?
- Esperá, ¿Máximo es brasilero?, ¿y por qué no juega al fútbol para nosotros ya que está acá?
- Scioli sabe que el elegido no será él y que Cristina jamás terminará de confiar en Boudou.
- ¿Él lo decís por Scioli, Néstor, Lula, Máximo o Boudou?
- También supone, aunque no lo dice, que todavía Máximo no tiene la madurez política necesaria como para heredar a su mamá. En realidad, el hijo de Néstor y Cristina sigue siendo una incógnita para la mayoría de los dirigentes.
- Para mí todavía es una incógnita quién es Él. Dame una pista, te la pido cantando como José Luis Perales: ¿Y cómo es él?
- ¿Es un chico sin experiencia que se levanta nunca antes de las 10 de la mañana, juega todo el día a la PlayStation, quiso ser periodista deportivo y no pudo, y administra sin mayores esfuerzos la fortuna familiar?
- ¿En qué lugar se enamoró de ti?
- ¿Es un tapado que conduce con firmeza y bajo perfil la organización política que más poder acumuló en el gobierno desde la muerte de Néstor Kirchner?
- ¿A qué dedica el tiempo libre?
- ¿Es alguien que mamó durante años las intrigas del poder y por eso cumple con naturalidad su rol de comisario político?, ¿Fue él quien mandó a poner en capilla a Boudou después de recibir las desgrabaciones de las conversaciones telefónicas del vicepresidente, material que le habría proporcionado su amigo y número uno de la Secretaría de Inteligencia, Héctor Icazuriaga?
- ¿Por qué me preguntás las pistas, Luis?, si son pistas. ¿O tengo que adivinar cuál es cierta y me vas diciendo frío o caliente?
- ¿Es verdad que "corre por izquierda" a su propia madre, y el día en que Cristina Fernández dio su discurso ante la Unión Industrial Argentina Máximo la criticó con dureza porque lo consideró "funcional a la derecha"?
- Ah, son preguntas para mí. Dale, tirame otra.
- Para no tomar a pie juntillas a quienes subestiman y también a quienes sobrevaloran al hijo de la Presidenta hay un par de datos.
- ¿Y si tenés datos para qué me preguntás, hombre?
- Uno es innegable.
- Bueno, bien, es más de todo lo que me charlaste hasta hora.
- La jefa del Estado afirmó, más de una vez, que le presta muchísima atención a lo que dice, hace y sugiere Máximo.
- Mirá qué madre ejemplar, yo gritaba como un chancho en casa y nada.
- Otro pertenece al terreno de la psicología familiar
- ¿Este dato que viene ahora es todavía de los innegables o de los “mmm..., tomalo con pinzas”?
- Como muchas madres que aman a sus hijos varones, y en especial cuando se trata del primogénito, Cristina suele atribuir a Máximo capacidades y cualidades que no tiene, o que todavía no desarrolló.
- Tipo volar o enriquecer uranio con la mirada.
- Mientras se alimenta el misterio sobre las supuestas virtudes de Máximo...
- Alimentelo que tanta suposición le va a dar hambre, como cuando hablan de uno y se te calienta una oreja.
- ...los tiburones del peronismo...
- ¿Qué somos? Tiburones. ¿De quién somos? Del peronismo.
- ... incluidos los gobernadores con aspiraciones...
- Se busca gobernador con aspiraciones para grupo de tiburones del peronismo. Alto clasificado.
- ...piensan que Cristina Fernández elegirá, para continuar en el poder, la fórmula que le permitiría mantenerlo para siempre:
- ¡Dictadura, monarquía!, gané, vamos a la pile, Luis, me estoy muriendo acá al rayo del sol.
- ...una reforma hacia un sistema parlamentario que la ponga por encima de todo, aun de un cambio de gobierno en crisis, con una mayoría legislativa capaz de sostenerla hasta que a ella se le ocurra irse, o la salud le imponga su retiro.
- Sentime, ¿y la mayoría legislativa cómo la elige eternamente, tipo por decreto? Porque ahí la ciencia política medio se te enoja y te dice que es más tirando a autocracia que a parlamentarismo. Ojo, media biblioteca dice una cosa y con la otra mitad lo charlamos.
- Por supuesto.
- ¿Por supuesto qué?
- A partir del momento en que la Presidenta decida activar la jugada, el intento de perpetuidad será presentado como una nueva batalla heroica...
- Ah, vos decís que si es heroica, lo de la mayoría ya no le va a joder a nadie.
- ...se elegirá a los nuevos enemigos ficticios para llevarla a cabo...
- Claro, con eso vas tirando hasta que bombardee la ONU.
- ... y se pondrá al enorme sistema de medios oficiales y paraoficiales al servicio de un puñado de personas.
- Tipo, sale en 678 y chau picho. ¿Cuánta gente sabe de esto?
- No más de una docena de funcionarios con voluntad inquebrantable y ambiciones desmedidas.
- Y vos.
- © La Nación.
- ¿Luis?
Bueno, de que Cristina Fernández recibió el ADN de Néstor Kirchner no hay dudas, están Máximo y Florencia.
ResponderBorrar¡loco del pronombre!
ResponderBorrarMuy bueno
El reductio ad Hitleriarium (o algo así) tiene una contrapartida que es la Ley de Goodwin. Pero también se puede utilizar algunas variantes a la apelación al nazismo que son locales o más modernas, com alguans apelaciones a las dictaduras militares, terrorismo, pederastia, etc.
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